Foto: Roxana Gonzalez. Freerange
Un investigador de la Universidad de Missouri (UM), en Columbia (Estados Unidos), llamado Anthony James, está analizando la manera en que las personas jóvenes definen y practican la espiritualidad, independientemente de la religión.
El objetivo de este análisis es tratar de establecer lo que los jóvenes entienden por “espiritualidad”, para comprobar hasta qué punto esta disposición del espíritu humano resulta importante en el desarrollo de los individuos a estas edades.
Impacto de la espiritualidad
Anteriormente, otros estudios habían examinado las diferencias que se establecían entre religión y espiritualidad en el caso de los adolescentes. La investigación de James, por su parte, pretende explorar estas mismas diferencias, estableciendo cómo los jóvenes separan ambos conceptos, tanto en la práctica como en la teoría.
Según declaraciones del propio James aparecidas en un comunicado de la UM, “en última instancia, lo que pretendemos determinar es el impacto de la espiritualidad en el desarrollo positivo de los jóvenes, incluyendo en su autoestima y en sus comportamientos pro-sociales, así como si la espiritualidad reduce los comportamientos juveniles negativos o de riesgo”.
Hasta ahora, los resultados obtenidos han revelado, en general, que los jóvenes conciben la espiritualidad en términos de “conductas, sentimientos y relaciones positivos”.
Siete categorías
En una encuesta realizada por James a un grupo de adolescentes, el investigador les preguntó “¿Qué significa para ti ser una persona joven espiritual?”
Las respuestas dadas por los participantes en el estudio revelaron que los adolescentes describen el comportamiento espiritual en términos de siete categorías, relacionadas con el desarrollo personal y social. Así, para ellos, ser espiritual englobaría:
- Tener un propósito
- Mantener vínculos, incluidos aquéllos que se establecen con un poder superior (normalmente Dios), con otras personas y con la naturaleza.
- Tener una base de bienestar que incluya la alegría y la plenitud, la energía y la paz.
- Tener convicción.
- Tener autoconfianza.
- Tener el impulso de la virtud, por ejemplo, estar motivado para hacer lo correcto y decir la verdad.
El objetivo de este análisis es tratar de establecer lo que los jóvenes entienden por “espiritualidad”, para comprobar hasta qué punto esta disposición del espíritu humano resulta importante en el desarrollo de los individuos a estas edades.
Impacto de la espiritualidad
Anteriormente, otros estudios habían examinado las diferencias que se establecían entre religión y espiritualidad en el caso de los adolescentes. La investigación de James, por su parte, pretende explorar estas mismas diferencias, estableciendo cómo los jóvenes separan ambos conceptos, tanto en la práctica como en la teoría.
Según declaraciones del propio James aparecidas en un comunicado de la UM, “en última instancia, lo que pretendemos determinar es el impacto de la espiritualidad en el desarrollo positivo de los jóvenes, incluyendo en su autoestima y en sus comportamientos pro-sociales, así como si la espiritualidad reduce los comportamientos juveniles negativos o de riesgo”.
Hasta ahora, los resultados obtenidos han revelado, en general, que los jóvenes conciben la espiritualidad en términos de “conductas, sentimientos y relaciones positivos”.
Siete categorías
En una encuesta realizada por James a un grupo de adolescentes, el investigador les preguntó “¿Qué significa para ti ser una persona joven espiritual?”
Las respuestas dadas por los participantes en el estudio revelaron que los adolescentes describen el comportamiento espiritual en términos de siete categorías, relacionadas con el desarrollo personal y social. Así, para ellos, ser espiritual englobaría:
- Tener un propósito
- Mantener vínculos, incluidos aquéllos que se establecen con un poder superior (normalmente Dios), con otras personas y con la naturaleza.
- Tener una base de bienestar que incluya la alegría y la plenitud, la energía y la paz.
- Tener convicción.
- Tener autoconfianza.
- Tener el impulso de la virtud, por ejemplo, estar motivado para hacer lo correcto y decir la verdad.
Imposible de definir
Además de estas categorías, James añadió una séptima categoría: “incapaz de definir”, que incluía respuestas del tipo “no estoy seguro” o “no sé”, de los chicos y chicas que se definieron como “espirituales”, pero que no fueron capaces de explicar en qué consistía para ellos “ser espiritual”.
Esta categoría reveló que puede existir una desconexión entre la autodefinición como “individuo espiritual” y la conciencia de lo que significa “ser espiritual”.
Según James, “aunque se asume que mucha gente es espiritual, la espiritualidad no es un concepto fácil de articular y definir. A las personas les cuesta separar espiritualidad de religión, pero las diferencias entre ambas resultan importantes para comprender el comportamiento y el desarrollo individuales”.
Los resultados del presente estudio fueron presentados bajo el título "Preliminary findings on qualitative exploration of children and youth's conceptualizations of spirituality," en la 2010 Northwestern Black Graduate Student Association Conference.
Espiritualidad en niños
Una vez definida la idea que los adolescentes tienen sobre la espiritualidad, quedaría por establecer qué efecto tiene ésta en los jóvenes, algo que el estudio de James aún no ha abarcado. Lo que sí ha podido demostrarse, en cambio, es que la espiritualidad tiene un efecto positivo en los niños.
Esto fue lo que constató un estudio, realizado el año pasado por científicos de la University of British Columbia de Canadá, cuyos resultados señalaron que la espiritualidad humana favorece la felicidad infantil.
La razón sería que la espiritualidad, considerada como un sistema interno de creencias, produce el sentimiento de vivir con un sentido, estimula la esperanza, refuerza las normas sociales positivas, y proporciona una red social de apoyo, todos ellos elementos que mejoran el bienestar personal. En esta investigación participaron 761 niños, de entre ocho y 12 años.
En términos generales, se considera que la “espiritualidad” es el uso que hace el individuo del conjunto de pensamientos, conceptos, ideas, ritos y actitudes a través de las cuales se materializa una sociedad.
En lo que se refiere a la relación entre espiritualidad y religión, la espiritualidad de cada una de las religiones pone de relieve los temas que preocupan a la cultura de éstas. Las doctrinas morales, el culto y los símbolos religiosos serían los modos de acceso a la espiritualidad que usan las religiones.
Además de estas categorías, James añadió una séptima categoría: “incapaz de definir”, que incluía respuestas del tipo “no estoy seguro” o “no sé”, de los chicos y chicas que se definieron como “espirituales”, pero que no fueron capaces de explicar en qué consistía para ellos “ser espiritual”.
Esta categoría reveló que puede existir una desconexión entre la autodefinición como “individuo espiritual” y la conciencia de lo que significa “ser espiritual”.
Según James, “aunque se asume que mucha gente es espiritual, la espiritualidad no es un concepto fácil de articular y definir. A las personas les cuesta separar espiritualidad de religión, pero las diferencias entre ambas resultan importantes para comprender el comportamiento y el desarrollo individuales”.
Los resultados del presente estudio fueron presentados bajo el título "Preliminary findings on qualitative exploration of children and youth's conceptualizations of spirituality," en la 2010 Northwestern Black Graduate Student Association Conference.
Espiritualidad en niños
Una vez definida la idea que los adolescentes tienen sobre la espiritualidad, quedaría por establecer qué efecto tiene ésta en los jóvenes, algo que el estudio de James aún no ha abarcado. Lo que sí ha podido demostrarse, en cambio, es que la espiritualidad tiene un efecto positivo en los niños.
Esto fue lo que constató un estudio, realizado el año pasado por científicos de la University of British Columbia de Canadá, cuyos resultados señalaron que la espiritualidad humana favorece la felicidad infantil.
La razón sería que la espiritualidad, considerada como un sistema interno de creencias, produce el sentimiento de vivir con un sentido, estimula la esperanza, refuerza las normas sociales positivas, y proporciona una red social de apoyo, todos ellos elementos que mejoran el bienestar personal. En esta investigación participaron 761 niños, de entre ocho y 12 años.
En términos generales, se considera que la “espiritualidad” es el uso que hace el individuo del conjunto de pensamientos, conceptos, ideas, ritos y actitudes a través de las cuales se materializa una sociedad.
En lo que se refiere a la relación entre espiritualidad y religión, la espiritualidad de cada una de las religiones pone de relieve los temas que preocupan a la cultura de éstas. Las doctrinas morales, el culto y los símbolos religiosos serían los modos de acceso a la espiritualidad que usan las religiones.