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Los equipos de trabajo intercambian la mayoría de las veces información conocida

Los directivos tienen que estructurar el intercambio de información para mejorar su productividad, dice un estudio


Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Carolina del Norte ha puesto de manifiesto que, la mayor parte de las veces, los equipos de trabajo intercambian información conocida por sus miembros, por lo que la productividad de este modo de trabajar baja significativamente. Contrariamente, cuando los grupos ponen sobre la mesa información nueva es cuando su trabajo se hace realmente efectivo. En esto tienen mucho que decir los directivos, cuyo papel es muy importante a hora de estructurar la información que usan sus equipos. El mismo estudio asegura que los equipos compuestos por personas con perfiles parecidos tienden a intercambiar más información cuando se reúnen. Por Raúl Morales.


Raúl Morales
31/03/2009

Los equipos de trabajo intercambian la mayoría de las veces información conocida
Una investigación llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Carolina del Norte, en los Estados Unidos, y publicada en el Journal of Applied Psychology, sugiere que, cuando los equipos hablan, tienden a discutir sobre información que ya conocen, por lo que muchas veces esas conversaciones son poco efectivas.

Los equipos de trabajo son cada vez más virtuales y globalizados. Este hecho hace que el cómo se comuniquen o intercambien información sea un asunto clave, dice el mismo estudio.

En él, se han analizado unos 4.800 grupos con 17.000 personas involucradas. Los resultados son muy claros: la mayor parte de ellos malgastan una gran cantidad de tiempo discutiendo sobre información que ya es conocida por el resto del grupo. Asimismo, los equipos más productivos eran aquellos que intercambiaban información nueva, en lugar de dar vueltas en círculos.

En los grupos en los que sus miembros hablan abiertamente durante las reuniones se tienden a establecer buenas relaciones, pero eso no quiere decir necesariamente que su rendimiento sea mejor, advierte Jessica Mesmer-Magnus, la investigadora principal, en un comunicado.

“Lo que esto sugiere es que los equipos que hablan más de ellos mismos no están forzosamente intercambiando información útil”, dice. “Es mucho más importante lo que se habla que cómo se habla”.

Miembros parecidos

Los equipos se comunican bien cuando están involucrados en tareas que obligan a dar con la solución correcta a un problema concreto. Sin embargo, la comunicación es peor cuando tienen que llegar a una solución consensuada.

Esto abre un interesante debate sobre los beneficios de la diversidad en el lugar de trabajo. Muchas veces se eligen los miembros de un equipo porque tienen bagajes profesionales y personales diferentes; sin embargo, este estudio muestra que los equipos tienden a intercambiar más información cuando están compuestos por miembros con bagajes parecidos.

“Hay una clara separación entre lo que hacen los equipos y entre lo que deberían hacer para ser efectivos”, añade Mesner-Magnus.

Lo que los directivos tienen que hacer para subir la productividad de sus equipos es estructurar mejor las discusiones y promover un ambiente de colaboración, dice el estudio.

Asimismo, recomienda ensalzar el conocimiento y las destrezas de sus miembros y, como se dijo antes, focalizar la comunicación en información totalmente novedosa y única.

“Los grupos tienen ventajas sobre los enfoques individuales en el trabajo. Pero los directivos tienen que saber cómo maximizar el potencial de sus equipos con una comunicación efectiva”, pone de relieve Mesmer-Magnus.

Técnicas de entrenador

Para ello, los directivos pueden inspirarse en técnicas usadas por los entrenadores de equipos deportivos. Eso es lo que dice una nueva investigación de la Wharton Business School, perteneciente a la Universidad de Pennsylvania. En él se argumenta que los equipos que están perdiendo por muy poco en la primera parte tienen más posibilidades de salir al campo en la segunda y ganar el partido.

Extrapolado al mundo de la dirección de empresas, quiere decir que los empleados están frecuentemente mejor motivados y son más productivos cuando están muy cerca de conseguir un importante objetivos, dice el estudio.

Por ello, los directivos deben elegir bien los objetivos, que además deben ser, dentro de los posible, fáciles de conseguir, como pasar a un competidor en las ventas, dice Devin Pope, profesor de operaciones y gestión de la información y unos de los coautores del informe, en un artículo.

Focalizarse en objetivos que son cercanos y asequibles puede motivar mejor que poner el énfasis en objetivos muy “jugosos” pero poco realistas.

“En la actualidad se usan muchas herramientas para motivar a la gente, como sueldos, bonos etc. Aunque lo más probable es que estas cosas puedan motivar, no se debería subestimar la importancia de la motivación psicológica”, dice.



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1.Publicado por Carlos R. Támara Gómez el 06/04/2009 15:43
Creo que lo que aquí se discute es algo que ya se decía ocurre a aquellos que se pierden en la selva. Alguna vez estuve en la selva amazónica y se de lo que hablo. Como los árboles no te dejan ver la luz y el horizonte permanece oculto, la capacidad de orientarse se reduce drásticamente y, para colmos, son muy pocos los que saben manejar una brújula, sies que la portan consigo lo cual es todavía más raro. Para el novato todos los árboles son iguales y no puede obtener ayuda de ninguno de ellos a pesar de tenerla al alcance de la mano. Además, te ataca el temor a lo desconocido; ruidos extraños, reales o imaginarios, te acechan. Fieras reales pueden devorarte; aunque ahora hay cada vez menos en las nuestras por la miserable depredación de flora y fauna. La vida salvaje desapareció.
Este sentimiento tribal está en el cerebro primitivo. Es posible que nos acompañe todavía. Igual, la metáfora de la selva nos persigue. El riesgo ahora es que la información globalizada de Internet, dominada por un solo paradigma, adocene la mente: todos veremos los mismos árboles, sin que podamos establecer diferencia entre ellos, ni nutrirnos de su diferencia.
La erosión de la Inteligencia Emocional que estaría produciendo Internet es bárbara y brutal. Las aristas y contrastes que otrora ofrecian las culturas nacionales -algunas indígenas- y regionales está siendo arrasada. Y lo grave es que esto se conecta con la actual crisis económica.
En efecto, no saldremos de la crisis si no se incrementa la productividad y la competitividad pero, éstas, derivan a su vez de la gestación de diferenciales; lo cual se coharta pues hemos dejado el manejo de la crisis en manos de aquellos que la crearon, los cuales deambulan ciegos y ofuscados en una maraña selvática de gigantescas contradicciones creadas por su desaforada ambición. Los grupos que crean para salvarse, nada crean de genuino; salvo nuevos enmarañamientos. Intentar quitarles el poder no sería cosa fácil pues tienen todo el aparato militar a su disposición, también ofuscado pues éste también se sentirá atacado.
No es poca cosa lo que aquí se discute. ¡Siempre es que ha sido muy dificil para el hombre salir de la selva!

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