La testosterona vuelve a colocarse en el punto de mira gracias a los resultados de interesantes estudios realizados en Dinamarca. Ya en febrero de 2012, un artículo publicado en las Actas de la Royal Society nos confirmaba que la testosterona nos hace menos propensos a colaborar y más egocéntricos.
Y según los expertos, demasiada testosterona, simplemente, nos ciega frente a las opiniones de otras personas, puntos de vista e ideas distintas a las nuestras, y nos anima a imponer las decisiones propias y nuestras soluciones a los problemas a los demás.
Además, a mayor producción de la hormona que determina la masculinización del cerebro de los varones en su etapa de gestación, menor es el instinto desarrollado por los humanos hacia la cooperación mutua.
Sobre los efectos de la testosterona en el ámbito laboral, una nueva investigación de la consultora danesa, Innovisor ha constatado que, en este terreno, las mujeres están mucho más dispuestas a cooperar con personas del mismo sexo, publica el digital especializado Management-Issues.
Y según los expertos, demasiada testosterona, simplemente, nos ciega frente a las opiniones de otras personas, puntos de vista e ideas distintas a las nuestras, y nos anima a imponer las decisiones propias y nuestras soluciones a los problemas a los demás.
Además, a mayor producción de la hormona que determina la masculinización del cerebro de los varones en su etapa de gestación, menor es el instinto desarrollado por los humanos hacia la cooperación mutua.
Sobre los efectos de la testosterona en el ámbito laboral, una nueva investigación de la consultora danesa, Innovisor ha constatado que, en este terreno, las mujeres están mucho más dispuestas a cooperar con personas del mismo sexo, publica el digital especializado Management-Issues.
Cuál es la formula ideal…
Planteado este hallazgo y frente a la crisis mundial, cuando a cada céntimo invertido por los empresarios se le quiere sacar la mayor productividad y beneficio final, el desafío es plantearse si la solución está en incrementar la contratación de mano de obra femenina para engrosar las filas de los sectores en los que la cooperación es fundamental.
Los expertos prefieren optar por el equilibrio en el que se fusionen la cualidad y la calidad.
El estudio, basado en una encuesta a unas 1.000 personas de más de 30 países, reveló que, independientemente de su origen cultural, las mujeres están más dispuestas que los hombres a ayudar a sus compañeros de trabajo y expresan una clara voluntad de colaborar aún más de lo que ya lo hacen hoy en día, un deseo que según los estudiosos, los hombres no parecen compartir.
"Hasta ahora, el género no ha sido un factor determinante, las empresas y sus directivos han tenido en cuenta durante su gestión la colaboración para aumentar su productividad, ha sido siempre un factor latente que no se ha hablado", asegura el experto en transformación sostenible de organizaciones Jeppe Vilstrup Hansgaard
El estudio encontró que tanto los hombres como las mujeres son en un 40% más propensos a colaborar con otras personas de su propio género. Esta tendencia lleva a las organizaciones generalmente a dificultades para gestionar la colaboración entre departamentos, ya que dichas colaboraciones suelen producirse al azar.
Planteado este hallazgo y frente a la crisis mundial, cuando a cada céntimo invertido por los empresarios se le quiere sacar la mayor productividad y beneficio final, el desafío es plantearse si la solución está en incrementar la contratación de mano de obra femenina para engrosar las filas de los sectores en los que la cooperación es fundamental.
Los expertos prefieren optar por el equilibrio en el que se fusionen la cualidad y la calidad.
El estudio, basado en una encuesta a unas 1.000 personas de más de 30 países, reveló que, independientemente de su origen cultural, las mujeres están más dispuestas que los hombres a ayudar a sus compañeros de trabajo y expresan una clara voluntad de colaborar aún más de lo que ya lo hacen hoy en día, un deseo que según los estudiosos, los hombres no parecen compartir.
"Hasta ahora, el género no ha sido un factor determinante, las empresas y sus directivos han tenido en cuenta durante su gestión la colaboración para aumentar su productividad, ha sido siempre un factor latente que no se ha hablado", asegura el experto en transformación sostenible de organizaciones Jeppe Vilstrup Hansgaard
El estudio encontró que tanto los hombres como las mujeres son en un 40% más propensos a colaborar con otras personas de su propio género. Esta tendencia lleva a las organizaciones generalmente a dificultades para gestionar la colaboración entre departamentos, ya que dichas colaboraciones suelen producirse al azar.
El equilibrio debe conseguirse
Aún frente a un panorama basado en una circunstancia hormonal, el sentido de colaboración y auxilio constante debe ser el norte de todos los empleados que desean ser exitosos, productivos y aspiran ser promovidos. El egocentrismo y la falta de iniciativa no son las cualidades de un empleado de éxito y menos de un jefe.
"Los empresarios hoy más que nunca quieren sacar el máximo provecho de sus empleados para alcanzar un objetivo único, superar la crisis. Las empresas que reciben este apoyo de un “empleado colaborador” se benefician enormemente, con un aumento de la eficiencia y la innovación, que en última instancia, las hace más competitivas", apunta el experto.
"La colaboración debe ser disciplinada para asegurar que las personas adecuadas trabajan en el mismo equipo juntos hacia un objetivo común en el momento adecuado", continuó Hansgaard.
El reto es que la gente en una organización tenga diferentes percepciones de lo que constituye una buena colaboración, poniendo la responsabilidad en los líderes, y estableciendo claramente hacia dónde quieren enfocar la colaboración y hacia donde no.
Es importante no cruzar los limites, si no se pasa de ser un trabajador colaborador a ser un entrometido, ofrecer nuestra colaboración siempre dará mejor imagen.
Aún frente a un panorama basado en una circunstancia hormonal, el sentido de colaboración y auxilio constante debe ser el norte de todos los empleados que desean ser exitosos, productivos y aspiran ser promovidos. El egocentrismo y la falta de iniciativa no son las cualidades de un empleado de éxito y menos de un jefe.
"Los empresarios hoy más que nunca quieren sacar el máximo provecho de sus empleados para alcanzar un objetivo único, superar la crisis. Las empresas que reciben este apoyo de un “empleado colaborador” se benefician enormemente, con un aumento de la eficiencia y la innovación, que en última instancia, las hace más competitivas", apunta el experto.
"La colaboración debe ser disciplinada para asegurar que las personas adecuadas trabajan en el mismo equipo juntos hacia un objetivo común en el momento adecuado", continuó Hansgaard.
El reto es que la gente en una organización tenga diferentes percepciones de lo que constituye una buena colaboración, poniendo la responsabilidad en los líderes, y estableciendo claramente hacia dónde quieren enfocar la colaboración y hacia donde no.
Es importante no cruzar los limites, si no se pasa de ser un trabajador colaborador a ser un entrometido, ofrecer nuestra colaboración siempre dará mejor imagen.