Imagen de Anatoly Tiplyashin. PhotoXpress.
Siguen conociéndose problemas que dejaron de analizarse y situaciones que dejaron de preverse en el afán de las compañías de concentrarse solamente en el recorte de costos y de personal, y en la supervivencia, durante los últimos dos años.
Una de estas situaciones es la eventualidad de que un directivo pueda tener que abandonar la empresa inesperadamente. Se trata de una situación de cuidado vital para cualquier compañía en la que de las estrategias con las cuales se afronten los momentos críticos del proceso pueden depender no solo el presente, sino también el futuro de la organización.
Una reciente encuesta de la American Management Association Corporate Learning Solutions, realizada entre más de mil altos directivos, reveló que la realidad es bien distinta de lo que se pensaría y de lo que debería ser: solo 14% de los participantes consideran que sus empresas están bien preparadas para afrontar esta situación.
Y después de la partida del directivo… ¿qué?
El verse de un momento a otro sin su cabeza puede ser traumático hasta para la más madura y organizada de las empresas. No hay dudas de que se trata de un momento difícil en el que pueden presentarse tropiezos, ya que se trata de un proceso de cambio muy importante. Pero, lo fundamental, es la preparación, el tener estrategias para que la sorpresa no haga de las consecuencias unas irreversibles y nefastas para un negocio.
Es por eso que las cifras de la encuesta reflejan una situación riesgosa para demasiadas compañías: 61% de ellas manifiestan estar preparadas en cierta medida para la partida inesperada de sus directivos, mientras que una de cada cinco reconocen no tener ningún plan de reacción en caso de que eso suceda.
Como explica Sandi Edwards, vice presidenta de la American Management Association Corporate Learning Solutions, “Solo una pequeña minoría de las organizaciones parecen listas para manejar una sucesión de alto nivel en una emergencia, lo que significa que la mayoría de las compañías están corriendo un alto riesgo al fallar en hacerles frente a sus problemas de fortaleza del banquillo”.
Una de estas situaciones es la eventualidad de que un directivo pueda tener que abandonar la empresa inesperadamente. Se trata de una situación de cuidado vital para cualquier compañía en la que de las estrategias con las cuales se afronten los momentos críticos del proceso pueden depender no solo el presente, sino también el futuro de la organización.
Una reciente encuesta de la American Management Association Corporate Learning Solutions, realizada entre más de mil altos directivos, reveló que la realidad es bien distinta de lo que se pensaría y de lo que debería ser: solo 14% de los participantes consideran que sus empresas están bien preparadas para afrontar esta situación.
Y después de la partida del directivo… ¿qué?
El verse de un momento a otro sin su cabeza puede ser traumático hasta para la más madura y organizada de las empresas. No hay dudas de que se trata de un momento difícil en el que pueden presentarse tropiezos, ya que se trata de un proceso de cambio muy importante. Pero, lo fundamental, es la preparación, el tener estrategias para que la sorpresa no haga de las consecuencias unas irreversibles y nefastas para un negocio.
Es por eso que las cifras de la encuesta reflejan una situación riesgosa para demasiadas compañías: 61% de ellas manifiestan estar preparadas en cierta medida para la partida inesperada de sus directivos, mientras que una de cada cinco reconocen no tener ningún plan de reacción en caso de que eso suceda.
Como explica Sandi Edwards, vice presidenta de la American Management Association Corporate Learning Solutions, “Solo una pequeña minoría de las organizaciones parecen listas para manejar una sucesión de alto nivel en una emergencia, lo que significa que la mayoría de las compañías están corriendo un alto riesgo al fallar en hacerles frente a sus problemas de fortaleza del banquillo”.
Además, al parecer, los participantes de la encuesta estuvieron determinados a compartir sus opiniones y no dudaron en expresar sus reservas frente a las líneas de liderazgo de sus organizaciones. Apenas cerca de la mitad creen que la fortaleza del banquillo de su compañía es adecuada y solo 10% consideran que es muy suficiente.
Cambiar de enfoque
Las cifras de la encuesta demuestran una debilidad muy evidente y presente en la mayoría de las compañías. Además, son prueba de que los directivos son conscientes de ella, pero también de que quieren hacer algo para empezar a cambiar la situación.
El problema ha estado en que los últimos dos años se han perdido de vista las prioridades estratégicas, dejando por delante solo el instinto de supervivencia, por lo que ahora tiene que empezarse de cero en muchas cuestiones que antes hubieran sido fundamentales.
Pero, definitivamente, es hora de empezar. Como explica Edwards, “Ahora es el momento de invertir en sostenibilidad y ventaja competitiva, la cual debe estar basada en el talento. Tener la mejor gente en los roles de liderazgo fundamentales, preparados para intervenir en cualquier momento, es esencial para el éxito futuro”.
Como en muchos otros aspectos organizacionales, este año parece ser el comienzo de nuevas estrategias y de hacer frente a situaciones que habían quedado descuidadas en medio de los intentos por sobrevivir.
Cambiar de enfoque
Las cifras de la encuesta demuestran una debilidad muy evidente y presente en la mayoría de las compañías. Además, son prueba de que los directivos son conscientes de ella, pero también de que quieren hacer algo para empezar a cambiar la situación.
El problema ha estado en que los últimos dos años se han perdido de vista las prioridades estratégicas, dejando por delante solo el instinto de supervivencia, por lo que ahora tiene que empezarse de cero en muchas cuestiones que antes hubieran sido fundamentales.
Pero, definitivamente, es hora de empezar. Como explica Edwards, “Ahora es el momento de invertir en sostenibilidad y ventaja competitiva, la cual debe estar basada en el talento. Tener la mejor gente en los roles de liderazgo fundamentales, preparados para intervenir en cualquier momento, es esencial para el éxito futuro”.
Como en muchos otros aspectos organizacionales, este año parece ser el comienzo de nuevas estrategias y de hacer frente a situaciones que habían quedado descuidadas en medio de los intentos por sobrevivir.