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Las cinco características de un mal jefe

Expertos en recursos humanos han descifrado conductas que definen la ineptitud de un directivo


La imagen del ‘jefe’ siempre es mitificada por algunos y despreciada por otros. Los jefes llevan sobre sus hombros la responsabilidad de propiciar con su gestión unos buenos resultados para su empresa. También deben empatizar con sus superiores y hacerse respetar por sus subordinados. Expertos han definido ahora las cinco claves de autoevaluación que ayudarán a los gerentes a determinar si están haciendo bien o mal su labor. Por Iván Abreu Anaya.


11/03/2013

Es habitual escuchar en horas de esparcimiento laboral a empleados relatando las terribles historias que convierten a sus jefes en los peores líderes jamás conocidos.

Lo que está claro es que la figura de autoridad que delega y supervisa responsabilidades en el equipo pocas veces o nunca es apreciada entre subordinados. Recibir órdenes es una actividad poco deseable para el común de las personas y quienes las ejecutan han sido desde siempre vistos con malos ojos.

La situación no parece cambiar demasiado una vez que el nuevo jefe es promovido de entre los propios compañeros. Al principio la actitud del equipo es empática, por sentirse identificados con su personalidad y cualidades, pero según los expertos en recursos humanos pasará muy poco tiempo antes de que comiencen a contarse historias de horror con respecto a la gestión del recién nombrado directivo.

Suzanne Lucas, especialista en recursos humanos ha descifrado para el digital especializado de la CBS Money Whatch cinco claves que convierten a un líder en un ‘mal jefe’ y que presentamos a continuación:

1. Sus empleados le mienten constantemente: Esto puede parecer un mal hábito según la experta, pero plantea los siguientes interrogantes: ¿Por qué tienen que mentir los trabajadores? ¿Usted ordena cosas poco razonables? ¿Sanciona excesivamente a su personal cuando comete errores? ¿Les cuenta las horas que necesitan de tiempo libre y se las cuestiona?

Todas estas cosas, según Lucas, crean un entorno en elque los empleados sienten que la única manera de conseguir un jefe empático es mintiendo. “Una cultura de apertura y comprensión hará que los empleados hablen honestamente con usted" aconseja la experta.

2. No hay otros gerentes que admiren a su equipo: Un buen gerente desarrolla buenos empleados y los adiestra. Si usted pasa más tiempo intentando deshacerse de los que considera malos empleados, en vez de tratar de mantener los buenos y de corregir la conducta de los que no lo son tanto, el problema puede ser suyo como líder.

3. Siempre hay emergencias en su día a día laboral, sin soluciones: Los negocios son impredecibles y está claro que las emergencias en este sentido son comunes. Pero, como gerente, su trabajo consiste en evaluar la situación y prever planes ante los contratiempos más comunes en su tarea y la de su equipo. Que los problemas se repitan constantemente y que usted no halle una solución para proteger a su gente lo convierte en un jefe incompetente.

4. Siempre se pregunta "¿qué puedo hacer legalmente?" en lugar de "¿qué debo hacer?": Sí, usted tiene que cumplir con la ley como jefe que es. Pero sólo porque pueda decirle a un empleado cuando aplazar sus vacaciones o cuándo debe quedarse hasta tarde en la oficina aunque tenga planes no significa que deba hacerlo siempre.

Sólo porque usted pueda despedir a alguien sin razón alguna no significa que deba despedir a alguien porque le de la gana. En este sentido, el jefe debe primar la ética personal y establecer reglas de juego en las que no se les perjudique siempre a los empleados.

5. Roba el crédito de sus empleados: Algunos gerentes tratan de impresionar a sus superiores tomando el crédito del trabajo de todos para sí mismos. Esto no sólo puede volverse en contra de usted cuando su empleado estrella decida no seguir jugando su juego sucio, sino que además puede hacer que sus trabajadores no se destaquen, con tal de castigar su gestión.

Mostrar que usted es capaz de contratar, desarrollar, capacitar y orientar a las personas que están haciendo un gran trabajo es lo que sus superiores quieren ver, y no que se apropia de los triunfos del equipo como si fueran solo suyos.

“Ciertamente, esta lista no es exhaustiva, pero sirve para que los empleados echen un vistazo a su propia gestión. Si estos no se identifican con ninguna de las categorías, eso será un buen síntoma", finaliza la especialista.

Si, por el contrario, sus actitudes son en su mayoría como las que describe la experta, es momento de detenerse y cambiar su comportamiento. Usted se sorprenderá de cómo sus empleados responderán a su esfuerzo por mejorar su capacidad de gestión.



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