Foto: genvessel. Fuente: Everystockphoto.
El fenotipo es considerado, en biología y ciencias de la salud, la expresión del genotipo o contenido del genoma específico de un individuo. Esta expresión puede ser observada y analizada a través de las conductas o características de cada sujeto.
Uno de los fenotipos hereditarios es el relacionado con el consumo excesivo de alcohol. Estudios realizados en el pasado, han demostrado que la expresión de este fenotipo en concreto depende no sólo de la genética, sino también de ciertas condiciones del entorno social, como el matrimonio, el urbanismo, o la religiosidad.
Ahora, una nueva investigación, realizada por científicos de la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos) ha constatado que la religiosidad, en concreto, puede moderar los efectos de la herencia genética relacionada con el consumo excesivo de alcohol en el caso de los adolescentes de ambos sexos, pero no en el caso de los jóvenes adultos.
Influencia del entorno social
Tal y como explica una de las autores del estudio, la estudiante de post doctorado Tanya M.M. Button, en la revista Eurekalert , ya se sabía que “los fenotipos relacionados con el consumo de alcohol, tales como la frecuencia de consumo y la intoxicación, pueden depender del trasfondo social”.
Así, por ejemplo, se había demostrado anteriormente que las personas que viven en un entorno religioso son menos propicias a expresar fenotipos relacionados con el consumo de alcohol que los individuos que viven en entornos no religiosos.
Además, la influencia de los genes en estos fenotipos también varía en función de otros factores sociales. Un importante papel en su expresión lo jugarían los entornos urbanos; en el caso de las mujeres, la soltería, y en todos los casos la ausencia de religiosidad.
Se sabe, asimismo, que los fenotipos vinculados con el consumo excesivo del alcohol se ven condicionados negativamente por los entornos rurales, el matrimonio en el caso de las mujeres y el hecho de haber recibido una educación religiosa.
Análisis de jóvenes y adolescentes
Para comprobar cómo se desarrollaban estos fenotipos en el caso de los adolescentes y de los jóvenes adultos, Button y sus colaboradores examinaron a un total de 1.432 parejas de gemelos, que fueron clasificados en dos grupos: idénticos o monocigóticos (desarrollados partir de un único óvulo y un único espermatozoide); y gemelos dicigóticos o mellizos (procedentes de una única gestación, pero de dos óvulos y dos espermatozoides distintos).
El estudio incluyó, en total, a 312 parejas de gemelos varones idénticos, a 379 parejas de gemelas idénticas, a 231 parejas de mellizos varones, a 235 parejas de mellizas, y a 275 parejas de mellizos de ambos sexos.
Los niveles de religiosidad de todos estos individuos fueron medidos siguiendo una escala de valores religiosos, la llamada “Value on Religion Scale”..
Por otra parte, los problemas con el consumo de alcohol de los participantes se analizaron con una herramienta de uso común en Estados Unidos, el “Composite International Diagnostic Interview-Substance Abuse Module”, que contiene diversas secciones sobre características sociodemográficas, cantidad y frecuencia del consumo, problemas físicos, psicológicos y sociales; y síntomas de dependencia al alcohol, entre otras.
Uno de los fenotipos hereditarios es el relacionado con el consumo excesivo de alcohol. Estudios realizados en el pasado, han demostrado que la expresión de este fenotipo en concreto depende no sólo de la genética, sino también de ciertas condiciones del entorno social, como el matrimonio, el urbanismo, o la religiosidad.
Ahora, una nueva investigación, realizada por científicos de la Universidad de Colorado en Boulder (Estados Unidos) ha constatado que la religiosidad, en concreto, puede moderar los efectos de la herencia genética relacionada con el consumo excesivo de alcohol en el caso de los adolescentes de ambos sexos, pero no en el caso de los jóvenes adultos.
Influencia del entorno social
Tal y como explica una de las autores del estudio, la estudiante de post doctorado Tanya M.M. Button, en la revista Eurekalert , ya se sabía que “los fenotipos relacionados con el consumo de alcohol, tales como la frecuencia de consumo y la intoxicación, pueden depender del trasfondo social”.
Así, por ejemplo, se había demostrado anteriormente que las personas que viven en un entorno religioso son menos propicias a expresar fenotipos relacionados con el consumo de alcohol que los individuos que viven en entornos no religiosos.
Además, la influencia de los genes en estos fenotipos también varía en función de otros factores sociales. Un importante papel en su expresión lo jugarían los entornos urbanos; en el caso de las mujeres, la soltería, y en todos los casos la ausencia de religiosidad.
Se sabe, asimismo, que los fenotipos vinculados con el consumo excesivo del alcohol se ven condicionados negativamente por los entornos rurales, el matrimonio en el caso de las mujeres y el hecho de haber recibido una educación religiosa.
Análisis de jóvenes y adolescentes
Para comprobar cómo se desarrollaban estos fenotipos en el caso de los adolescentes y de los jóvenes adultos, Button y sus colaboradores examinaron a un total de 1.432 parejas de gemelos, que fueron clasificados en dos grupos: idénticos o monocigóticos (desarrollados partir de un único óvulo y un único espermatozoide); y gemelos dicigóticos o mellizos (procedentes de una única gestación, pero de dos óvulos y dos espermatozoides distintos).
El estudio incluyó, en total, a 312 parejas de gemelos varones idénticos, a 379 parejas de gemelas idénticas, a 231 parejas de mellizos varones, a 235 parejas de mellizas, y a 275 parejas de mellizos de ambos sexos.
Los niveles de religiosidad de todos estos individuos fueron medidos siguiendo una escala de valores religiosos, la llamada “Value on Religion Scale”..
Por otra parte, los problemas con el consumo de alcohol de los participantes se analizaron con una herramienta de uso común en Estados Unidos, el “Composite International Diagnostic Interview-Substance Abuse Module”, que contiene diversas secciones sobre características sociodemográficas, cantidad y frecuencia del consumo, problemas físicos, psicológicos y sociales; y síntomas de dependencia al alcohol, entre otras.
Anular la predisposición genética
Los resultados obtenidos demostraron que los factores genéticos podían influir más en el consumo problemático del alcohol en adolescentes no religiosos que en aquéllos con una visión religiosa mayor.
Según Button, “esta atenuación (del abuso del alcohol) en el caso de los participantes religiosos indicaría que la religiosidad ejerce una influencia lo suficientemente fuerte sobre el comportamiento de los individuos religiosos como para anular cualquier predisposición genética de éstos”.
Sin embargo, esta influencia no existe entre los jóvenes adultos religiosos, para los que la influencia genética fue un condicionante igualmente fuerte en todos los niveles de religiosidad presentados por los participantes en el estudio.
Los investigadores explican en un artículo publicado en la revista especializada Alcoholism: Clinical & Experimental Research, que esta diferencia podría tener su origen en que, en la adolescencia, se ejerce un control social mayor sobre los jóvenes que en la edad adulta. Todos los efectos constatados fueron similares para ambos sexos, afirman los científicos.
Otras sustancias adictivas
En 2003, un estudio realizado por investigadores del Albert Einstein College de la Universidad de Yeshiva, en Nueva York, arrojó resultados parecidos.
En esta investigación, fueron analizados un total de 1.182 individuos de entre 12 y 15 años aproximadamente. Su religiosidad fue medida, en este caso, siguiendo la llamada Jessor’s Value on Religion Scale.
Los resultados de los análisis demostraron una relación inversa entre la religiosidad de los jóvenes y el consumo de alcohol, pero también de otras sustancias adictivas, como el tabaco o la marihuana.
Los resultados obtenidos demostraron que los factores genéticos podían influir más en el consumo problemático del alcohol en adolescentes no religiosos que en aquéllos con una visión religiosa mayor.
Según Button, “esta atenuación (del abuso del alcohol) en el caso de los participantes religiosos indicaría que la religiosidad ejerce una influencia lo suficientemente fuerte sobre el comportamiento de los individuos religiosos como para anular cualquier predisposición genética de éstos”.
Sin embargo, esta influencia no existe entre los jóvenes adultos religiosos, para los que la influencia genética fue un condicionante igualmente fuerte en todos los niveles de religiosidad presentados por los participantes en el estudio.
Los investigadores explican en un artículo publicado en la revista especializada Alcoholism: Clinical & Experimental Research, que esta diferencia podría tener su origen en que, en la adolescencia, se ejerce un control social mayor sobre los jóvenes que en la edad adulta. Todos los efectos constatados fueron similares para ambos sexos, afirman los científicos.
Otras sustancias adictivas
En 2003, un estudio realizado por investigadores del Albert Einstein College de la Universidad de Yeshiva, en Nueva York, arrojó resultados parecidos.
En esta investigación, fueron analizados un total de 1.182 individuos de entre 12 y 15 años aproximadamente. Su religiosidad fue medida, en este caso, siguiendo la llamada Jessor’s Value on Religion Scale.
Los resultados de los análisis demostraron una relación inversa entre la religiosidad de los jóvenes y el consumo de alcohol, pero también de otras sustancias adictivas, como el tabaco o la marihuana.