En opinión de expertos en comunicación de la consultora Watson Wyatt, una correcta política de comunicación puede ayudar a mantener intacta la moral de los trabajadores. Esta política a de consistir en confrontar las dificultades y hablar claramente y sin tapujos de la situación.
Lo queramos o no, casi ninguna empresa puede escaparse de la realidad marcada por la crisis, incluso si no está afectada directamente. En esta situación, los trabajadores temen qué vendrá después, se hacen preguntas sobre si sus ahorros para la jubilación están a salvo, sobre si seguirá subiendo el precio del petróleo, por no hablar de los problemas crediticios y financieros. El resultado de todas estas preocupaciones puede ser una desmoralización de la mano de obra y una caída de su productividad.
Cuando las cosas van mal, el primer impulso de directivos y presidentes ejecutivos es restringir la información de cómo van las cosas realmente y de las acciones que se están llevando a cabo.
La situación actual en los mercados financieros es una clara distracción para los empleados y, aunque la empresa no puede aconsejarles respecto a, por ejemplo, sus inversiones, sí pueden buscar otras maneras para tranquilizarles.
Según dice esta consultora en un comunicado, otra cosa que puede ayudar es hacer entender a los trabajadores las implicaciones de su estrategia de inversión, incluyendo la importancia de ahorrar o de diversificar, optando en este momento por una perspectiva más a largo plazo.
La comunicación da mejores resultados
El año pasado, Watson Wyatt, llevó a cabo un estudio que puso de manifiesto que aquellas empresas con un programa de comunicación efectivo reportaron un 47% más de retorno a sus accionistas entre los años 2002 y 2006 que otras compañías cuya comunicación fue más deficiente.
Asimismo, estas empresas tenían cuatro veces más probabilidades de obtener niveles altos de compromiso por parte de sus empleados que las que fallaban a la hora de comunicar sus mensajes.
Ahora, las conclusiones de este estudio son casi más importantes. En los tiempos que corren, una buena comunicación puede marcar la diferencia entre mantener el negocio o tener que claudicar. Con esto en la cabeza, esta consultora ha dado algunas directrices para que los directivos consigan una comunicación efectiva.
En primer lugar, una buena política de comunicación pasa porque el líder de la empresa haga el papel de líder. Los directivos no han de tener todas las respuestas, por eso han de decir a sus empleados, claramente, tanto las cosas que saben como las que no saben. Asimismo, es muy bueno aclarar e identificar las cosas que la organización está haciendo para resolver sus problemas. Saber que el directivo está ahí para dirigir en tiempos de incertidumbre es muy importante para los trabajadores, dice esta consultora.
Ser y parecer
No basta con tener fortalezas; también hay que mostrarlas. ¿Qué significa esto? Significa reforzar el corazón de los valores que hacen que una organización prospere y hablar a los empleados sobre cómo ellos ayudarán a la empresa a seguir haciéndolo.
En tiempos de crisis, hay que dar la cara, “hacerse visible”, dice Watson Wyatt. La credibilidad, la convicción y la pasión por un proyecto son mensajes muy importantes que pueden quedan claros con la mera presencia. Así, los empleados pueden ver el compromiso y estar informados por parte de sus directivos por medios tan sencillos como un webcast y otros vehículos interactivos.
En relación a dar la cara está no el no aislarse. En este sentido, los directivos deben echar mano de su equipo. Es necesario que también el equipo de gestión que un directivo tiene a su cargo sepa perfectamente cómo y qué comunicar.
Asimismo, es muy importante que los mensajes estén coordinados, tanto los internos como los externos. Los trabajadores deben conocer las noticias de la empresa antes por la propia empresa que por medios externos a ella.
El directivo ha de compartir responsabilidades siendo claro a la hora de decir, tanto a su equipo como a la mano de obra, lo que quiere. La gente quiere ayudar y los mandos superiores tienen que decirles cómo.
Según Watson Wyatt es importante encontrar fórmulas para conocer qué piensan en su fuero interno los trabajadores. Asimismo, es necesario controlar lo que la prensa dice respecto a la empresa y al sector en el que está enmarcada. En relación a esto, recomienda desarrollar un proceso para dar una respuesta rápida e inequívoca a rumores, como a supuestos despidos.
En último lugar, es clave mostrar siempre una cara humana. Algunos trabajadores están sufriendo en sus propias carnes la crisis, por lo que el directivo a de ser comprensivo y poner a disposición de sus empleados algún recurso que pueda ayudarles.
Lo queramos o no, casi ninguna empresa puede escaparse de la realidad marcada por la crisis, incluso si no está afectada directamente. En esta situación, los trabajadores temen qué vendrá después, se hacen preguntas sobre si sus ahorros para la jubilación están a salvo, sobre si seguirá subiendo el precio del petróleo, por no hablar de los problemas crediticios y financieros. El resultado de todas estas preocupaciones puede ser una desmoralización de la mano de obra y una caída de su productividad.
Cuando las cosas van mal, el primer impulso de directivos y presidentes ejecutivos es restringir la información de cómo van las cosas realmente y de las acciones que se están llevando a cabo.
La situación actual en los mercados financieros es una clara distracción para los empleados y, aunque la empresa no puede aconsejarles respecto a, por ejemplo, sus inversiones, sí pueden buscar otras maneras para tranquilizarles.
Según dice esta consultora en un comunicado, otra cosa que puede ayudar es hacer entender a los trabajadores las implicaciones de su estrategia de inversión, incluyendo la importancia de ahorrar o de diversificar, optando en este momento por una perspectiva más a largo plazo.
La comunicación da mejores resultados
El año pasado, Watson Wyatt, llevó a cabo un estudio que puso de manifiesto que aquellas empresas con un programa de comunicación efectivo reportaron un 47% más de retorno a sus accionistas entre los años 2002 y 2006 que otras compañías cuya comunicación fue más deficiente.
Asimismo, estas empresas tenían cuatro veces más probabilidades de obtener niveles altos de compromiso por parte de sus empleados que las que fallaban a la hora de comunicar sus mensajes.
Ahora, las conclusiones de este estudio son casi más importantes. En los tiempos que corren, una buena comunicación puede marcar la diferencia entre mantener el negocio o tener que claudicar. Con esto en la cabeza, esta consultora ha dado algunas directrices para que los directivos consigan una comunicación efectiva.
En primer lugar, una buena política de comunicación pasa porque el líder de la empresa haga el papel de líder. Los directivos no han de tener todas las respuestas, por eso han de decir a sus empleados, claramente, tanto las cosas que saben como las que no saben. Asimismo, es muy bueno aclarar e identificar las cosas que la organización está haciendo para resolver sus problemas. Saber que el directivo está ahí para dirigir en tiempos de incertidumbre es muy importante para los trabajadores, dice esta consultora.
Ser y parecer
No basta con tener fortalezas; también hay que mostrarlas. ¿Qué significa esto? Significa reforzar el corazón de los valores que hacen que una organización prospere y hablar a los empleados sobre cómo ellos ayudarán a la empresa a seguir haciéndolo.
En tiempos de crisis, hay que dar la cara, “hacerse visible”, dice Watson Wyatt. La credibilidad, la convicción y la pasión por un proyecto son mensajes muy importantes que pueden quedan claros con la mera presencia. Así, los empleados pueden ver el compromiso y estar informados por parte de sus directivos por medios tan sencillos como un webcast y otros vehículos interactivos.
En relación a dar la cara está no el no aislarse. En este sentido, los directivos deben echar mano de su equipo. Es necesario que también el equipo de gestión que un directivo tiene a su cargo sepa perfectamente cómo y qué comunicar.
Asimismo, es muy importante que los mensajes estén coordinados, tanto los internos como los externos. Los trabajadores deben conocer las noticias de la empresa antes por la propia empresa que por medios externos a ella.
El directivo ha de compartir responsabilidades siendo claro a la hora de decir, tanto a su equipo como a la mano de obra, lo que quiere. La gente quiere ayudar y los mandos superiores tienen que decirles cómo.
Según Watson Wyatt es importante encontrar fórmulas para conocer qué piensan en su fuero interno los trabajadores. Asimismo, es necesario controlar lo que la prensa dice respecto a la empresa y al sector en el que está enmarcada. En relación a esto, recomienda desarrollar un proceso para dar una respuesta rápida e inequívoca a rumores, como a supuestos despidos.
En último lugar, es clave mostrar siempre una cara humana. Algunos trabajadores están sufriendo en sus propias carnes la crisis, por lo que el directivo a de ser comprensivo y poner a disposición de sus empleados algún recurso que pueda ayudarles.