Foto: Nathalie P. Fuente: PhotoXpress.
La ansiedad y la incertidumbre pueden provocar que seamos más idealistas y radicales en lo que a nuestras creencias religiosas se refiere, sugieren los resultados de tres experimentos realizados por investigadores de la York University de Toronto, en Canadá.
En estos estudios participaron más de 600 personas, a las que se les sometió bien a situaciones neutrales bien a situaciones que les produjeron ansiedad.
Posteriormente, a los participantes se les pidió que describieran sus objetivos personales y que evaluaran su grado de convicción acerca de sus propios ideales religiosos, respondiendo a cuestiones tales como si estarían dispuestos a dar su vida por su fe o si apoyarían una guerra para defenderla.
Entusiasmo religioso
Según publica la York University en un comunicado, en estos tres experimentos se demostró que la ansiedad provocó en los participantes que éstos se sintieran más entusiastas e implicados con sus ideales, así como más extremistas en lo que a sus convicciones religiosas se refiere.
En uno de los estudios, la reflexión acerca de un dilema personal propició una tendencia general hacia los objetivos personales más idealistas. En un segundo experimento, el intento de resolver un problema matemático confuso ocasionó un aumento del radicalismo religioso de los participantes.
En un tercer experimento, en el que los participantes expusieron incertidumbres relacionadas con sus relaciones personales, se produjo la misma reacción de aumento del entusiasmo religioso que en el segundo experimento.
Los investigadores constataron, asimismo, que las reacciones de entusiasmo religioso fueron más pronunciadas entre aquellos participantes con personalidades más osadas (con una autoestima más alta, orientadas a la acción, ambiciosas y tenaces) y, al mismo tiempo, vulnerables a la ansiedad y a sentirse más desesperanzados con respecto a sus objetivos cotidianos.
Proceso de regulación emocional
Según explica Ian McGregor, director de la presente investigación y profesor de psicología de la York University, un proceso motivacional básico conocido como “motivación de enfoque reactivo” (RAM) sería el responsable de las reacciones de los participantes.
McGregor afirma que el proceso RAM es un estado emocional que hace que las personas se centren en los objetivos e ideales que promueven. En este estado, la gente se siente poderosa, y los pensamientos y sentimientos relacionados con otros temas pasan a un segundo plano para ellos.
RAM es normalmente un proceso de regulación que puede reorientar a las personas hacia vías alternativas para la consecución de objetivos cuando éstas encuentran algún obstáculo en su camino.
Lo que ha demostrado la presente investigación es que los humanos pueden, en ocasiones, adoptar un estado RAM basado en sus ideales y su fe religiosa, para encontrar alivio a corto plazo a su propia ansiedad.
Este alivio puede obtenerse, por otro lado, con sólo activar ideales y convicciones en nuestra propia mente. De este modo, las personas pueden provocarse la “motivación de enfoque reactivo” necesaria para alejar el foco de su atención de los problemas que causan ansiedad y, como consecuencia, recuperar la serenidad, explica el científico.
En estos estudios participaron más de 600 personas, a las que se les sometió bien a situaciones neutrales bien a situaciones que les produjeron ansiedad.
Posteriormente, a los participantes se les pidió que describieran sus objetivos personales y que evaluaran su grado de convicción acerca de sus propios ideales religiosos, respondiendo a cuestiones tales como si estarían dispuestos a dar su vida por su fe o si apoyarían una guerra para defenderla.
Entusiasmo religioso
Según publica la York University en un comunicado, en estos tres experimentos se demostró que la ansiedad provocó en los participantes que éstos se sintieran más entusiastas e implicados con sus ideales, así como más extremistas en lo que a sus convicciones religiosas se refiere.
En uno de los estudios, la reflexión acerca de un dilema personal propició una tendencia general hacia los objetivos personales más idealistas. En un segundo experimento, el intento de resolver un problema matemático confuso ocasionó un aumento del radicalismo religioso de los participantes.
En un tercer experimento, en el que los participantes expusieron incertidumbres relacionadas con sus relaciones personales, se produjo la misma reacción de aumento del entusiasmo religioso que en el segundo experimento.
Los investigadores constataron, asimismo, que las reacciones de entusiasmo religioso fueron más pronunciadas entre aquellos participantes con personalidades más osadas (con una autoestima más alta, orientadas a la acción, ambiciosas y tenaces) y, al mismo tiempo, vulnerables a la ansiedad y a sentirse más desesperanzados con respecto a sus objetivos cotidianos.
Proceso de regulación emocional
Según explica Ian McGregor, director de la presente investigación y profesor de psicología de la York University, un proceso motivacional básico conocido como “motivación de enfoque reactivo” (RAM) sería el responsable de las reacciones de los participantes.
McGregor afirma que el proceso RAM es un estado emocional que hace que las personas se centren en los objetivos e ideales que promueven. En este estado, la gente se siente poderosa, y los pensamientos y sentimientos relacionados con otros temas pasan a un segundo plano para ellos.
RAM es normalmente un proceso de regulación que puede reorientar a las personas hacia vías alternativas para la consecución de objetivos cuando éstas encuentran algún obstáculo en su camino.
Lo que ha demostrado la presente investigación es que los humanos pueden, en ocasiones, adoptar un estado RAM basado en sus ideales y su fe religiosa, para encontrar alivio a corto plazo a su propia ansiedad.
Este alivio puede obtenerse, por otro lado, con sólo activar ideales y convicciones en nuestra propia mente. De este modo, las personas pueden provocarse la “motivación de enfoque reactivo” necesaria para alejar el foco de su atención de los problemas que causan ansiedad y, como consecuencia, recuperar la serenidad, explica el científico.
No tiene efectos en la superstición
Los investigadores midieron asimismo las creencias supersticiosas de los participantes y su propensión a creer en un Dios controlador para distinguir el entusiasmo religioso de otras formas de devoción.
McGregor señala que las amenazas que producen ansiedad a veces también hacen que la gente se vuelva paranoica y más sumisa hacia ciertas fuerzas controladoras externas, por lo que se quería descartar esta interpretación de los resultados generales del estudio.
Así, se descubrió que la incertidumbre que provoca la ansiedad no tiene un efecto ni en las supersticiones ni en la sumisión religiosa.
El año pasado, Ian McGregor y sus colaboradores publicaron en la revista Psychological Sience los resultados de otra investigación en la que se constató que las creencias religiosas férreas está asociadas con una actividad neuronal menor en la corteza cingulada anterior, que es un área del cerebro que se vuelve más activa en situaciones que producen ansiedad.
McGregor afirma que “reunidos los resultados obtenidos en todo el programa de investigación sugieren que las personas osadas aunque vulnerables tienden a extremos religiosos e idealistas para paliar la ansiedad”.
Los tres experimentos mencionados han sido detallados recientemente en un artículo publicado por la revista Journal of Personality and Social Psychology.
Estudios anteriores
En 2008, un estudio realizado por científicos de la Universidad de Waterloo, en Canadá, obtuvo resultados similares a los obtenidos por McGregor.
Estos investigadores demostraron, concretamente, que hacer pensar a la gente sobre sucesos en los que no podían tener control alguno incrementaba radicalmente su fe en Dios, pero sólo si Dios era presentado como un ser controlador o dominante.
Resultados similares fueron obtenidos en otro estudio, publicado también en 2008 y realizado por este mismo grupo de investigadores.
Los investigadores midieron asimismo las creencias supersticiosas de los participantes y su propensión a creer en un Dios controlador para distinguir el entusiasmo religioso de otras formas de devoción.
McGregor señala que las amenazas que producen ansiedad a veces también hacen que la gente se vuelva paranoica y más sumisa hacia ciertas fuerzas controladoras externas, por lo que se quería descartar esta interpretación de los resultados generales del estudio.
Así, se descubrió que la incertidumbre que provoca la ansiedad no tiene un efecto ni en las supersticiones ni en la sumisión religiosa.
El año pasado, Ian McGregor y sus colaboradores publicaron en la revista Psychological Sience los resultados de otra investigación en la que se constató que las creencias religiosas férreas está asociadas con una actividad neuronal menor en la corteza cingulada anterior, que es un área del cerebro que se vuelve más activa en situaciones que producen ansiedad.
McGregor afirma que “reunidos los resultados obtenidos en todo el programa de investigación sugieren que las personas osadas aunque vulnerables tienden a extremos religiosos e idealistas para paliar la ansiedad”.
Los tres experimentos mencionados han sido detallados recientemente en un artículo publicado por la revista Journal of Personality and Social Psychology.
Estudios anteriores
En 2008, un estudio realizado por científicos de la Universidad de Waterloo, en Canadá, obtuvo resultados similares a los obtenidos por McGregor.
Estos investigadores demostraron, concretamente, que hacer pensar a la gente sobre sucesos en los que no podían tener control alguno incrementaba radicalmente su fe en Dios, pero sólo si Dios era presentado como un ser controlador o dominante.
Resultados similares fueron obtenidos en otro estudio, publicado también en 2008 y realizado por este mismo grupo de investigadores.