El Grupo de Investigación de Control Integrado de Plagas y Enfermedades Vegetales (Cipev) de la Universidad de La Laguna, dirigido por el profesor del Departamento de Botánica, Ecología y Fisiología Vegetal Raimundo Cabrera, trabaja desde hace tiempo en la búsqueda de productos naturales bioactivos de origen vegetal y fúngico.
El grupo ha desarrollado estrategias de control de plagas en plataneras, contra el picudo negro (reduciendo las poblaciones invasoras en un 90%), y en papas, contra la polilla guatemalteca (obteniendo cosechas con menos de un 4% de pérdidas). En ambos casos utilizaron hongos endófitos (que viven dentro de la planta sin dañarla).
Además del control obtenido sobre estas plagas se ha diseñado una trampa para el picudo que se encuentra en fase de prototipo, en colaboración con la empresa de moldeo por inyección de plástico Vicedo Martí.
En los últimos años, el Cipev ha participado en dos proyectos junto a otros organismos nacionales e internacionales que han culminado con dos patentes de productos con capacidades para el control de plagas y enfermedades en vegetales.
Selección de extractos
Estas patentes se solicitaron en 2012 y 2013 y su tramitación ha llevado varios meses, además de un periodo extra para su protección legal en Europa. Aún así, ya una de ellas ha sido licenciada a la empresa colombiana Ecoflora. Consiste en la extracción y procesamiento de un aceite a partir de un quimiotipo de la planta Artemisia absinthium, comúnmente conocida como ajenjo, el cual ha mostrado actividad frente a insectos y hongos fitopatógenos (es decir, que causan enfermedades a las plantas).
En este proyecto la ULL ha colaborado con el Instituto de Ciencias Agrarias (ICA) del Consejo Superior de investigaciones Científicas en Madrid, el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) y la Universidad de Zaragoza.
Como explica el profesor Cabrera en la web de la ULL, la primera fase del trabajo consistió en la selección de aquellos extractos de plantas y hongos más idóneos para el fin perseguido. En ese proceso se barajan varios criterios, uno de los cuales es que se conozca algún tipo de actividad en la planta u hongo analizado; en el caso del ajenjo, ya era sabido su uso medicinal, además de ser la base para la elaboración de la absenta.
Previamente, investigadores del ICA y del CITA habían localizado varios quimiotipos salvajes de esta artemisia. Uno de ellos se adaptó en centro de investigación de Zaragoza a condiciones de cultivo, lo cual es un proceso que llevó varios años hasta su estabilización. Posteriormente, comenzó el proceso de extracción y análisis del aceite y las pruebas de laboratorio sobre la actividad de esos formulados, cuyo producto final es lo que ha sido patentado y licenciado. Es una labor interdisciplinar en la que trabajan químicos, biólogos e ingenieros, entre otros especialistas.
El grupo ha desarrollado estrategias de control de plagas en plataneras, contra el picudo negro (reduciendo las poblaciones invasoras en un 90%), y en papas, contra la polilla guatemalteca (obteniendo cosechas con menos de un 4% de pérdidas). En ambos casos utilizaron hongos endófitos (que viven dentro de la planta sin dañarla).
Además del control obtenido sobre estas plagas se ha diseñado una trampa para el picudo que se encuentra en fase de prototipo, en colaboración con la empresa de moldeo por inyección de plástico Vicedo Martí.
En los últimos años, el Cipev ha participado en dos proyectos junto a otros organismos nacionales e internacionales que han culminado con dos patentes de productos con capacidades para el control de plagas y enfermedades en vegetales.
Selección de extractos
Estas patentes se solicitaron en 2012 y 2013 y su tramitación ha llevado varios meses, además de un periodo extra para su protección legal en Europa. Aún así, ya una de ellas ha sido licenciada a la empresa colombiana Ecoflora. Consiste en la extracción y procesamiento de un aceite a partir de un quimiotipo de la planta Artemisia absinthium, comúnmente conocida como ajenjo, el cual ha mostrado actividad frente a insectos y hongos fitopatógenos (es decir, que causan enfermedades a las plantas).
En este proyecto la ULL ha colaborado con el Instituto de Ciencias Agrarias (ICA) del Consejo Superior de investigaciones Científicas en Madrid, el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA) y la Universidad de Zaragoza.
Como explica el profesor Cabrera en la web de la ULL, la primera fase del trabajo consistió en la selección de aquellos extractos de plantas y hongos más idóneos para el fin perseguido. En ese proceso se barajan varios criterios, uno de los cuales es que se conozca algún tipo de actividad en la planta u hongo analizado; en el caso del ajenjo, ya era sabido su uso medicinal, además de ser la base para la elaboración de la absenta.
Previamente, investigadores del ICA y del CITA habían localizado varios quimiotipos salvajes de esta artemisia. Uno de ellos se adaptó en centro de investigación de Zaragoza a condiciones de cultivo, lo cual es un proceso que llevó varios años hasta su estabilización. Posteriormente, comenzó el proceso de extracción y análisis del aceite y las pruebas de laboratorio sobre la actividad de esos formulados, cuyo producto final es lo que ha sido patentado y licenciado. Es una labor interdisciplinar en la que trabajan químicos, biólogos e ingenieros, entre otros especialistas.
Hongos endófitos
La otra patente se obtuvo investigando los hongos endófitos, tanto por ser potenciales productores de sustancias bioactivas como por su potencial uso como microorganismos beneficiosos que puedan ser incluidos en programas de control integrado.
En las últimas décadas los hongos endófitos han despertado la atención de los investigadores. Resulta más fácil cultivar en el laboratorio grandes cantidades de estos hongos que de plantas con compuestos similares, por lo que resulta más rentable.
En este proyecto se colaboró nuevamente con el ICA del CSIC y, además, con el grupo de la doctora Nutan Kausik en The Energy And Resources Institute (TERI) de Nueva Delhi (India), centro dirigido por el premio Nobel Rajendra K. Pachauri.
Se aislaron e identificaron hongos endófitos en plantas medicinales de India y España y, como resultado, se encontraron dos que se han patentado en España para su uso en el control de plagas. El proyecto se desarrolló entre 2009 y 2012, tras lo cual se procedió a la fase de patente.
El grupo Cipev forma parte de la Cátedra Cajamar del Sector Agroalimentario de la Universidad de La Laguna. Esta universidad es una de las integrantes del ecosistema de innovación Global ImasT, del grupo eGauss, que celebrará su cuarta edición en noviembre, en 15 sedes simultáneas.
La otra patente se obtuvo investigando los hongos endófitos, tanto por ser potenciales productores de sustancias bioactivas como por su potencial uso como microorganismos beneficiosos que puedan ser incluidos en programas de control integrado.
En las últimas décadas los hongos endófitos han despertado la atención de los investigadores. Resulta más fácil cultivar en el laboratorio grandes cantidades de estos hongos que de plantas con compuestos similares, por lo que resulta más rentable.
En este proyecto se colaboró nuevamente con el ICA del CSIC y, además, con el grupo de la doctora Nutan Kausik en The Energy And Resources Institute (TERI) de Nueva Delhi (India), centro dirigido por el premio Nobel Rajendra K. Pachauri.
Se aislaron e identificaron hongos endófitos en plantas medicinales de India y España y, como resultado, se encontraron dos que se han patentado en España para su uso en el control de plagas. El proyecto se desarrolló entre 2009 y 2012, tras lo cual se procedió a la fase de patente.
El grupo Cipev forma parte de la Cátedra Cajamar del Sector Agroalimentario de la Universidad de La Laguna. Esta universidad es una de las integrantes del ecosistema de innovación Global ImasT, del grupo eGauss, que celebrará su cuarta edición en noviembre, en 15 sedes simultáneas.