La Agencia Espacial Europea (ESA) y la Universitat Politècnica de València (UPV) han firmado un acuerdo marco de colaboración que fortalece el perfil académico de su colaboración tras varios años de estrecho trabajo conjunto en el Laboratorio de Alta Potencia de Radiofrecuencia de Valencia.
Álvaro Giménez Cañete, director de Ciencia y Robótica de la ESA, señala en la nota de prensa de la UPV que, con acuerdos como éste, la Agencia Espacial Europea "quiere apoyar la formación de nuevos ingenieros y científicos que lleven la investigación en espacio a nuevas cotas de excelencia e innovación".
Francisco Mora, rector de la UPV, añade que esta nueva firma "permite dar un paso más" en la colaboración que mantiene la universidad con la Agencia Espacial Europea, "con nuevas acciones que permitirán a estudiantes de diversas titulaciones de la UPV completar su formación en las instalaciones que la ESA tiene en Madrid, Holanda o Italia, y asegurar así un flujo más estable de colaboración entre ambas entidades".
Entre las actuaciones previstas se encuentran la organización de visitas de estudiantes de la UPV a instalaciones de la ESA como el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC) o la Estación de Espacio Profundo en Cebreros; el apoyo de la ESA a la UPV con conferencias de expertos en relación a los programas principales de aplicaciones y de ciencia de la agencia; y la distribución regular de la revista científica ESA Bulletin entre los estudiantes de último año de la UPV interesados en el sector espacial.
El acuerdo contempla también el acceso de estudiantes de la UPV a programas de formación de graduados y de investigación de doctorado en ESAC y en otras instalaciones de la ESA; asesoramiento técnico y científico de la ESA en asuntos académicos relacionados con el espacio; e información detallada sobre los eventos científicos y técnicos de la ESA, facilitando cuando sea posible la participación en ellos de alumnos y profesores de la UPV.
La ESA recuerda en una nota que tiene formalizados acuerdos similares con otras dos universidades españolas. Con la Universidad Politécnica de Madrid, la colaboración incluye el apoyo, en su Escuela Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio, al Máster Universitario en Sistemas Espaciales (MUSE), impartido por el Instituto Universitario de Microgravedad Ignacio Da Riva, mientras que el acuerdo con la Universidad Carlos III de Madrid cubre la cooperación en la formación de futuros ingenieros espaciales, además de en iniciativas de innovación e investigación.
Álvaro Giménez Cañete, director de Ciencia y Robótica de la ESA, señala en la nota de prensa de la UPV que, con acuerdos como éste, la Agencia Espacial Europea "quiere apoyar la formación de nuevos ingenieros y científicos que lleven la investigación en espacio a nuevas cotas de excelencia e innovación".
Francisco Mora, rector de la UPV, añade que esta nueva firma "permite dar un paso más" en la colaboración que mantiene la universidad con la Agencia Espacial Europea, "con nuevas acciones que permitirán a estudiantes de diversas titulaciones de la UPV completar su formación en las instalaciones que la ESA tiene en Madrid, Holanda o Italia, y asegurar así un flujo más estable de colaboración entre ambas entidades".
Entre las actuaciones previstas se encuentran la organización de visitas de estudiantes de la UPV a instalaciones de la ESA como el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC) o la Estación de Espacio Profundo en Cebreros; el apoyo de la ESA a la UPV con conferencias de expertos en relación a los programas principales de aplicaciones y de ciencia de la agencia; y la distribución regular de la revista científica ESA Bulletin entre los estudiantes de último año de la UPV interesados en el sector espacial.
El acuerdo contempla también el acceso de estudiantes de la UPV a programas de formación de graduados y de investigación de doctorado en ESAC y en otras instalaciones de la ESA; asesoramiento técnico y científico de la ESA en asuntos académicos relacionados con el espacio; e información detallada sobre los eventos científicos y técnicos de la ESA, facilitando cuando sea posible la participación en ellos de alumnos y profesores de la UPV.
La ESA recuerda en una nota que tiene formalizados acuerdos similares con otras dos universidades españolas. Con la Universidad Politécnica de Madrid, la colaboración incluye el apoyo, en su Escuela Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio, al Máster Universitario en Sistemas Espaciales (MUSE), impartido por el Instituto Universitario de Microgravedad Ignacio Da Riva, mientras que el acuerdo con la Universidad Carlos III de Madrid cubre la cooperación en la formación de futuros ingenieros espaciales, además de en iniciativas de innovación e investigación.
Laboratorios
La ESA participa ya con la UPV en el Laboratorio de Alta Potencia de Radiofrecuencia a través del consorcio espacial valenciano Val Space (VSC), en el que también colaboran la Universitat de València (UV), el Ayuntamiento y la Generalitat.
Franco Ongaro, director del Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial (ESTEC, Países Bajos) de la ESA, visitó ayer ese laboratorio y el otro que gestionan en la ciudad: el Laboratorio Europeo de Materiales de Alta Potencia para el Espacio, situado en la Escola Tècnica Superior d'Enginyeria de la UV.
"Solo podemos estar satisfechos", indicó Ongaro. "Desde su puesta en marcha hasta hoy, en los laboratorios VSC-ESA se han llevado a cabo más de 28.000 horas de testeo. Sin duda, son una referencia internacional, únicos en su clase en todo el mundo, con profesionales excelentemente cualificados para responder a los retos de la industria aeroespacial".
El laboratorio de la UPV se encarga de diseñar maneras de que sistemas de radio de alta potencia puedan seguir operando sin problemas en el espacio durante años. El rector Mora mostró su satisfacción al echar la vista atrás: "Fue un reto que se nos planteó hace 7 años, cuando la Agencia sacó el concurso para lanzar un gran laboratorio de medida de potencias de microondas para aumentar sus prestaciones de cara a la puesta en órbita del gran número de satélites Galileo que ahora están en marcha".
"Nos presentamos como universidad, lo que era novedoso, y contamos con el apoyo de la Generalitat, el Ayuntamiento y la UV, y entre todos conseguimos sacarlo adelante. Hemos sabido responder gracias al trabajo tremendo de las personas implicadas".
El Laboratorio de Radiofrecuencia de Alta Potencia se fundó en 1980 y, originalmente, estaba situado en ESTEC. Su cometido entonces era estudiar los problemas técnicos que podían surgir en las misiones de observación de la Tierra por radar. En 2010 se trasladó la UPV, y ahora se encarga de diseñar maneras de que sistemas de radio de alta potencia puedan seguir operando sin problemas en el espacio durante años.
David Raboso, responsable de la ESA) en el laboratorio, señala en la nota de prensa de la UPV: "Cada año, a los satélites se les exige más potencia en la transmisión de información a Tierra. Los sistemas de radiofrecuencia modernos operan en niveles de potencia de multi-kilowatios, pero esto puede tener efectos secundarios potencialmente destructivos en el vacío del espacio".
Entre esos efectos se encuentran, por ejemplo, que la intensa energía de radiofrecuencia generada por dichos sistemas provoque, a su vez, resonancia en las emisiones, o que pequeñas cantidades de los gases alrededor del sistema se ionicen y formen una “corona” brillante. Todo esto puede causar interferencias en las comunicaciones y un mal funcionamiento de estos satélites.
Eso ha repercutido en el volumen y el nivel de trabajo del laboratorio. Sólo en 2015, dio servicio a 18 de las empresas más importantes del sector y ha servido de apoyo a programas de la ESA tan importantes como Galileo, Biomass, Small-Geo, Exomars o Meteosat, entre otros.
Además de conceder la calificación oficial de la ESA, asesora a las empresas en el diseño de los componentes espaciales y participa en las unidades operativas de solución de problemas de satélites en vuelo.
La ESA participa ya con la UPV en el Laboratorio de Alta Potencia de Radiofrecuencia a través del consorcio espacial valenciano Val Space (VSC), en el que también colaboran la Universitat de València (UV), el Ayuntamiento y la Generalitat.
Franco Ongaro, director del Centro Europeo de Investigación y Tecnología Espacial (ESTEC, Países Bajos) de la ESA, visitó ayer ese laboratorio y el otro que gestionan en la ciudad: el Laboratorio Europeo de Materiales de Alta Potencia para el Espacio, situado en la Escola Tècnica Superior d'Enginyeria de la UV.
"Solo podemos estar satisfechos", indicó Ongaro. "Desde su puesta en marcha hasta hoy, en los laboratorios VSC-ESA se han llevado a cabo más de 28.000 horas de testeo. Sin duda, son una referencia internacional, únicos en su clase en todo el mundo, con profesionales excelentemente cualificados para responder a los retos de la industria aeroespacial".
El laboratorio de la UPV se encarga de diseñar maneras de que sistemas de radio de alta potencia puedan seguir operando sin problemas en el espacio durante años. El rector Mora mostró su satisfacción al echar la vista atrás: "Fue un reto que se nos planteó hace 7 años, cuando la Agencia sacó el concurso para lanzar un gran laboratorio de medida de potencias de microondas para aumentar sus prestaciones de cara a la puesta en órbita del gran número de satélites Galileo que ahora están en marcha".
"Nos presentamos como universidad, lo que era novedoso, y contamos con el apoyo de la Generalitat, el Ayuntamiento y la UV, y entre todos conseguimos sacarlo adelante. Hemos sabido responder gracias al trabajo tremendo de las personas implicadas".
El Laboratorio de Radiofrecuencia de Alta Potencia se fundó en 1980 y, originalmente, estaba situado en ESTEC. Su cometido entonces era estudiar los problemas técnicos que podían surgir en las misiones de observación de la Tierra por radar. En 2010 se trasladó la UPV, y ahora se encarga de diseñar maneras de que sistemas de radio de alta potencia puedan seguir operando sin problemas en el espacio durante años.
David Raboso, responsable de la ESA) en el laboratorio, señala en la nota de prensa de la UPV: "Cada año, a los satélites se les exige más potencia en la transmisión de información a Tierra. Los sistemas de radiofrecuencia modernos operan en niveles de potencia de multi-kilowatios, pero esto puede tener efectos secundarios potencialmente destructivos en el vacío del espacio".
Entre esos efectos se encuentran, por ejemplo, que la intensa energía de radiofrecuencia generada por dichos sistemas provoque, a su vez, resonancia en las emisiones, o que pequeñas cantidades de los gases alrededor del sistema se ionicen y formen una “corona” brillante. Todo esto puede causar interferencias en las comunicaciones y un mal funcionamiento de estos satélites.
Eso ha repercutido en el volumen y el nivel de trabajo del laboratorio. Sólo en 2015, dio servicio a 18 de las empresas más importantes del sector y ha servido de apoyo a programas de la ESA tan importantes como Galileo, Biomass, Small-Geo, Exomars o Meteosat, entre otros.
Además de conceder la calificación oficial de la ESA, asesora a las empresas en el diseño de los componentes espaciales y participa en las unidades operativas de solución de problemas de satélites en vuelo.
Materiales
En junio de 2012, el VSC y la ESA decidieron abrir un segundo laboratorio en la Escola Tècnica Superior d'Enginyeria, ubicada en el campus de Burjassot-Paterna de la Universitat de València, dedicado exclusivamente al estudio y caracterización de materiales.
“Los materiales son muy importantes para el espacio, los equipos tienen que funcionar en condiciones adversas entre 10 y 15 años y no se pueden reparar”, explica en una nota de prensa de la UV el codirector del laboratorio, Benito Gimeno, que es catedrático de la universidad y vicepresidente de la Comisión Ejecutiva del VSC.
Un fallo en el componente de un satélite puede significar la pérdida del mismo. El objetivo de este centro es investigar y testear los materiales con los que se construyen los equipos de radio-frecuencia, un apoyo complementario al laboratorio en la UPV.
Los laboratorios están abiertos para todo tipo de empresas del sector aeroespacial, así como para gobiernos y organismos de investigación. La actividad se realiza sin ánimo de lucro, de forma que los ingresos se dedican a cubrir los gastos de funcionamiento.
“El Consorcio Espacial Valenciano está funcionando de manera óptima. Los beneficios que se generan se reinvierten en actualizar y mejorar las instalaciones, así como en desarrollar actividades de investigación y desarrollo punteras”, subraya el gerente del VSC, David Argilés.
En junio de 2012, el VSC y la ESA decidieron abrir un segundo laboratorio en la Escola Tècnica Superior d'Enginyeria, ubicada en el campus de Burjassot-Paterna de la Universitat de València, dedicado exclusivamente al estudio y caracterización de materiales.
“Los materiales son muy importantes para el espacio, los equipos tienen que funcionar en condiciones adversas entre 10 y 15 años y no se pueden reparar”, explica en una nota de prensa de la UV el codirector del laboratorio, Benito Gimeno, que es catedrático de la universidad y vicepresidente de la Comisión Ejecutiva del VSC.
Un fallo en el componente de un satélite puede significar la pérdida del mismo. El objetivo de este centro es investigar y testear los materiales con los que se construyen los equipos de radio-frecuencia, un apoyo complementario al laboratorio en la UPV.
Los laboratorios están abiertos para todo tipo de empresas del sector aeroespacial, así como para gobiernos y organismos de investigación. La actividad se realiza sin ánimo de lucro, de forma que los ingresos se dedican a cubrir los gastos de funcionamiento.
“El Consorcio Espacial Valenciano está funcionando de manera óptima. Los beneficios que se generan se reinvierten en actualizar y mejorar las instalaciones, así como en desarrollar actividades de investigación y desarrollo punteras”, subraya el gerente del VSC, David Argilés.