Un agente del servicio financiero por teléfono M-Pesa, en Bunda (Kenia). Imagen: Emil Sjöblom. Fuente: Flickr.
Con ocasión de una sesión especial de la Comisión de la Banda Ancha de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible celebrada durante el World Economic Forum en Davos (Suiza), el jueves pasado, se abrió un nuevo diálogo mundial centrado en poner en línea a 1.500 de los 4.200 millones de personas que no están conectadas.
La sesión, informa la Unión Internacional de Telecomunicaciones en una nota de prensa, forma parte de los esfuerzos de la Comisión destinados a dar un impulso y convencer a los dirigentes mundiales de que la cuestión de la conectividad de banda ancha se sitúe en lo más alto de la agenda global.
Participaron no sólo las principales personalidades de la Comisión, sino también destacados dirigentes de los gobiernos, la industria y el sector financiero, incluido el Banco Mundial.
Es la primera vez que tantos dirigentes mundiales han afirmado la importancia esencial de la banda ancha para el crecimiento nacional y han coincidido en torno a una visión común de la banda ancha. Participaron en un animado debate en torno a los desafíos para la inversión ligados a la instalación de la infraestructura de banda ancha en las comunidades insuficientemente atendidas.
En un nuevo Documento para la Discusión elaborado por la UIT como contribución a la labor de la Comisión y presentado durante la sesión, se calcula que conectar a 1.500 millones de personas más en todo el mundo requerirá una inversión de 450.000 millones de dólares (415.000 millones de euros) en infraestructura de red.
En el documento se examinan los principales motivos de la falta de conectividad, identificados como la falta de infraestructura, la falta de servicios asequibles, la falta de cualificación de los usuarios y la falta de contenidos digitales adecuados.
La estimación del coste de la conectividad de banda ancha a escala mundial que se presenta en el documento se basa en los estudios de la propia Comisión de la Banda Ancha, combinados con recientes estudios efectuados por organismos gubernamentales tales como la Comisión Europea, organizaciones mundiales como el Banco Mundial, y entidades de la industria como la Asociación GSM, que representa a muchos de los operadores móviles de todo el mundo.
Declaración
La sesión culminó con la presentación de una Declaración Conjunta del grupo titulada Colaborar para ofrecer acceso a Internet a los próximos 1.500 millones en 2020. En la Declaración se señala que sólo 3.200 millones de personas están en la actualidad en línea, mientras que 4.200 millones siguen sin estar conectadas.
En los 48 países menos adelantados identificados por las Naciones Unidas, la penetración de Internet es inferior al 10 por ciento, cayendo hasta el 2 por ciento en seis de los países más desfavorecidos del mundo.
En la Declaración Conjunta se pide un esfuerzo concertado a escala mundial para conectar a Internet al 60 por ciento de la población mundial para el año 2020, con arreglo a la Agenda Conectar 2020 de la UIT, acordada por los 193 Estados Miembros de la Unión en 2014.
La sesión, informa la Unión Internacional de Telecomunicaciones en una nota de prensa, forma parte de los esfuerzos de la Comisión destinados a dar un impulso y convencer a los dirigentes mundiales de que la cuestión de la conectividad de banda ancha se sitúe en lo más alto de la agenda global.
Participaron no sólo las principales personalidades de la Comisión, sino también destacados dirigentes de los gobiernos, la industria y el sector financiero, incluido el Banco Mundial.
Es la primera vez que tantos dirigentes mundiales han afirmado la importancia esencial de la banda ancha para el crecimiento nacional y han coincidido en torno a una visión común de la banda ancha. Participaron en un animado debate en torno a los desafíos para la inversión ligados a la instalación de la infraestructura de banda ancha en las comunidades insuficientemente atendidas.
En un nuevo Documento para la Discusión elaborado por la UIT como contribución a la labor de la Comisión y presentado durante la sesión, se calcula que conectar a 1.500 millones de personas más en todo el mundo requerirá una inversión de 450.000 millones de dólares (415.000 millones de euros) en infraestructura de red.
En el documento se examinan los principales motivos de la falta de conectividad, identificados como la falta de infraestructura, la falta de servicios asequibles, la falta de cualificación de los usuarios y la falta de contenidos digitales adecuados.
La estimación del coste de la conectividad de banda ancha a escala mundial que se presenta en el documento se basa en los estudios de la propia Comisión de la Banda Ancha, combinados con recientes estudios efectuados por organismos gubernamentales tales como la Comisión Europea, organizaciones mundiales como el Banco Mundial, y entidades de la industria como la Asociación GSM, que representa a muchos de los operadores móviles de todo el mundo.
Declaración
La sesión culminó con la presentación de una Declaración Conjunta del grupo titulada Colaborar para ofrecer acceso a Internet a los próximos 1.500 millones en 2020. En la Declaración se señala que sólo 3.200 millones de personas están en la actualidad en línea, mientras que 4.200 millones siguen sin estar conectadas.
En los 48 países menos adelantados identificados por las Naciones Unidas, la penetración de Internet es inferior al 10 por ciento, cayendo hasta el 2 por ciento en seis de los países más desfavorecidos del mundo.
En la Declaración Conjunta se pide un esfuerzo concertado a escala mundial para conectar a Internet al 60 por ciento de la población mundial para el año 2020, con arreglo a la Agenda Conectar 2020 de la UIT, acordada por los 193 Estados Miembros de la Unión en 2014.
También se destaca la importancia de esforzarse por dar un acceso suficiente, de manera que todos los conectados puedan beneficiarse al máximo del potencial que ofrece el mundo en línea. En la actualidad, según se observa en la Declaración, sólo el 5 por ciento de los idiomas del mundo están representados en línea; se calcula que unos 781 millones de adultos son analfabetos; y 100 millones de niños no han tenido acceso a una educación primaria completa –creándose así grandes bolsas de "excluidos digitales".
En la edición de 2015 del informe sobre el Estado de la banda ancha elaborado por la Comisión, se confirma que la puesta en marcha de Internet a escala mundial no está llegando a quienes más se beneficiarían de ella, de manera que el acceso a Internet está llegando a niveles de saturación en las naciones ricas del mundo, pero no avanza con la suficiente rapidez para beneficiar a miles de millones de personas que viven en el mundo en desarrollo –especialmente en las zonas rurales y alejadas.
"Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas nos recuerdan que el desarrollo mundial debe medirse por el número de personas que van quedando atrás", declara Houlin Zhao, secretario general de la UIT y vicepresidente de la Comisión de la Banda Ancha junto a Irina Bokova, Directora General de la Unesco.
"Las fuerzas del mercado han sido suficientes para conectar a las naciones más ricas del mundo, donde resulta fácil encontrar una justificación para una inversión rentable en la red. Ahora nuestro gran reto es encontrar mecanismos rápidos y eficaces para conectar a los siguientes 1.500 millones de personas que aún no disfrutan de los beneficios de la conectividad a Internet, para 2020, y este será el enfoque fundamental de la futura labor de la Comisión de la Banda Ancha."
Productos financieros
La Universidad de Washington (Seattle, EE.UU.) trabaja para hacer más accesibles en los países pobres servicios financieros vía teléfono móvil, como M-Pesa, que en Kenia facilita los pagos a distancia. Por ejemplo, un taxista puede enviar dinero a su mujer, que vive en otro pueblo, mediante un SMS que sirve de clave para recoger el dinero en el banco local (un simple comerciante). La mujer puede decidir dejar el dinero, en forma de ahorros.
Gracias a una beca de la Fundación Bill y Melinda Gates, investigan cómo proteger estas transferencias de ciberataques, identificando de forma segura a los usuarios legítimos; cómo incorporar al sistema a más comerciantes-banqueros; y cómo desarrollar plataformas que funcionen en operadores de diferentes países. En Kenia funciona M-Pesa en parte porque hay un solo operador nacional.
La novedad es que se aplique a este tipo de servicios un enfoque tecnológico, señalan los investigadores en la información de UW. Hasta ahora se analizaban desde el punto de vista social.
En la edición de 2015 del informe sobre el Estado de la banda ancha elaborado por la Comisión, se confirma que la puesta en marcha de Internet a escala mundial no está llegando a quienes más se beneficiarían de ella, de manera que el acceso a Internet está llegando a niveles de saturación en las naciones ricas del mundo, pero no avanza con la suficiente rapidez para beneficiar a miles de millones de personas que viven en el mundo en desarrollo –especialmente en las zonas rurales y alejadas.
"Los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas nos recuerdan que el desarrollo mundial debe medirse por el número de personas que van quedando atrás", declara Houlin Zhao, secretario general de la UIT y vicepresidente de la Comisión de la Banda Ancha junto a Irina Bokova, Directora General de la Unesco.
"Las fuerzas del mercado han sido suficientes para conectar a las naciones más ricas del mundo, donde resulta fácil encontrar una justificación para una inversión rentable en la red. Ahora nuestro gran reto es encontrar mecanismos rápidos y eficaces para conectar a los siguientes 1.500 millones de personas que aún no disfrutan de los beneficios de la conectividad a Internet, para 2020, y este será el enfoque fundamental de la futura labor de la Comisión de la Banda Ancha."
Productos financieros
La Universidad de Washington (Seattle, EE.UU.) trabaja para hacer más accesibles en los países pobres servicios financieros vía teléfono móvil, como M-Pesa, que en Kenia facilita los pagos a distancia. Por ejemplo, un taxista puede enviar dinero a su mujer, que vive en otro pueblo, mediante un SMS que sirve de clave para recoger el dinero en el banco local (un simple comerciante). La mujer puede decidir dejar el dinero, en forma de ahorros.
Gracias a una beca de la Fundación Bill y Melinda Gates, investigan cómo proteger estas transferencias de ciberataques, identificando de forma segura a los usuarios legítimos; cómo incorporar al sistema a más comerciantes-banqueros; y cómo desarrollar plataformas que funcionen en operadores de diferentes países. En Kenia funciona M-Pesa en parte porque hay un solo operador nacional.
La novedad es que se aplique a este tipo de servicios un enfoque tecnológico, señalan los investigadores en la información de UW. Hasta ahora se analizaban desde el punto de vista social.