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La Caída podría tener una interpretación antropológica

Un nuevo libro propone al clima como factor del cambio humano relatado en la Biblia


En sintonía con la tesis de Panikkar, el británico Steve Taylor (en su libro La Caída, cuya traducción española ha publicado muy recientemente Ediciones La Llave de Vitoria) defiende la teoría de que hace seis milenios la Humanidad experimentó un cambio que él considera más patológico que otra cosa: en diferentes zonas del planeta, un súbito escalón climático que implicó la implantación de condiciones medioambientales de extrema aridez, empujó al homo sapiens –heroico superviviente de varias glaciaciones– a experimentar una transformación psico-sociológica que trastocó radicalmente su manera de relacionarse con la Naturaleza y con sus semejantes. Dicha transformación propició el surgimiento de lo que entendemos por civilización, pero la visión de Taylor sobre este suceso es muy diferente de la habitual: el resultado principal del proceso fue la hipertrofia enfermiza del Yo Separativo. Por José Luis San Miguel de Pablos.


José Luis San Miguel de Pablos.
03/11/2009

Adan y Eva. Lucas Cranach El Viejo.
Adan y Eva. Lucas Cranach El Viejo.
¿Por qué nació la filosofía -al menos, la occidental- como filosofía de la naturaleza? La más obvia respuesta es que los hombres se interrogaban por lo que percibían. A su alrededor y también en sí mismos (sus propios cuerpos). Pero ¿sólo percibían? No, lo que hacían era algo más fundamental: vivían. Y adelantemos ya una propuesta básica: vivir es ser naturaleza.

La pregunta pertinente es, por tanto, otra: la autonomización del pensar con respecto al vivir, de la que tantos se sienten orgullosos, y que consideramos, seguramente con razón, la condición sinequanon del nacimiento de la filosofía y de la ciencia, ¿es un gran paso evolutivo o una desviación patológica? ¿O quizás ambas cosas?

Insiste reiteradamente Raimon Panikkar en una opinión que algunos perciben como insufriblemente escandalosa: la Humanidad ha podido errar gravemente el camino, pero no sólo en las últimas centurias, poniendo en marcha una revolución tecnocientífica e industrial que la sensibilidad ecológica creciente enjuicia hoy con mirada severa, sino desde los mismos albores de la civilización. Sería la apuesta por “sólo pensamiento” –crecientemente desligado de la afectividad, del sentimiento– la que, al promover la hipertrofia de la función psíquica (Jung) del mismo nombre, habría sido causa de un tremendo desequilibrio en el homo sapiens, de un desequilibrio que ha acabado por “salpicar” a la naturaleza terrestre entera.

El mundo del hombre, al ser ante todo representación, producto de su actividad pensante, ha ido separándose cada vez más del Mundo como realidad englobante, o lo que es lo mismo, de la Naturaleza. Pero es que, además, ese mismo hombre ha procurado por todos los medios que ese mundo representacional suyo se transformase en “el mundo”, en el único mundo, con el resultado del galopante encerramiento solipsista del sujeto humano, así colectivo como individual.

El Mito del Paraíso y la Caída

En el corazón, casi en el arranque, del mito bíblico fundamental, se encuentra el Paraíso. Es casi una obviedad decir que el mismo se refiere al estado protohumano de armonía fusional en y con la Naturaleza. Pero ¿qué puede decirse de la “desobediencia” y del “pecado” que ponen término abruptamente al estado paradisíaco?

El secuestro por las ortodoxias monoteístas de este antiguo relato de la tradición semítica, dotado de todo el potencial iluminador de los Grandes Mitos, ha dificultado sin duda el despliegue de dicho potencial, que sólo una mirada interpretativa libre de servidumbres (religiosas o antirreligiosas) está en condiciones de llevar a cabo.

De hecho, no es difícil… ¿Cuál puede ser el sentido de “ceder a la tentación de comer el fruto del arbol de la ciencia del bien y del mal”? Obviamente, sustituir la plenitud paradisíaca de vivir en comunión por el fin alternativo de conocer desde la separación; conocer para igualarse –desde la infinita distancia de una alteridad radical- a un dios personal, para estar en condiciones de hacer y deshacer como él, tan a su antojo como él…

El Poder por encima del Bien.

La caída antropológica

En sintonía con la tesis de Panikkar, el británico Steve Taylor (en su libro La Caída, cuya traducción española ha publicado muy recientemente Ediciones La Llave de Vitoria) defiende la teoría de que hace seis milenios la Humanidad experimentó un cambio que él considera más patológico que otra cosa: en diferentes zonas del planeta, un súbito escalón climático que implicó la implantación de condiciones medioambientales de extrema aridez, empujó al homo sapiens –heroico superviviente de varias glaciaciones– a experimentar una transformación psico-sociológica que trastocó radicalmente su manera de relacionarse con la Naturaleza y con sus semejantes.

Dicha transformación propició el surgimiento de lo que entendemos por civilización, pero la visión de Taylor sobre este suceso es muy diferente de la habitual: el resultado principal del proceso fue la hipertrofia enfermiza del Yo Separativo, que en gran medida aisló psicológicamente a los individuos y los enfrentó entre sí –lo que se manifestó en un gran incremento de la violencia y el afán de dominación– así como al conjunto de éstos con el entorno. Este acontecimiento sobrevenido en un tiempo relativamente corto, provocó la eclosión de una avalancha de rasgos característicos –positivos y negativos– del hombre civilizado.

Esta novedosa visión de la Caída bíblica es, a mi modo de ver, muy interesante. Se adivinan, no obstante, dos grandes líneas de crítica oponiéndosele. La primera, proveniente de la(s) ortodoxia(s) religiosa(s), haría referencia a la desacralización del misterio de la Caída y el Pecado Original. Lo delicado de tocar un tema teológico no basta para disuadirme de hacer un breve comentario al respecto. Si nadie mínimamente serio defiende ya, en el ámbito cristiano y menos aún católico, la literalidad de “Adán y Eva”, si la gran mayoría de los creyentes admiten hoy –muchos incluso con entusiasmo y haciendo incluso importantes aportaciones– la evolución de la vida y su principal desembocadura planetaria en el género Homo, ¿en qué quedan el Paraíso y la Caída?

Ante los textos básicos de las grandes religiones monoteístas se dan clásicamente dos posicionamientos: aceptarlos literalmente o rechazarlos sin contemplaciones. Y sin embargo, lo sucedido con “Adán y Eva” y con “los Seis Días”, a partir de la interacción ciencia-religión producida desde hace más de un siglo, debería mover a una reflexión de mucha mayor amplitud y calado que las habituales. El Paraíso y lo que se nos cuenta que en él sucede es, en todo caso, in-te-re-san-tí-si-mo, por más que “nada fuera así exactamente”…, una apreciación que deja flotando una cuestión importante: ¿pueden transmitir los mitos, en cuanto tales, mensajes verdaderos?

Sentido esencial del mito

Al enfocar la Caída bíblica como un Gran Mito (¿y qué otra cosa podría ser un relato cuyo eje central es “la prohibición de comer el fruto del Árbol de la ciencia del Bien y del Mal”?) cabe preguntarse por su sentido esencial, respetando en todo caso la apertura que es consustancial al lenguaje mítico, y que ninguna interpretación es capaz de clausurar.

Lo que se capta, partiendo de tal aproximación, es la eclosión de una problematicidad antropológica severa ligada a la pulsión cognitivo-egótica –y por ende controladora– del ser humano. Pues cualquier lector desapasionado del primer capítulo del Génesis se da cuenta enseguida de que la problematicidad que provoca la Caída no está “abajo” (en la sexualidad) sino “arriba” (en la cognitividad), asociándose a la pulsión de querer controlarlo absolutamente todo, hasta las causas finales últimas.

La segunda línea de críticas a la recuperación aconfesional de la Caída que propone Taylor, vendrá sin ninguna duda del orbe racionalista. ¿Qué valor puede tener un mito hebreo para el incremento de nuestro conocimiento antropológico? Pero es que no se trata sólo de un mito hebreo… Una variación sobre el mismo tema la constituye la referencia reiterada a una Edad de Oro en la que los seres humanos eran mejores que los actuales. Esta creeencia estaba amplísimamente extendida en la Antigüedad, así en Occidente (Grecia) como en Oriente (la India).

El primer romántico, Jean-Jacques Rousseau, apostó fuerte, hace ahora dos siglos y medio, por el “buen salvaje”, y la visión que el filósofo ginebrino tenía de los “primitivos” coincide en buena medida con la que tiene Taylor de la “humanidad pre-caída”. Sin embargo, esta concepción, lo mismo que la teoría rusoniana del buen salvaje, no puede ser asumida sin más, dado que cualquiera puede objetar que la violencia, la crueldad y las desigualdades lacerantes han estado presentes siempre; pero ¿lo han estado de la misma manera y en igual medida que a partir del surgimiento de las civilizaciones urbanas e imperiales?

Dudas sobre Rousseau

Eso, Taylor lo pone radicalmente en duda, y lo cierto es que un dato como el de la construcción de las pirámides con el fin de eternificar la individualidad de un soberano, instrumentalizando a tal efecto una masa enorme de población y de recursos, apunta en el sentido de apoyar fuertemente la verosimilitud de que la explosión del ego sea la clave de la Caída.

El tema de fondo que Taylor pone sobre la mesa es de enorme relevancia, más allá de que se esté o no de acuerdo con la explicación, quizás algo simplista, que propone sobre las causas de la Caída. ¿La psicología “normal” del ser humano, tal como ha llegado a ser, junto a sus consecuencias de todo tipo, es la única posible, antropológicamente hablando? Si en lugar de contemplar el mito de la Caída a través del prisma de la idea de pecado, se entiende como un proceso adaptativo, sólo a medias exitoso, o lo que es lo mismo, con facetas positivas pero también con otras negativas –incluso algunas superlativamente-, ¿no podría este enfoque desbloquear la vitalidad reprimida, la capacidad movilizadora y transformadora, de un mensaje francamente provocador que ha llegado hasta nosotros salvando el abismo del tiempo?

Hoy contamos con un espejo que no teníamos (o del que más bien apenas éramos conscientes) hace tan sólo unas pocas décadas. El espejo en cuestión no es otro que nuestra enorme dificultad para relacionarnos saludablemente con la Naturaleza. “Algo va mal” o “algo nos falta” si nuestro bienestar individual tiene que pagar el precio de la extrema degradación, o incluso la destrucción, del entorno matricial que precisamos imperativamente para vivir una vida armoniosa. Pondré el ejemplo cercano de nuestras costas: kilómetros y kilómetros de la vital interfacies tierra-mar aniquilada -a efectos de interacción ecológica- por el afán de poseer individualmente, los unos, un pedacito de costa, y de embolsarse más y más dinero, los otros, los especuladores.

Indicios de cambio

Pero ¿hay alguna señal que apunte a una reacción sanadora? Taylor cree que sí, y el autor de este artículo también lo piensa. La lista de indicios es larga, desde las declaraciones de derechos humanos hasta el fin de la esclavitud y el colonialismo, desde el incremento de la sensibilidad ecológica (partiendo prácticamente de cero) hasta la creciente compasión y afecto por los animales, desde la valoración también del aspecto emocional de la inteligencia hasta el reconocimiento de la igualdad de capacidades y derechos de la mujer con repecto al varón… Claro está que más se trata de tendencias que de realidades plenas, que por lo demás están muy desigualmente repartidas geográfica y culturalmente, pero aún así, la comparación con tiempos pasados no deja lugar a dudas.

La crisis económica mundial iniciada hace un par de años habría podido ser una oportunidad excelente para impulsar la reacción sanadora de que estamos hablando. No parece, sin embargo, que esté siendo así… Los líderes mundiales y los poderes internacionales reales se han decantado visiblemente por dejarlo todo igual, salvo pequeñísimos retoques, y la actitud generalizada de nuestras sociedades es seguir la misma tónica continuista.

Pero desde luego no es sorprendente: si Taylor tiene razón, el aspecto patológico de aquel proceso remoto que cambió a la Humanidad debe de estar tan profundamente enraizado en nosotros que superarlo no puede resultar fácil en modo alguno. Pero ¿es posible, al menos? Seguramente sí, aunque los sermones new age, por bienintencionados que sean, no sirven de gran cosa.

El cambio climático, impulsor

Más me inclino a creer que el magisterio de la realidad, de la dura realidad, será a la postre lo decisivo, ya que los trastornos obsesivo-compulsivos (y el pathos de la Humanidad civilizada se les asemeja mucho) no son fáciles de curar. Tendrá que ser el afrontamiento, práctico y en el día a día, de las grandes dificultades materiales que sin duda traerá el cambio climático -que, como últimamente no deja de repetir James Lovelock, es ya, en lo esencial, imparable- lo que nos obligue a vivir nuevamente de verdad nuestras vidas, en presente y sin pantallas ideológicas, teoricistas, discursivas, etc.

Lo que, para sobrevivir, nos obligue a superar la disociación entre el vivir y el pensar que está en el origen de ese “malestar” profundo y permanente del que también habla Taylor en el libro que comentamos, y que –desde Sigmund Freud hasta Fernando Pessoa – tantos intelectuales han evocado.


José Luis San Miguel de Pablos, Universidad Comillas, colaborador de la Cátedra CTR



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1.Publicado por Carol el 03/11/2009 14:17
Creo que la tendencia a investir fuerzas conductuales en la racionalidad en detrimento de la afectividad mucho tiene que ver con el desfasaje de poder entre hombre y mujer. Una capacidad para descifrar y entender sistemas de signos emocionales y expresarlos de forma más acabada es una característica mucho más sofisticada en la mujer cuya constitución psicobiológica la hace tender hacia comportamientos más empáticos, menos violentos y más "preservadores" en relación con el sexo opuesto. Tales características fueron siempre anuladas y consideradas inferiores durante la historia, tal vez justamente por ser estadísticamente de prevalencia femenina.

2.Publicado por Beatriz Basenji el 03/11/2009 20:52
Que tema ! Muy muy bueno. Para cuando nuestra especie elaboró el mito de La Caída, ya eramos civilizadamente viejos. Porque ese mito y su prohibición ya son altamente reveladores. Se nos había prohibido comer del "árbol de la Ciencia del Bien y del Mal" . Vale decir, que quien debió formular esa prohibición debía ser lo menos un científico sabedor del mal y el bien a que la Ciencia que él dominaba, podía conducir. Hay quienes sostienen que los primeros 22 capítulos del Génesis, son una colección de cuentos recopilados de muy antigüa data. Debemos tener en consideración que, en los tiempos que tales relatos se escribieron, pocas eran las personas que sabian leer y escribir, de modo que esos documentos nos estan diciendo mucho acerca de nuestro común pasado.Sin embargo, mas fiel que la palabra escrita, son las piedras , las cerámicas, los objetos creados por nuestros antepasados, porque son un testimonio auténtico de sus vidas.

Los chinos, que son el pueblo que posee documentos escritos que datan de mas de 7 mil años, seguramente deben saber sobre este y otros temas, mucho mas que nosotros.
Y qué decir de América, en cuyo territorio ya se van encontrando restos de poblaciones de mas de 20 mil años ? Seamos sinceros : la famosa Ur donde nació el patriarca Abraham no llega a los 6 mil años. Hace 6 mil años tribus diversas poblaban la Península Ibérica. Existe también el Leabhar Gabhala ,donde se cuenta el viaje de unos monjes irlandeses en busca del Paraíso. Al que por cierto llegaron. Pues bien, el Paraíso - y lo siento por todos aquellos que creen y sostienen que estaba entre el Eufrates y el Tigris - estaba situado en el Noreste de Sud América.
Ese marco cultural que se pretende enfocar en unos seis mil años, puede resultar irrisorio. No diré nada de las pirámides de Egipto, pero sí de la famosa Esfinge. Pues bien, se sabe que en Egipto hace diez mil años que no llueve. Sin embargo, los costados de la Esfinge han sido erosionados por la lluvia. (Dicho esto por expertos en la materia) ¿Qué decir de algunas momias egipcias, que cuando fueron llevadas no hace mucho tiemp o a Francia para curarlas de ciertos hongos y bacterias, se descubrió que habian sido preservadas originalnente con hojas de coca ?También el el norte de Chile - en un lugar llamado Chinchorro- han encontrado las momias mejor preservadas que se conocen, tres mil años mas viejas que las egipcias !
Una de las grandes tragedias de nuestra civilización, es haber perdido su historia escrita, documentada. Aquél o aquellos que incendiaron la Biblioteca de Alejandría nos arrebataron lo mas importante de nuestro pasado , que seguramente no coincide con lo que hasta ahora nos han hecho creer a través de las religiones.

3.Publicado por ORLANDO TIPISMANA NEYRA el 04/11/2009 01:46
Dudo mucho que la sociedad actual, no está en su mejor momento de dar un giro de 360º para revertir ese proceso patológico del pasado histórico de nuestra civilización.

Considero que hoy contamos con mejores herramientas para desde esa "arquitectura cognitivo-emocional" elaborado por el ser humano, para comprender la naturaleza y la suya propia, integrar de nuevo cognición y emoción. Tanto las culturas occidentales como las orientales, tienen mayor interacción, los sistemas de comunicación han acortado las distancias afectivas, cognitivas y sociales.

Hay una necesidad de ser optimista. El ser humano aprende siempre "al borde del abismo" cómo cambiar.

!ah¡ no creo que sea un asunto de sexo o de diferencias de genero. El ser humano como tal, con toda su diversidad, está hoy mejor preparado para ese gran cambio ¿cuándo? No tengo una respuesta. Quizás, se requiera de más tiempo. En este dilema surge la Fe.

Saludos cordiales
orlando tipismana neyra
Lima - Perú

4.Publicado por Elías el 04/11/2009 11:11
En primer lugar, felicitarles por el interesantísimo artículo publicado. Es altamente sugerente.
No he tenido oportunidad de leer el libro de Steve Taylor: “La Caída”, por lo que las críticas que voy a formular a continuación, pueden estar totalmente erradas.

No me queda suficientemente claro, si por el Título: “La Caída podría tener una interpretación antropológica”, ha de entenderse:

a)Que el mito de la Caída puede interpretarse en claves antropológicas. Lo cual, y de por sí, no implicaría un enfrentamiento con otras claves interpretativas (psicológicas, sociológicas, metafísicas, teológicas). Es decir, se trataría de otra “pieza”, que ayudaría a una comprensión integral, del mito de la Caída. De ser así, estaría totalmente de acuerdo, independientemente, de lo más o menos de acuerdo que uno pueda estar con la interpretación antropológica dada por Steve Taylor.

b)Que la antropología, por sí misma, daría buena cuenta del mito de la Caída. Esta interpretación la derivo, entre otros, de un pasaje del artículo, y cito textualmente: “Un nuevo libro propone al clima como factor de cambio humano relatado en la biblia”. De ser así, no estaría de acuerdo.

Insisto, no he leído el libro, pero considero que se está defendiendo esta última postura. Agradecería, que de no ser cierta mi interpretación, alguien tuviese la amabilidad de aclarármelo.

Antes de continuar, he de hacer un pequeño inciso. No estoy de acuerdo en que la problematicidad que provoca la caída no está “abajo” (en la sexualidad) sino “arriba” (en la cognitividad).Personalmente considero que la problematicidad no radica ni “abajo” ni “arriba”, sino en el “todo”, que es la persona humana. La problematicidad afecta de raíz a la persona, y sólo de forma consecutiva, es un problema de cognitividad.

Si bien es verdad que la Caída se ha interpretado en términos de pecado, considero, que ni es la única interpretación, ni es la que posee una mayor vía de desarrollo.

Se podría entender la Caída, no en términos de pecado, sino de desamparo, de nihilidad radical. Nihilidad radical que podría entenderse tanto en clave existencial como en clave ontológica. Aquí me voy a centrar en la ontológica, por lo que, dicha nihilidad radical sería un momento constitutivo- y no consecutivo- a la persona humana.
Así, este desamparo, esta nihilidad radical, podría haber llevado al hombre a una hipertrofia enfermiza del Yo Separativo, como un intento fallido de reconciliación con su propio ser.

Se podrá estar o no de acuerdo con esta interpretación en clave ontológica de la Caída. Aunque considero que para lo que deseo plantear es una cuestión secundaria.
Y lo que deseo plantear es, que a diferencia de otras posibles interpretaciones del mito de la Caída, una interpretación en clave ontológica, no sólo no estaría reñida con otras interpretaciones, sino que además, podría servir de base para los demás ámbitos interpretativos.

Para dejar clara mi postura, decir:

1.- Considero que en el artículo se está defendiendo que el mito de la Caída debe interpretarse fundamentalmente en clave antropológica. Postura con la que no estoy de acuerdo.

2. Si bien defiendo, que todas las claves interpretativas, son interesantes y legítimas para una mejor comprensión del mito de la Caída, es la interpretación en clave ontológica, la más fundamental, porque podría servir de soporte al resto de interpretaciones.

5.Publicado por Will Robles el 09/11/2009 12:09
Ciertamente, la interpretación de los mitos pueden traer mensajes verdaderos, como aquel de la Virgen Maria Fecundada por el Espiritud Santo.

Realmente, es una Metáfora, que indica que la concepción de la vida es un milagro, o hecho muy importante, algo que en aquellos tiempos no pudieron explicar o explicaron pues en este pensamiento simple y categórico llamado Milagro.

Añadiendole algo de parnafernalia como la concepción sin sexo o divina trinidad adornaron la Metáfora. Esto tambien conlleva un problema, pues así tambien en otros pueblos la importancia de la concepcion de la vida es sacralizada pero sin mitos ni parnafernalias.

¿Sea esto quizás un invento de personas de otro tiempo que la imaginación adornaron un cuento hoy perdura?


6.Publicado por Carlos Jose Zavala Espinosa el 09/11/2009 20:49
La disociación entre el vivir y el pensar, desde hace mas de 40 años esta en proceso de superacion para un poco mas de 2,000.000 de personas que participamos en GSA, Grupos de sicoterapia(sin ¨P ¨a proposito) de la linea del Doctor Ayala, los cuales se encuentra diseminados en los cinco continentes.
Desde mi entendimiento, el fin es que el humano se encuentre asi mismo para volver a ser uno con Dios y con el semejante, planteamiento que no es nuevo, pero si es novedoso el uso de la logoterpia como brujula, que en todo momento nos señale la ruta a seguir para armonizar nuestro instinto con nuestro pensamiento. El fundador de estos grupos es el Doctor Leonel Ayala Garcia, se pueden escuchar sus sesiones de trabajo en vivo por internet en justin.tv/gsadrayala, tambien en esa direcciones hay archivos de sesiones anteriores.

7.Publicado por Angel Fraile el 11/11/2009 12:28
Felicidades por el artículo. Muy interesante.

Sin embargo, veo una falta, que creo que es el error por llamarlo así, que nos pesa en el mundo occidental, que es verlo todo o casi todo desde nuestro propio prisma. Que es, en definitiva, centrar la historia de la Humanidad desde la historia occidental. Es cierta clase de megaegocentrismo.

En tiempos de globalización, las barreras se difuminan y el pensamiento único se ha ido asentando como un reguero de pólvora, aunque todavía hay bastiones, individuales y colectivos, que resisten y resistirán el empuje despersonalizador del mundo actual.

El mal que nos atenaza está detallado desde hace milenios en la esencia de la espiritualidad y filosofía del Vedanta, en la India. El ego como ilusión que nos hace confundir la Realidad y que nos hace ver el mundo como dualidad. De aquí viene todo lo demás, porque hacer diferencias implica olvidar la naturaleza real de todo, en la que no hay yoes separados, sino una única Existencia integradora. El Brahman es lo Absoluto, lo único real, en lo que vivimos y en lo que sentimos, y no aceptarlo es vivir en miseria, ignorancia y olvido.

Vivir en paz y armonía sólo podrá lograrse cuando el ser humano mire hacia dentro de sí para comprender que, en esencia, lo interior y lo exterior es lo mismo, que no hay nada ajeno a nosotros mismos y que debe superar su pensamiento egótico. El velo de Maya sólo puede resquebrajarse con la espada del discernimiento y dejarse arrastrar por la marea viviente de la eterna existencia.

8.Publicado por candido el 13/11/2009 09:20
Hace años leí que hace unos 10000 años cayó un meteorito en el Sahara dejando un crater , hoy visible de unos 12 km de diametro. Esto hecho u otros similares pudieon contribuir a desertizar el Sahara, en un proceso que pudo durar muchos años. Nuestros antepasados que vivían en esos bosques , debieron buscar sitios donde vivir y se fueron agrupando en las orillas de los rios , El nilo , Tigris y Eufrates. Estas primeras concentraciones humanas es el origen de nuestra civilizacion occidental , aunque nososotros hemos heredado mucho mas de la mesopotamica que de la egipcia. Por tanto nuestros antepasados perdieron realmente un paraiso y tuvieron que aprender a sobrevivir de otra manera, gracias q que sibrevivieron nososotros estamos aquí. Es cierto que la vida actual a la mayoria no nos gusta y en cuanto podemos nos perdemos por las montañas o en algún pequeño paraiso particular que todos intentamos reproducir. Sea cierat o no esta historia lo que está claro que algo perdimos con el inicio de nuetra civilizacion pero posiblemenete no hubo opcion y tuvimos que desarrollar el ingenio para sobrevivir de otra manera.

9.Publicado por Cornelio González el 13/11/2009 19:32
Para el autor de este interesantísimo artículo y en términos 100% HUMANOS, la atávica y natural tensión de carácter cósmico entre el “pensar” (íntimamente entrelazado con nuestra capacidad lingüística) y el “sentir” (a su vez, indesligable consecuencia del hecho de vivir) ha provocado desde siempre en el Hombre, un cuestionamiento fundamental respecto a nuestra incapacidad para experimentar una vida plena, feliz, pero por sobre todo respetuosa por la Naturaleza de la cual somos, en tanto que HOMBRE(s), parte(s) consustanciales. Al respecto se expresa así San Miguel de Pablos:

“…La pregunta pertinente es, por tanto, otra: la autonomización del pensar con respecto al vivir, de la que tantos se sienten orgullosos, y que consideramos, seguramente con razón, la condición sine qua non del nacimiento de la filosofía y de la ciencia, ¿ES UN GRAN PASO EVOLUTIVO O UNA DESVIACION PATOLOGICA? ¿O QUIZAS AMBAS COSAS…?”

Quiero destacar aquí unos términos esenciales en la anterior cita de San Miguel de Pablos:

“…la autonomización del pensar con respecto al vivir, de la que tantos se sienten orgullosos, y que consideramos, seguramente con razón, la condición sine qua non del nacimiento de la filosofía y de la ciencia…”

A este respecto sugiero al lector la lectura del “Apéndice 7: Lenguaje, Información, Significado y Con-ciencia”, página 74 y siguientes de mi ensayo electrónico Hombre=Cosmos y que se puede resumir sucintamente como las consecuentes autonomizaciones - o individuaciones - que en razón de su física, su lógica y sus diferentes ontologías entre las profundas conexiones de UNITARIA oposición-complementación que, en función del Principio de Incertidumbre de Heisenberg, se generan, se dan, entre los dos componentes básicos del Humano Conocer a saber: el Conocimiento Discursivo por un lado y el Conocimiento Intuitivo-Emocional, por el otro. Pienso que con la lectura de este Apéndice 7, el lector tendrá los suficientes elementos de juicio para entender cómo las actuales circunstancias-límite que como especie humana nos plantea el cambio climático de nuestro propio planeta [ inducido por nuestra torpeza y falta de diligencia en la intelección de las leyes naturales que como UNITARIA TOTALIDAD gobiernan a la Naturaleza y por ende a nosotros mismos en tanto que HOMBRE(s) ] pueden, de alguna manera, “disparar” un genuino y sincero afán por usar nuestra inteligencia, no en busca de un patológico afán de enriquecimiento, sino más bien para encontrar esas leyes naturales que como UNITARIA TOTALIDAD gobiernan a la Naturaleza y por ende a nosotros mismos en tanto que HOMBRE(s) .

Quiero también presentar ahora al lector mi propia visión sobre el mito de nuestra “Caída” y que con ocasión de un comentario que hice al igualmente interesante artículo de San Miguel de Pablos: “Detectan nuevos obstáculos para viajar por encima de la velocidad de la luz. Las fluctuaciones cuánticas ante las curvaturas del espacio-tiempo son una dificultad inesperada”, fue publicado por Tendencias 21 el día 24 Agosto de 2009. Dice así mi razonamiento:


Para José y lectores interesados:

Correcto, pienso que en cierto sentido lo que se denomina "evolución" podría ser entendido también como una "involución" o regreso hacia el primigenio estado en el cual fuimos "creados" por aquello con mucha propiedad podría ser visualizado como el "software" intrínseco a la UNIDAD que TOTALIZA al Cosmos - y por ende a nosotros mismos - y que para nuestra fortuna se encuentra, desde la mismísima Eternidad, inscripto en la todavía no totalmente descubierta y aclarada: " UNITARIA Teoría de los Números del Sistema de Numeración Decimal".

Pero debo hacer una importante acotación: esta "involución" o regreso a nuestro primigenio estado debe entenderse como signado por un hecho no menos importante y cuya idea principal trascribo textualmente del "Apéndice 15: La Discontinuidad eléctrica y la INDECIBILIDAD de Gödel", de mi ensayo electrónico "Hombre=Cosmos", páginas 125 y 126 y en donde comento el bíblico mito de la "caída" del Hombre desde un hipotético estado de perfección original:

"...Pero, ¿cómo se relaciona la gödeliana indecibilidad con la dualidad entre la electricidad y el magnetismo re-descubierta por el físico Ed Witten, de Harvard, con la natural UNIDAD TOTALIZADA en y por si misma, intrínseca al campo bio-electromagnético propio de la vida animal y en consecuencia, del HOMBRE? A mi modo de ver, tal relación comienza en el momento mismo en que al interior de tal campo 'algo' toma la decisión de dividir entre 2 a la UNIDAD de nuestro campo bio-electromagnético y como resultado, ese 'algo' ejecuta automáticamente la 'decisión' de si-optar por 'esta' mitad eléctrica al tiempo que, por automático defecto, no-opta por la 'otra' también eléctrica mitad. Con esto automáticamente el 'no' se hace externo es decir, discontinuo y desaparece hasta del papel donde se realiza la operación, pero su accionar y su existencia prosiguen, de algún modo, 'clandestinamente' como muy claramente se observa en la siguiente operación:

"1/2= 0.5, que es “esta” mitad 'si'. Pero..., ¿donde está, que se hizo la “otra” mitad 'no' ?"

"...Ahora bien, al identificarnos plena y automáticamente con 'esta' mitad, lo que hacemos realmente es tomar la todavía no-consciente - y por lo tanto no-voluntaria - decisión de dotarla con la aparente absolutez físico-lógica-ontológica de la etiqueta 'si' y en consecuencia, por defecto, la 'otra' mitad tiene que 'optar' forzadamente, por la etiqueta de la aparente y clandestina discontinua absolutez físico-lógica-ontológica de la etiqueta 'no'..."

"...Pero con estas no exactamente voluntarias 'decisiones' se le introducen al sistema UNITARIO si-no toda clase de problemas, siendo el más peligroso y delicado de todos, el de la pérdida, (detectada por la indecibilidad de Gödel), de la fluidez adentro-afuera de un movimiento tan-rápido-como-el-de-la-luz y que interrelaciona física-lógica- ontológicamente y dentro de la sutil perfección de la intrínseca UNIDAD bio-electromagnética del cósmico vacío cuántico, a la dinámica del par si-no. Algo de este tipo de sucesos es lo que está representado magistralmente en el Génesis de la Biblia, con lo de la ´'caída' de Adán y Eva y su expulsión 'afuera' del 'paraíso' y la consecuente aparición de toda clase de problemas físicos, bio-físicos, lógicos y ontológicos para el HOMBRE, incluyendo en ellos el más temido de todos: ¡la muerte!. Y cuando hablo de la: '…pérdida de la fluidez de un movimiento tan rápido como el de la luz y que interrelaciona física-lógica-ontológicamente y dentro de la perfección, al
movimiento adentro-afuera inherente a la UNIDAD intrínseca al par si-no...', me estoy refiriendo a la privación en y por parte de nosotros mismos de la UNIDAD VITAL-CONSCIENTE propia del sistema físico-lógico-ontológico: si-no. Y sobre esta situación pienso, que ese 'algo' que precipitó la inicial y no exactamente voluntaria 'decisión' de elegir a 'esta' mitad y no a la 'otra' y con ello nos 'creó', no ha sido otra cosa que un azar natural, ciego, automático e inconsciente y que una tal 'caída' era indispensable para que en su 'levantada' el HOMBRE re-hiciera su propia 'creación' y sacando fruto del conocimiento de la sabia dinámica de UNIDAD
intrínseca al par: equilibrio simétrico--desequilibrio asimétrico de nuestro campo bio-electromagnético, 'arregláramos' y termináramos de 'elaborar', ya muy conscientemente, lo que una Naturaleza ciega e inconsciente, dejó a medio iniciar: ¡nuestra propia perfección!

"...Otra forma de entender la 'caída' es aceptar que el verdadero conocimiento del HOMBRE deviene en razón de su experiencia vital y que tal experiencia no puede ser 'creada' de una vez, de forma completa y para siempre, ni por la Naturaleza, ni por Dios, ni por nadie, para después, ser trasferida, sin mérito alguno, al HOMBRE. No, la experiencia de cada uno de nosotros es personal e intransferible y debe ser conscientemente vivida aquí y ahora, con todos sus altibajos y exclusivamente, por cada uno de nosotros. Solo así logramos obtener algo que es crucial: la capitalización de los 'datos' electrónicos necesarios para nuestra propia re-creación: esta debería ser nuestra única misión y nuestro único 'trabajo'. Para nuestra fortuna, - ya atrás fue tocado cortamente el tema -, la Naturaleza parece habernos dotado de una sin igual herramienta para realizar tal 'trabajo: el lenguaje discurso, como en adelante lo seguiré denominando..."

Y con relación a nuestra propia "re-creación", no dejan de ser cuestionantes las palabras de Pablo en Romanos 8, 22-23, donde visiblemente se sugieren ideas muy parecidas:

"...Porque sabemos que toda la creación gime a una y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no solo ella sino que también, dentro de nosotros mismos y por las primicias del Espíritu, igualmente gemimos por la adopción y la redención de nuestro cuerpo..." (Hasta aquí la trascripción de mi comentario).

10.Publicado por mvr1981 el 26/11/2009 00:49
La separación del ser humano de la Naturaleza (el verdadero Dios) es La Caída, el retorno a Dios, es el regreso a la Naturaleza, con todo el aprendizaje adquirido durante La Caída....

11.Publicado por Cornelio González el 09/12/2009 19:54

Quiero explicar, un poco más extensamente, el sentido del término “algo” que he utilizado en mi anterior comentario a este interesante artículo de San Miguel de Pablos, cuando afirmo que:

“….Y cuando hablo de la: '…pérdida de la fluidez de un movimiento tan rápido como el de la luz y que interrelaciona física-lógica-ontológicamente y dentro de la perfección, al movimiento adentro-afuera inherente a la UNIDAD intrínseca al par si-no...', me estoy refiriendo a la privación en y por parte de nosotros mismos de la UNIDAD VITAL-CONSCIENTE propia del sistema físico-lógico-ontológico: si-no. Y sobre esta situación pienso que… ESE ‘ALGO’ QUE PRECIPITÓ LA INICIAL Y NO EXACTAMENTE VOLUNTARIA ‘DECISIÓN’ DE ELEGIR A ‘ESTA’ MITAD Y NO A LA ‘OTRA’ Y CON ELLO NOS ‘CREÓ’….”

término que también utilizo cuando me refiero al ciego automatismo del azar natural, propio del campo bio-electromagnético inherente a la vida animal y por ende también propio del HOMBRE:

“…..al interior de tal campo 'algo' toma la decisión de dividir entre 2 a la UNIDAD de nuestro campo bio-electromagnético y como resultado, ese 'algo' ejecuta automáticamente la 'decisión' de si-optar por 'esta' mitad eléctrica al tiempo que, por automático defecto, no-opta por la 'otra' también eléctrica mitad. Con esto automáticamente el 'no' se hace externo es decir, discontinuo y desaparece hasta del papel donde se realiza la operación, pero su accionar y su existencia prosiguen, de algún modo, 'clandestinamente' como muy claramente se observa en la siguiente operación:

1/2= 0.5, que es “esta” mitad 'si'. Pero..., ¿donde está, que se hizo la “otra” mitad ‘no’?...”

He traído a colación los anteriores dos comentarios por una razón: su coincidencia con los postulados de Roger Penrose sobre el accionar – ¿y por qué no, también el re-accionar? – a la escala de Planck, constituida ésta por un espacio-temporal y ultramicroscópico campo de 10 a la menos 33 de centímetro o más, y por 10 a la menos 43 de segundo o más, escala dentro de la cual se provocaría de forma natural el “colapso” o reducción de su onda cuántica en razón de que la superposición de dos másicos estados cuánticos puedan ser considerados como realmente separados (?) toda vez que se ubican en un espacio irrisoriamente pequeño para poder hacerlo. Es entonces aquí cuando Penrose plantea su novedosa idea y a la cual me he permitido intercalarle mis propios comentarios. En mayúsculas van los que, desde mi óptica, conforman los temas que a este respecto son claves para interpretar su pensamiento en su obra: “Las sombras de la mente”:

“EL PUNTO ES QUE REALMENTE NO TENEMOS IDEA COMO CONSIDERAR SUPERPOSICIONES LINEALES DE ESTADOS CUANDO LOS PROPIOS ESTADOS INVOLUCRAN DIFERENTES GEOMETRIAS ESPACIO-TEMPORALES (mi comentario: en este caso las geometrías mutuamente especulares propias del fermión como estado anverso y la del antifermión como estado reverso). UNA DIFICULTAD FUNDAMENTAL CON LA ´TEORIA ESTÁNDAR’, ES QUE,CUANDO LAS TEORIAS SE HACEN SIGNIFICATIVAMENTE DIFERENTES ENTRE SÍ, NO TENEMOS UN MEDIO ABSOLUTO DE IDENTIFICAR UN PUNTO EN UNA GEOMETRÍA, CON ALGÚN PUNTO PARTICULAR EN LA OTRA – LAS DOS GEOMETRÍAS SON ESPACIOS ESTRICTAMENTE SEPARADOS – DE MODO QUE LA MISMA IDEA DE QUE UNO PODRÍA FORMAR UNA SUPERPOSICION DE ESTADOS DE MATERIA (mi comentario: superposición de estados másicos) DENTRO DE ESTOS DOS ESPACIOS SEPARADOS, SE HACE PROFUNDAMENTE OSCURA.

Mi comentario:

Es aquí cuando nuestra consciencia entra a jugar un papel trascendental: nuestra “masa” corporal está conformada por fermiones y como tales llevan en sí la especular impronta de ser los reflejos de unos anti-fermiones constituidos por una anti-masa que no observamos por ninguna parte. Sin embargo si realmente no existieran, afirmaciones tan simples como: ésta es mi derecha – o mi izquierda –, este es mí arriba o – mí abajo – y por último: este es mí adelante – o mí atrás –, sencillamente no las podríamos hacer por no poseer su(s) respectivas contra-parte(s) físicas, lógicas y ontológicas sobre las cuales fundamentarse y accionar. Esta forma de entender las cosas plantea sin embargo una pregunta que es fundamental, sobre todo en cosmología: ¿existe la antimateria y en caso tal, donde se encuentra y por qué no la vemos? La respuesta nos la da la operación que atrás fue mostrada:

1/2= 0.5, que es “esta” mitad 'si'. Pero..., ¿donde está, que se hizo la “otra” mitad ‘no’?...”

En física cuántica, la operación 1/2= 0.5 identifica a la masa del fermión y muy ligeramente se afirma también que el “otro” - 1/2= 0.5, identifica a la anti-masa del anti-fermión. Pero la operación que aquí se plantea no es otra cosa que la fundamental operatividad aritmética del Sistema de Numeración Decimal y ello dentro de la siguiente y UNITARIA secuencia, limitada y comprendida entre los estadístico-probabilistas límites de:

La NADA= 0= 0/2, 1/2 y 2/2= 1= la UNIDAD= la TOTALIDAD,

secuencia en la cual, como el lector podrá comprobar, el “otro” medio es decir el antifermión - que es la misma antimateria - aparentemente no existe. Pero, ¿es “real” esta afirmación? Cuestionado de otra forma: ¿tendrá la cosmológica antimateria el mismo carácter de “realidad” que posee la antimateria que de alguna manera nos constituye en tanto que sistemas vital-conscientes y con capacidad de diferenciarse dual e interiormente, de modo consensuado?

Aquí y a mi modo de ver, nuestra consciencia como tal ,entra en funciones: el “otro” medio simplemente se oculta para darle a “este” (léase: “mi” medio) la posibilidad de “ser”, de “existir”, pero como bien lo expresa la palabra, “ocultarse” no significa desaparecer literalmente de la escena. Ese “otro” 1/2= 0.5 sigue existiendo a “su” manera, la cual, por necesidad física, necesidad lógica y necesidad ontológica, no puede identificarse ni con la física, ni con la lógica ni con la ontología inherentes a “mi” 1/2= 0.5. Este tipo de planteamientos podría perfectamente establecer, al espacio-temporal nivel de la escala de Planck, un consensual - luego mutuo - acercamiento cualitativo-cuantitativo, entre dos tipos de física, de lógica y de ontología(s) que facilitarían, y generarían, con el mínimo consumo de masa-energía, el surgimiento del HUMANO sistema vital-consciente que nos constituye.

Resumiendo lo hasta ahora planteado en este comentario, podríamos decir que la llamada anti-materia, creada a la par y por iguales cantidades en el Big-Bang, realmente existe, pero que la comprobación del cómo y el por qué es “creada” y el modus operandi de su existencia, es más un asunto de profundizar consensual y concienzudamente dentro de nosotros mismos, que el intento de diseñar y elaborar costosas y sofisticadas maquinarias e instrumentos que en última instancia a nada nos llevarán.

Quedaría sin embargo por explicar el origen de las llamadas fluctuaciones cuánticas, justamente al nivel de la escala de Planck, fluctuaciones que involucrarían, al modo propuesto por Penrose y de manera enteramente natural, a la reducción o “colapso” de la onda cuántica (léase: bosón) de un campo bio-electromagnético con capacidad TOTALIZARSE en y por su propia UNIDAD como lo es la denominada Microondulatoria Radiación de Fondo Cósmico de los 3º Kelvin, campo del cual participamos directa y activamente, como efectivamente lo explico en el Capítulo 3 de mi ensayo electrónico ¿Hombre=Cosmos?, página 34 y siguientes.

Corroborando lo precedente, puedo afirmar que tanto la bi- como la tri-dimensional geometría y dinámica de mutuos reflejos especulares, son propias del cuerpo negro que en y por sí mismas constituye la Microondulatoria Radiación de Fondo Cósmico de los 3º Kelvin, y a su cartesiana complejidad. La UNITARIA y auto-referenciada excitación física, lógica y ontológica de esta radiación, produce la externa, asimétrica y discontinua emisión del par fermión-antifermión, (vale decir: PRODUCE, EN PALABRAS MUY PROPIAS DE ROGER PENROSE, EL AUTO-COLAPSO DE LA FUNCIÓN DE ONDA ES DECIR, LA DISCONTINUIDAD Y ASIMETRIA DE LA ONDA CUÁNTICA INHERENTE AL BOSON, GENERANDOSE CON ESTO UN PAR FERMIÓN--ANTIFERMIÓN) pero ello y como ya se dijo, a partir de la interna y simétrica continuidad del bosón y/o a la inversa: cuya inhibición como par fermión-antifermión es una consecuencia de su mutua y doble absorción como par al interior de su discontinua asimetría, transformándose con ello en un bosón (vale decir: trocándose en una ondulatoria y simétrica continuidad entre los dos planos anverso-reverso)…bosón que otra vez se auto-excita, emitiéndose con ello un par fermión-antifermión, los que nueva y mutuamente se reabsorben para... etc., etc. Estas rítmicas transformaciones - sin temporal principio ni final: son eternas - identifican, relativística y cuánticamente y al asintótico límite 0.9999999… (infinito) de la velocidad C= 1 de la luz, a la UNIDAD y TOTALIDAD del vital-consciente cuerpo negro que en sí es la Microondulatoria Radiación de Fondo Cósmico de los 3º Kelvin, UNIDAD intrínseca al campo cuántico fundamental que, en tanto que HOMBRES(s), nos constituye y ello de acuerdo con el producto de dos valores no-linealmente operativos en razón de su UNITARIAMENTE inversa reciprocidad:

(Continuidad simétrica del bosón: 2) × (Discontinuidad asimétrica entre el par: fermión-antifermión: 0.5)= 1




12.Publicado por JIMMY FUENTES RIVERA VALLADARES el 21/01/2010 01:24
ME PARECE UN GRAN TEMA ... . PERO IGUAL QUE MUCHOS PIENSO QUE ES MUY DIFICIL QUE LAS PERSONAS EN LA ACTUALIDAD TRATEN DE DAR UN CAMBIO RADICAL.

13.Publicado por Alejandro Sánchez el 02/08/2010 19:27
La Caída es patriarcalista, de dar preeminencia a lo femenino, emocional, intuitivo, armonioso y cuidadoso, pasamos a lo masculino, lo intelectual, racionalista, dominador y manipulador. Esto tuvo sus aspectos positivos, pero en en balance, luego de 6.000 años de historias de guerras, conquistas y verdaderos genocidios, habiendo llegado a la capacidad de autodestrucción total en sentido ecosistémico emergente (trascendental) retornar a lo panfemenino como reequilibrio es necesario (El panfeminismo es el feminismo holista o ecofeminismo trascendental, ya que la mayor corriente del feminismo del siglo XX y comienzos del siglo XXI es tan racionalista como el patriarcalismo. Las mujeres en su lucha por la igualdad se identifican con el varón, al ser la totalidad de la civilización androcentrista)

14.Publicado por jared85 el 27/06/2012 21:14 (desde móvil)
Y quien te dijo que el bautismo No salva ..pues ese es una definicion de un evangelio falso....pues La BIBliA dice en I de Pedro 3: 21 ( el simbolo de la cual corresponde al BAUTISMO
QUE AHORA NOS SALVA) y usted dice que no ...aqui esta en la Biblia

15.Publicado por Manuel el 26/04/2017 14:41
Mi impresión.
Adán y Eva viven en el Paraíso.
Situación:
No trabajan --> Homínidos recolectores. Aún no son cazadores ni agricultores.
No sienten vergüenza de su desnudez --> No son conscientes y por tanto morales. Posiblemente vivan en un clima tropical.
La mujer no sufre en el parto --> Aún no son bípedos; menor tamaño de la cabeza...
Comen la fruta del "Conocimiento del Bien y del Mal" --> O sea adquieren la consciencia.
Son condenados a trabajar --> Invención de la agricultura.
Caín y Abel --> Enfrentamientos entre tribus ganaderas y agrícolas asentadas.

Todo esto me recuerda a un tránsito entre el hombre primitivo y el Sapiens.
Recuerdos ancestrales transmitidos oralmente.

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