La misión de la ESA para estudiar mil millones de estrellas Gaia, ya puede ver con claridad. La imagen de calibración que acompaña este reportaje nos muestra un denso cúmulo de estrellas en la Gran Nube de Magallanes, una galaxia satélite de nuestra Vía Láctea.
Cuando Gaia comience sus observaciones rutinarias generará una gran cantidad de datos. Para trabajar con eficacia, sólo enviará a Tierra pequeños recortes centrados en cada una de las estrellas que figuran entre sus objetivos.
Esta imagen de calibración fue tomada durante las actividades de puesta en servicio de la misión para afinar el comportamiento de los instrumentos. Es una de las primeras imágenes propiamente dichas tomada por Gaia, pero irónicamente también será una de las últimas, señala la nota de prensa de la ESA (Agencia Espacial Europea).
Gaia se lanzó el pasado día 19 de diciembre y actualmente se encuentra en órbita alrededor de un punto virtual conocido como L2, situado a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra.
El objetivo principal de Gaia es confeccionar el mapa más preciso de la Vía Láctea, midiendo con precisión la posición y el desplazamiento de un 1% de su población de estrellas, que en total son unos 100 mil millones. Sus resultados nos ayudarán a comprender mejor el origen y la evolución de nuestra galaxia.
Gaia escaneará el firmamento de forma repetitiva, observando cada una de estos mil millones de estrellas una media de 70 veces a lo largo de los cinco años que durará su misión. Además de determinar su posición y desplazamiento, Gaia también estudiará las propiedades físicas fundamentales de cada estrella, como su brillo, temperatura o composición química.
Para ello el satélite rota lentamente sobre sí mismo, barriendo el firmamento con sus dos telescopios, que focalizan sus haces independientes sobre una única cámara digital, la más grande jamás lanzada al espacio, con casi mil millones de píxeles.
Pero primero hay que alinear y enfocar los telescopios, y calibrar con precisión todos sus instrumentos, una delicada tarea que llevará varios meses. Cuando haya concluido, Gaia podrá empezar su fase operativa, que durará cinco años.
Cuando Gaia comience sus observaciones rutinarias generará una gran cantidad de datos. Para trabajar con eficacia, sólo enviará a Tierra pequeños recortes centrados en cada una de las estrellas que figuran entre sus objetivos.
Esta imagen de calibración fue tomada durante las actividades de puesta en servicio de la misión para afinar el comportamiento de los instrumentos. Es una de las primeras imágenes propiamente dichas tomada por Gaia, pero irónicamente también será una de las últimas, señala la nota de prensa de la ESA (Agencia Espacial Europea).
Gaia se lanzó el pasado día 19 de diciembre y actualmente se encuentra en órbita alrededor de un punto virtual conocido como L2, situado a 1,5 millones de kilómetros de la Tierra.
El objetivo principal de Gaia es confeccionar el mapa más preciso de la Vía Láctea, midiendo con precisión la posición y el desplazamiento de un 1% de su población de estrellas, que en total son unos 100 mil millones. Sus resultados nos ayudarán a comprender mejor el origen y la evolución de nuestra galaxia.
Gaia escaneará el firmamento de forma repetitiva, observando cada una de estos mil millones de estrellas una media de 70 veces a lo largo de los cinco años que durará su misión. Además de determinar su posición y desplazamiento, Gaia también estudiará las propiedades físicas fundamentales de cada estrella, como su brillo, temperatura o composición química.
Para ello el satélite rota lentamente sobre sí mismo, barriendo el firmamento con sus dos telescopios, que focalizan sus haces independientes sobre una única cámara digital, la más grande jamás lanzada al espacio, con casi mil millones de píxeles.
Pero primero hay que alinear y enfocar los telescopios, y calibrar con precisión todos sus instrumentos, una delicada tarea que llevará varios meses. Cuando haya concluido, Gaia podrá empezar su fase operativa, que durará cinco años.
Modo de pruebas
Como parte de este proceso, el equipo de Gaia está utilizando un modo de pruebas para descargar secciones de datos de la cámara, entre las que se incluye la imagen de NGC1818, un joven cúmulo de estrellas en la Gran Nube de Magallanes. La imagen cubre menos de un 1% del campo visual de los instrumentos de Gaia.
El trabajo avanza a buen ritmo, pero todavía queda mucho por delante para comprender en profundidad el comportamiento y las prestaciones de todos los instrumentos del satélite.
Si bien Gaia ya habrá observado todas sus estrellas objetivo durante los primeros seis meses de operaciones, necesita volver a estudiarlas repetidas veces a lo largo de cinco años para poder detectar sus minúsculos desplazamientos, lo que permitirá a los astrónomos derivar la posición y el movimiento tridimensional de cada estrella.
Por este motivo, el catálogo final de Gaia no estará disponible hasta tres años después del fin de las operaciones de la misión, aunque se realizarán publicaciones intermedias. No obstante, si Gaia detecta algún objeto que cambie con rapidez, como una supernova, emitirá una alerta en cuestión de horas.
Al final de su misión, el archivo de datos de Gaia superará el millón de gigabytes, el equivalente a unos 200.000 DVD. El Consorcio de Procesamiento y Análisis de los Datos de Gaia, compuesto por más de 400 personas de distintos centros de investigación de toda Europa, será el responsable de preparar esta colosal mina de datos para la comunidad científica.
Como parte de este proceso, el equipo de Gaia está utilizando un modo de pruebas para descargar secciones de datos de la cámara, entre las que se incluye la imagen de NGC1818, un joven cúmulo de estrellas en la Gran Nube de Magallanes. La imagen cubre menos de un 1% del campo visual de los instrumentos de Gaia.
El trabajo avanza a buen ritmo, pero todavía queda mucho por delante para comprender en profundidad el comportamiento y las prestaciones de todos los instrumentos del satélite.
Si bien Gaia ya habrá observado todas sus estrellas objetivo durante los primeros seis meses de operaciones, necesita volver a estudiarlas repetidas veces a lo largo de cinco años para poder detectar sus minúsculos desplazamientos, lo que permitirá a los astrónomos derivar la posición y el movimiento tridimensional de cada estrella.
Por este motivo, el catálogo final de Gaia no estará disponible hasta tres años después del fin de las operaciones de la misión, aunque se realizarán publicaciones intermedias. No obstante, si Gaia detecta algún objeto que cambie con rapidez, como una supernova, emitirá una alerta en cuestión de horas.
Al final de su misión, el archivo de datos de Gaia superará el millón de gigabytes, el equivalente a unos 200.000 DVD. El Consorcio de Procesamiento y Análisis de los Datos de Gaia, compuesto por más de 400 personas de distintos centros de investigación de toda Europa, será el responsable de preparar esta colosal mina de datos para la comunidad científica.