En 2012 habrá casi 78 mil kilómetros cuadrados de Wi-Fi municipal en red en el mundo, pronostica la consultora ABI Research en un informe reciente, del que informa en un comunicado. Esto supondría una superficie 60 veces mayor de acceso a Internet por este sistema que en 2004, año en que esta superficie era de 1.300 kilómetros cuadrados.
El Wi-Fi municipal consiste en la puesta en marcha por parte de los ayuntamientos de redes Wi-Fi que den cobertura de Internet a sus municipios, es decir, a todo el territorio que éstos comprendan.
En la actualidad, según ABI, Estados Unidos lidera los despliegues de Wi-Fi municipal, pero Canadá, Japón, Corea del Sur y la Europa occidental están experimentando también una expansión de infraestructuras y de aplicaciones en la misma dirección.
Diversos niveles de acogida
Dentro de este mercado, existen diversos niveles de madurez y acogida, esparcidos en regiones y países. Entre las características destacadas por el informe se describe la situación estadounidense.
Aunque a la cabeza en la superficie de expansión del sistema, sucede que en Estados Unidos, a menudo, se aplican planes erróneos de gestión del servicio, con acceso e infraestructuras gratuitas para los consumidores. Esta situación provoca, según ABI, que los proveedores tradicionales contemplen el Wi-Fi municipal como una amenaza desde el punto de vista de la competitividad.
En el continente europeo seguimos más enfocados hacia los servicios móviles que hacia los servicios de los ordenadores, pero se van incorporando cada vez más servicios que permiten el acceso “nómada” a Internet con banda ancha. Esto es, el acceso desde cualquier lugar.
En el Asia del Pacífico existe una amplia diversidad, señala el informe, pero la rápida aceptación en países avanzados, como Corea del Sur, está dando lugar a la aparición de aplicaciones innovadoras y al desarrollo de nuevos dispositivos para el usuario final con los que se está impulsando el sistema.
Por último, las regiones emergentes parece que aún no podrán contar con esta tecnología: los costes para la instalación del Wi-Fi municipal siguen siendo prohibitivos para esas zonas y, aunque existe el interés por esta tecnología, en ellas se suele priorizar la puesta en marcha de otros servicios más básicos, como la electricidad.
Ganancias indirectas
Esta expansión progresiva viene a significar, según Stan Schatt, vicepresidente de ABI Research, que el Wi-Fi municipal sí puede reportar beneficios económicos.
Por ejemplo, si se usa para instalar sistemas de vigilancia sin cable (extendidos a toda la comunidad gracias a Internet) produciría beneficios al ayudar a prevenir posibles ataques terroristas, reducir el número de delitos de un área o mejorar el tráfico. La mejora de la estabilidad de las comunidades gracias a estos sistemas podría incluso impulsar el turismo, asegura Schatt.
De hecho, en Estados Unidos, los servicios de emergencia usan ya estas redes para salvar vidas: en Nueva Orleans, el Wi-Fi suministró un acceso en red esencial a los ciudadanos cuando otros sistemas de comunicación fallaron tras el desastre del Katrina.
En la revista Telecom Magazin, Schatt añade que el Wi-Fi triunfa, sobre todo, como servicio municipal de garantía de salud pública. Con este enfoque, se puede contar con ganancias aseguradas (como Estados Unidos, donde existe financiación del Departamento de Seguridad Nacional para proyectos que aseguren la salud de la población).
Telecom Magazine publica que, en definitiva, los resultados del informe de ABI confirman que el Wi-Fi municipal, que comenzó en la dirección equivocada y siguiendo un modelo de negocio erróneo (es decir, ofreciendo Wi-Fi gratuito para todo el mundo), comienza a corregir su rumbo.
Problemas y pegas
Y es que, tal y como explicamos en otro artículo de Tendencias21, la gratuidad parece que no será el futuro del Wi-Fi en las comunidades. En el Reino Unido, por ejemplo, las autoridades locales pretenden implementar este tipo de servicios, pero deben negociarlos con las compañías porque no pueden ser del todo gratuitos.
Otro problema es que, según un sondeo realizado por la consultora EMC, un quinto de las redes de negocio de las ciudades encuestadas siguen siendo inseguras. “La necesidad de una seguridad mayor en las redes sin cables comienza a ser un reclamo entre las compañías”, señala dicha encuesta.
A pesar de todo, los hotspots (o zonas de cobertura Wi-Fi) continúan proliferando en muchos lugares, como señala el informe de ABI: allí donde la gente busca la conectividad, como cafés, tiendas, aeropuertos u hoteles.
El Wi-Fi municipal consiste en la puesta en marcha por parte de los ayuntamientos de redes Wi-Fi que den cobertura de Internet a sus municipios, es decir, a todo el territorio que éstos comprendan.
En la actualidad, según ABI, Estados Unidos lidera los despliegues de Wi-Fi municipal, pero Canadá, Japón, Corea del Sur y la Europa occidental están experimentando también una expansión de infraestructuras y de aplicaciones en la misma dirección.
Diversos niveles de acogida
Dentro de este mercado, existen diversos niveles de madurez y acogida, esparcidos en regiones y países. Entre las características destacadas por el informe se describe la situación estadounidense.
Aunque a la cabeza en la superficie de expansión del sistema, sucede que en Estados Unidos, a menudo, se aplican planes erróneos de gestión del servicio, con acceso e infraestructuras gratuitas para los consumidores. Esta situación provoca, según ABI, que los proveedores tradicionales contemplen el Wi-Fi municipal como una amenaza desde el punto de vista de la competitividad.
En el continente europeo seguimos más enfocados hacia los servicios móviles que hacia los servicios de los ordenadores, pero se van incorporando cada vez más servicios que permiten el acceso “nómada” a Internet con banda ancha. Esto es, el acceso desde cualquier lugar.
En el Asia del Pacífico existe una amplia diversidad, señala el informe, pero la rápida aceptación en países avanzados, como Corea del Sur, está dando lugar a la aparición de aplicaciones innovadoras y al desarrollo de nuevos dispositivos para el usuario final con los que se está impulsando el sistema.
Por último, las regiones emergentes parece que aún no podrán contar con esta tecnología: los costes para la instalación del Wi-Fi municipal siguen siendo prohibitivos para esas zonas y, aunque existe el interés por esta tecnología, en ellas se suele priorizar la puesta en marcha de otros servicios más básicos, como la electricidad.
Ganancias indirectas
Esta expansión progresiva viene a significar, según Stan Schatt, vicepresidente de ABI Research, que el Wi-Fi municipal sí puede reportar beneficios económicos.
Por ejemplo, si se usa para instalar sistemas de vigilancia sin cable (extendidos a toda la comunidad gracias a Internet) produciría beneficios al ayudar a prevenir posibles ataques terroristas, reducir el número de delitos de un área o mejorar el tráfico. La mejora de la estabilidad de las comunidades gracias a estos sistemas podría incluso impulsar el turismo, asegura Schatt.
De hecho, en Estados Unidos, los servicios de emergencia usan ya estas redes para salvar vidas: en Nueva Orleans, el Wi-Fi suministró un acceso en red esencial a los ciudadanos cuando otros sistemas de comunicación fallaron tras el desastre del Katrina.
En la revista Telecom Magazin, Schatt añade que el Wi-Fi triunfa, sobre todo, como servicio municipal de garantía de salud pública. Con este enfoque, se puede contar con ganancias aseguradas (como Estados Unidos, donde existe financiación del Departamento de Seguridad Nacional para proyectos que aseguren la salud de la población).
Telecom Magazine publica que, en definitiva, los resultados del informe de ABI confirman que el Wi-Fi municipal, que comenzó en la dirección equivocada y siguiendo un modelo de negocio erróneo (es decir, ofreciendo Wi-Fi gratuito para todo el mundo), comienza a corregir su rumbo.
Problemas y pegas
Y es que, tal y como explicamos en otro artículo de Tendencias21, la gratuidad parece que no será el futuro del Wi-Fi en las comunidades. En el Reino Unido, por ejemplo, las autoridades locales pretenden implementar este tipo de servicios, pero deben negociarlos con las compañías porque no pueden ser del todo gratuitos.
Otro problema es que, según un sondeo realizado por la consultora EMC, un quinto de las redes de negocio de las ciudades encuestadas siguen siendo inseguras. “La necesidad de una seguridad mayor en las redes sin cables comienza a ser un reclamo entre las compañías”, señala dicha encuesta.
A pesar de todo, los hotspots (o zonas de cobertura Wi-Fi) continúan proliferando en muchos lugares, como señala el informe de ABI: allí donde la gente busca la conectividad, como cafés, tiendas, aeropuertos u hoteles.