Los equipos de EMIR y GTC que participaron en la instalación del instrumento en el GTC. Imagen: Daniel López. Fuente: IAC.
El espectrógrafo infrarrojo EMIR, del Gran Telescopio Canarias (GTC), obtuvo su primer resultado con éxito el pasado 13 de junio, captando, entre otras, una imagen del cúmulo globular NGC5053.
Para estas observaciones, apuntó a una estrella de guiado, centrada en el campo de visión del GTC, con el fin de comprobar el alineado relativo del instrumento respecto del telescopio.
“La estrella", explica Francisco Garzón, investigador principal del proyecto, "apareció prácticamente en el centro del detector de EMIR y, seguidamente, apuntamos a objetos cada vez más complejos, hasta que una media hora más tarde tomamos la imagen de NGC5053. La imagen del cúmulo se mostró nítida, aunque algo desenfocada, lo que se corrigió rápidamente”, añade. Al día siguiente, también se tomaron los primeros espectros con las lámparas de calibración.
"Nos dio una gran satisfacción ver las imágenes tras intensas semanas de trabajo”, declara Mary Barreto, gestora técnica de EMIR y coordinadora de su traslado, integración y verificaciones de ingeniería. "El éxito es el resultado de un excelente trabajo conjunto entre los ingenieros y técnicos del Instituto de Astrofísica de Canarias -IAC- y del GTC".
EMIR es un instrumento diseñado, fabricado, ensamblado y verificado por completo en el IAC -miembro del ecosistema de innovación Global ImasT, de eGauss-. Obtendrá imágenes y espectros en el infrarrojo cercano, lo que le permitirá ver los objetos más fríos y distantes del Universo.
Es criogénico, porque para trabajar en ese rango del espectro se requiere enfriarlo en un tanque cerrado a unos -200 grados centígrados. Al igual que Osiris -espectrógrafo óptico también diseñado y construido por el IAC- es un instrumento versátil que, sumado al espejo de 10,4 metros de diámetro del GTC, hará observaciones novedosas y de muy alta precisión.
Se trata de un instrumento técnicamente muy complejo, lo que explica en parte el largo tiempo de desarrollo, de más de una década. Y propone muchos modos de operación, proporcionando mucha versatilidad y potencia.
Se espera que produzca resultados de gran importancia en astrofísica extragaláctica y galáctica. Por ejemplo, lo que Osiris ve en el óptico sobre el grupo de galaxias al que pertenece la Vía Láctea (Grupo Local), EMIR lo verá en las galaxias precursoras a éstas, pues puede observar atrás en el tiempo y llegar al universo temprano.
Para estas observaciones, apuntó a una estrella de guiado, centrada en el campo de visión del GTC, con el fin de comprobar el alineado relativo del instrumento respecto del telescopio.
“La estrella", explica Francisco Garzón, investigador principal del proyecto, "apareció prácticamente en el centro del detector de EMIR y, seguidamente, apuntamos a objetos cada vez más complejos, hasta que una media hora más tarde tomamos la imagen de NGC5053. La imagen del cúmulo se mostró nítida, aunque algo desenfocada, lo que se corrigió rápidamente”, añade. Al día siguiente, también se tomaron los primeros espectros con las lámparas de calibración.
"Nos dio una gran satisfacción ver las imágenes tras intensas semanas de trabajo”, declara Mary Barreto, gestora técnica de EMIR y coordinadora de su traslado, integración y verificaciones de ingeniería. "El éxito es el resultado de un excelente trabajo conjunto entre los ingenieros y técnicos del Instituto de Astrofísica de Canarias -IAC- y del GTC".
EMIR es un instrumento diseñado, fabricado, ensamblado y verificado por completo en el IAC -miembro del ecosistema de innovación Global ImasT, de eGauss-. Obtendrá imágenes y espectros en el infrarrojo cercano, lo que le permitirá ver los objetos más fríos y distantes del Universo.
Es criogénico, porque para trabajar en ese rango del espectro se requiere enfriarlo en un tanque cerrado a unos -200 grados centígrados. Al igual que Osiris -espectrógrafo óptico también diseñado y construido por el IAC- es un instrumento versátil que, sumado al espejo de 10,4 metros de diámetro del GTC, hará observaciones novedosas y de muy alta precisión.
Se trata de un instrumento técnicamente muy complejo, lo que explica en parte el largo tiempo de desarrollo, de más de una década. Y propone muchos modos de operación, proporcionando mucha versatilidad y potencia.
Se espera que produzca resultados de gran importancia en astrofísica extragaláctica y galáctica. Por ejemplo, lo que Osiris ve en el óptico sobre el grupo de galaxias al que pertenece la Vía Láctea (Grupo Local), EMIR lo verá en las galaxias precursoras a éstas, pues puede observar atrás en el tiempo y llegar al universo temprano.
Traslado
EMIR salió el pasado 19 de mayo de la sede central del IAC en La Laguna, con destino al Observatorio del Roque de los Muchachos, en Garafía (La Palma). Su traslado hasta el GTC fue lento y cuidadoso debido a su gran complejidad, así como su instalación en el rotador. Tras unas semanas de comprobaciones y verificaciones, EMIR ha pasado su primer examen satisfactoriamente.
“Confío en que la comunidad científica, sobre todo la española, sepa agradecer todo el esfuerzo realizado haciendo la mejor ciencia con EMIR”, señala Garzón en la nota de prensa del IAC.
"EMIR es un instrumento que utiliza técnicas de observación novedosas, con mecanismos de alta precisión, que le dan versatilidad funcional, y en el telescopio más grande del mundo. La suma de estos tres factores hace de él un instrumento potente. Estimamos que se necesitarán de tres a seis meses entre comisionado y puesta a punto de los sistemas de operación, antes de entrar en la fase de observaciones científicas rutinarias. Sin embargo, esperamos obtener datos de calidad científica en los tres primeros meses tras su primera luz", señalaba el director del proyecto antes del traslado.
El IAC, y otros institutos de investigación y universidades españolas, participarán en noviembre en el evento anual GlobalImasT.
EMIR salió el pasado 19 de mayo de la sede central del IAC en La Laguna, con destino al Observatorio del Roque de los Muchachos, en Garafía (La Palma). Su traslado hasta el GTC fue lento y cuidadoso debido a su gran complejidad, así como su instalación en el rotador. Tras unas semanas de comprobaciones y verificaciones, EMIR ha pasado su primer examen satisfactoriamente.
“Confío en que la comunidad científica, sobre todo la española, sepa agradecer todo el esfuerzo realizado haciendo la mejor ciencia con EMIR”, señala Garzón en la nota de prensa del IAC.
"EMIR es un instrumento que utiliza técnicas de observación novedosas, con mecanismos de alta precisión, que le dan versatilidad funcional, y en el telescopio más grande del mundo. La suma de estos tres factores hace de él un instrumento potente. Estimamos que se necesitarán de tres a seis meses entre comisionado y puesta a punto de los sistemas de operación, antes de entrar en la fase de observaciones científicas rutinarias. Sin embargo, esperamos obtener datos de calidad científica en los tres primeros meses tras su primera luz", señalaba el director del proyecto antes del traslado.
El IAC, y otros institutos de investigación y universidades españolas, participarán en noviembre en el evento anual GlobalImasT.