La Agencia Espacial Europea (ESA) ha anunciado esta misma mañana dónde aterrizará el robot (Philae) que viaja a bordo de Rosetta, la nave que, el pasado agosto, se convirtió en la primera de la historia en colocarse en la órbita de un cometa, el 67P/Churyumov-Gerasimenko.
La sonda se posará en el bautizado como "Sitio J", una región fascinante sobre dicho cometa, pues ofrece un potencial científico único, con máximas de actividad en las inmediaciones y un riesgo mínimo para el módulo durante su aterrizaje, en comparación con los otros sitios candidatos, informa la ESA en un comunicado.
El Sitio J se encuentra en la "cabeza" del cometa, un mundo de forma irregular con más de cuatro kilómetros de ancho en su punto más amplio. La decisión de seleccionar este sitio fue unánime. Otra alternativa contemplada, llamada "Sitio C", se halla en el "cuerpo" del cometa.
Momento del aterrizaje
Según los planes, el robot de 100 kilos llegará a la superficie 67P/Churyumov-Gerasimenko el 11 de noviembre. Allí, llevará a cabo mediciones profundas para caracterizar el núcleo del cometa in situ, de una manera que carece totalmente de precedentes.
La elección del lugar de su aterrizaje no ha sido una tarea fácil pues la forma del cometa a estudiar hace que resulte complidado operar en él.
De hecho, "ninguno de los lugares de aterrizaje candidatos cumplía con todos los criterios operacionales al 100%, pero el sitio J es claramente la mejor solución", explica Stephan Ulamec, gerente del robot Philae en el German Aerospace Center (DLR).
Los científicos esperan que este primer análisis in situ de un cometa aporte una visión sin precedentes de la composición, la estructura y la evolución de estos cuerpos celestes.
Creen que el Sitio J, en particular, supone la oportunidad de analizar la materia de este cometa en concreto; así como de caracterizar las propiedades de su núcleo y de estudiar los procesos que impulsan su actividad.
La sonda se posará en el bautizado como "Sitio J", una región fascinante sobre dicho cometa, pues ofrece un potencial científico único, con máximas de actividad en las inmediaciones y un riesgo mínimo para el módulo durante su aterrizaje, en comparación con los otros sitios candidatos, informa la ESA en un comunicado.
El Sitio J se encuentra en la "cabeza" del cometa, un mundo de forma irregular con más de cuatro kilómetros de ancho en su punto más amplio. La decisión de seleccionar este sitio fue unánime. Otra alternativa contemplada, llamada "Sitio C", se halla en el "cuerpo" del cometa.
Momento del aterrizaje
Según los planes, el robot de 100 kilos llegará a la superficie 67P/Churyumov-Gerasimenko el 11 de noviembre. Allí, llevará a cabo mediciones profundas para caracterizar el núcleo del cometa in situ, de una manera que carece totalmente de precedentes.
La elección del lugar de su aterrizaje no ha sido una tarea fácil pues la forma del cometa a estudiar hace que resulte complidado operar en él.
De hecho, "ninguno de los lugares de aterrizaje candidatos cumplía con todos los criterios operacionales al 100%, pero el sitio J es claramente la mejor solución", explica Stephan Ulamec, gerente del robot Philae en el German Aerospace Center (DLR).
Los científicos esperan que este primer análisis in situ de un cometa aporte una visión sin precedentes de la composición, la estructura y la evolución de estos cuerpos celestes.
Creen que el Sitio J, en particular, supone la oportunidad de analizar la materia de este cometa en concreto; así como de caracterizar las propiedades de su núcleo y de estudiar los procesos que impulsan su actividad.
Los cinco candidatos propuestos para el aterrizaje de Philae, el robot de Rosetta. Finalmente, el sitio “J” fue el escogido. Fuente: ESA.
Cinco candidatos
La carrera por encontrar el lugar de aterrizaje sólo pudo comenzar una vez que Rosetta llegó al cometa, el pasado seis de agosto. Fue entonces cuando el cometa fue visto de cerca por primera vez.
El 24 de agosto, a partir de los datos recogidos cuando Rosetta estaba a unos 100 kilómetros del 67P/Churyumov-Gerasimenko, se determinaron cinco regiones de aterrizaje candidatas, que fueron sometidas a un análisis posterior.
Desde entonces, la nave espacial se ha trasladado a una distancia de unos 30 kilómetros del cometa, proporcionando mediciones científicas más detalladas de los sitios candidatos.
Paralelamente, se exploraron opciones para hacer aterrizar a Philae con éxito, en cada uno de esos cinco sitios. Durante el fin de semana, el llamado Landing Site Selection Group, formado por los ingenieros y científicos encargados de Philae, se reunió en el CNES de Toulouse, Francia, a considerar todos estos datos disponibles y a tomar decisiones.
Futuras observaciones
Diversos aspectos críticos fueron considerados, como la trayectoria más segura a seguir por Philae desde Rosetta a la superficie del cometa, la cantidad de peligros visibles en la zona de aterrizaje o la frecuencia de las comunicaciones entre robot y orbitador.
En total se evaluó un área de un kilómetro cuadrado alrededor de cada sitio candidato. El Sitio J fue el escogido finalmente por su escasa verticalidad (que reduce las posibilidades de que el robot vuelque), porque parece tener relativamente pocas rocas y porque recibe iluminación diaria suficiente como para cargar a Philae y que este pueda continuar con sus operaciones científicas, más allá de la fase inicial de baterías.
Los científicos han calculado que Philae tardará en descender a la superficie unas siete horas. Durante el descenso, tomará imágenes y se harán otras observaciones del entorno del cometa.
Una vez que el módulo de aterrizaje toque el suelo, utilizará arpones y tornillos de hielo para fijarse sobre la superficie. A continuación, tomará una imagen panorámica de 360 ° de la zona de aterrizaje, para ayudar a determinar dónde y con qué orientación ha aterrizado.
A continuación comenzará a analizar factores como la temperatura superficial y subsuperficial del cometa. También perforará su superficie para recoger muestras, que serán entregadas al laboratorio de a bordo para su análisis.
La carrera por encontrar el lugar de aterrizaje sólo pudo comenzar una vez que Rosetta llegó al cometa, el pasado seis de agosto. Fue entonces cuando el cometa fue visto de cerca por primera vez.
El 24 de agosto, a partir de los datos recogidos cuando Rosetta estaba a unos 100 kilómetros del 67P/Churyumov-Gerasimenko, se determinaron cinco regiones de aterrizaje candidatas, que fueron sometidas a un análisis posterior.
Desde entonces, la nave espacial se ha trasladado a una distancia de unos 30 kilómetros del cometa, proporcionando mediciones científicas más detalladas de los sitios candidatos.
Paralelamente, se exploraron opciones para hacer aterrizar a Philae con éxito, en cada uno de esos cinco sitios. Durante el fin de semana, el llamado Landing Site Selection Group, formado por los ingenieros y científicos encargados de Philae, se reunió en el CNES de Toulouse, Francia, a considerar todos estos datos disponibles y a tomar decisiones.
Futuras observaciones
Diversos aspectos críticos fueron considerados, como la trayectoria más segura a seguir por Philae desde Rosetta a la superficie del cometa, la cantidad de peligros visibles en la zona de aterrizaje o la frecuencia de las comunicaciones entre robot y orbitador.
En total se evaluó un área de un kilómetro cuadrado alrededor de cada sitio candidato. El Sitio J fue el escogido finalmente por su escasa verticalidad (que reduce las posibilidades de que el robot vuelque), porque parece tener relativamente pocas rocas y porque recibe iluminación diaria suficiente como para cargar a Philae y que este pueda continuar con sus operaciones científicas, más allá de la fase inicial de baterías.
Los científicos han calculado que Philae tardará en descender a la superficie unas siete horas. Durante el descenso, tomará imágenes y se harán otras observaciones del entorno del cometa.
Una vez que el módulo de aterrizaje toque el suelo, utilizará arpones y tornillos de hielo para fijarse sobre la superficie. A continuación, tomará una imagen panorámica de 360 ° de la zona de aterrizaje, para ayudar a determinar dónde y con qué orientación ha aterrizado.
A continuación comenzará a analizar factores como la temperatura superficial y subsuperficial del cometa. También perforará su superficie para recoger muestras, que serán entregadas al laboratorio de a bordo para su análisis.