Un consorcio público-privado liderado por la biotecnológica Iproteos –con sede en el Parc Científic de Barcelona (PCB)–, y en el que también participan la biofarmacéutica Ascil-Biopharm, el Instituto de Investigación Biomédica (IRB Barcelona), el Centro de Regulación Genómica (CRG) y la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), ha puesto en marcha un proyecto para avanzar en el desarrollo de un nuevo fármaco neuroprotector para el tratamiento de los déficits cognitivos asociados a la esquizofrenia y otros trastornos mentales.
El proyecto, denominado Spark, acaba de recibir una ayuda de 500.000 euros del Ministerio de Economía y Competitividad.
El candidato a fármaco es el IPR019, que pertenece a una familia de compuestos de los llamados de tercera generación, desarrollados y patentados por Iproteos. Su actividad terapéutica está basada en el bloqueo de una proteína ubicada en el cerebro y relacionada con el déficit cognitivo.
“Nuestro fármaco actúa mediante un nuevo mecanismo de acción no explorado hasta el momento en el tratamiento de la esquizofrenia”, describe la científica Teresa Tarragó, consejera delegada de Iproteos e investigadora del IRB Barcelona, en una nota de prensa del CRG.
El proyecto, denominado Spark, acaba de recibir una ayuda de 500.000 euros del Ministerio de Economía y Competitividad.
El candidato a fármaco es el IPR019, que pertenece a una familia de compuestos de los llamados de tercera generación, desarrollados y patentados por Iproteos. Su actividad terapéutica está basada en el bloqueo de una proteína ubicada en el cerebro y relacionada con el déficit cognitivo.
“Nuestro fármaco actúa mediante un nuevo mecanismo de acción no explorado hasta el momento en el tratamiento de la esquizofrenia”, describe la científica Teresa Tarragó, consejera delegada de Iproteos e investigadora del IRB Barcelona, en una nota de prensa del CRG.
Mejora notable
El IPR019 es un derivado de péptido (proteína pequeña) capaz de atravesar la barrera hematoencefálica –un muro protector del cerebro, infranqueable para la gran mayoría de fármacos que existen en el mercado– que ya ha mostrado su eficacia como potenciador cognitivo en ensayos in vivo.
Los científicos han conseguido una mejora notable de las capacidades del aprendizaje y memoria, lo que hacen de él un tratamiento revolucionario para aquellas enfermedades del sistema nervioso central en las que las capacidades cognitivas se ven gravemente alteradas.
Iproteos, coordinadora del proyecto, evaluará el metabolismo y toxicidad de los compuestos candidatos y su actividad una vez administrados por vía oral y subcutánea en modelos animales. El Laboratorio de Péptidos y Proteínas del IRB Barcelona –liderado por Ernest Giralt y en el que Tarragó trabaja como investigadora asociada– estará a cargo de la síntesis de los compuestos.
La Unidad de Proteómica del CRG-UPF –liderada por Eduard Sabidó– realizará estudios de proteómica para evaluar los cambios causados en las células después del tratamiento con los compuestos. Ascil Biopharm –liderada por Roland Chérif-Cheikh– se encargará de la investigación y desarrollo farmacéutico de las formas farmacéuticas orales e inyectables Finalmente, el Grupo de Neuropsicofarmacología de la UPV/EHU –liderado por Javier Meana– será el responsable de la ratificación de la actividad de las formulaciones mediante estudios in vivo en modelos animales de esquizofrenia.
El resultado final esperado será la obtención de una formulación y vía de administración óptimas para el uso del compuesto como fármaco en pacientes. Esto permitirá llevar a cabo los ensayos preclínicos regulatorios y a continuación la primera administración del candidato en humanos en 2016 para una futura aplicación en centros de salud.
Las empresas
Iproteos es una spin-off creada en 2011 por Tarragó y Giralt, en base a la transferencia de una tecnología generada en el IRB Barcelona y la Universitat de Barcelona. Centra su actividad en el descubrimiento de nuevas estrategias terapéuticas basadas en la modulación de las interacciones proteína-proteína o proteína-ligando mediante derivados peptídicos.
ASCIL Biopharm, por su parte, es una compañía creada en 2012 por un equipo procedente de multinacionales biofarmacéuticas, experto en la innovación y desarrollo aplicado de sistemas de liberación controlada de fármacos y dispositivos de administración.
El IPR019 es un derivado de péptido (proteína pequeña) capaz de atravesar la barrera hematoencefálica –un muro protector del cerebro, infranqueable para la gran mayoría de fármacos que existen en el mercado– que ya ha mostrado su eficacia como potenciador cognitivo en ensayos in vivo.
Los científicos han conseguido una mejora notable de las capacidades del aprendizaje y memoria, lo que hacen de él un tratamiento revolucionario para aquellas enfermedades del sistema nervioso central en las que las capacidades cognitivas se ven gravemente alteradas.
Iproteos, coordinadora del proyecto, evaluará el metabolismo y toxicidad de los compuestos candidatos y su actividad una vez administrados por vía oral y subcutánea en modelos animales. El Laboratorio de Péptidos y Proteínas del IRB Barcelona –liderado por Ernest Giralt y en el que Tarragó trabaja como investigadora asociada– estará a cargo de la síntesis de los compuestos.
La Unidad de Proteómica del CRG-UPF –liderada por Eduard Sabidó– realizará estudios de proteómica para evaluar los cambios causados en las células después del tratamiento con los compuestos. Ascil Biopharm –liderada por Roland Chérif-Cheikh– se encargará de la investigación y desarrollo farmacéutico de las formas farmacéuticas orales e inyectables Finalmente, el Grupo de Neuropsicofarmacología de la UPV/EHU –liderado por Javier Meana– será el responsable de la ratificación de la actividad de las formulaciones mediante estudios in vivo en modelos animales de esquizofrenia.
El resultado final esperado será la obtención de una formulación y vía de administración óptimas para el uso del compuesto como fármaco en pacientes. Esto permitirá llevar a cabo los ensayos preclínicos regulatorios y a continuación la primera administración del candidato en humanos en 2016 para una futura aplicación en centros de salud.
Las empresas
Iproteos es una spin-off creada en 2011 por Tarragó y Giralt, en base a la transferencia de una tecnología generada en el IRB Barcelona y la Universitat de Barcelona. Centra su actividad en el descubrimiento de nuevas estrategias terapéuticas basadas en la modulación de las interacciones proteína-proteína o proteína-ligando mediante derivados peptídicos.
ASCIL Biopharm, por su parte, es una compañía creada en 2012 por un equipo procedente de multinacionales biofarmacéuticas, experto en la innovación y desarrollo aplicado de sistemas de liberación controlada de fármacos y dispositivos de administración.