Muchas mujeres (aún no se sabe cuántas exactamente) usan maquillaje facial para acentuar su atractivo. Ese maquillaje puede variar desde lo más natural (maquillaje ligero) a lo más “glamuroso” (maquillaje potente), en función del contexto de las situaciones interpersonales o las tendencias de maquillaje de la sociedad actual.
Mientras algunos científicos se afanan por hallar una cura contra enfermedades actualmente incurables o una fuente inagotable de energía renovable que acabe con la contaminación y de paso resuelva gran parte de los problemas del mundo, otros han querido profundizar en cómo el maquillaje ligero y potente pueden influenciar sobre el atractivo de las féminas.
No contentos con semejante objetivo, los investigadores (del Global Innovation Center de la compañía Shiseido y de la Universidad de Hiroshima) también se propusieron medir cómo ambos tipos de maquillaje influían en el reconocimiento facial de las mujeres.
Para ello, pidieron a 38 mujeres japonesas que evaluaran el atractivo de otras 36 japonesas sin maquillar, con un maquillaje ligero o con un maquillaje potente (había 12 mujeres por subgrupo). En una tarea de reconocimiento posterior, a las participantes además se les presentaron las mismas 36 caras y otras 36 nuevas caras.
Mientras algunos científicos se afanan por hallar una cura contra enfermedades actualmente incurables o una fuente inagotable de energía renovable que acabe con la contaminación y de paso resuelva gran parte de los problemas del mundo, otros han querido profundizar en cómo el maquillaje ligero y potente pueden influenciar sobre el atractivo de las féminas.
No contentos con semejante objetivo, los investigadores (del Global Innovation Center de la compañía Shiseido y de la Universidad de Hiroshima) también se propusieron medir cómo ambos tipos de maquillaje influían en el reconocimiento facial de las mujeres.
Para ello, pidieron a 38 mujeres japonesas que evaluaran el atractivo de otras 36 japonesas sin maquillar, con un maquillaje ligero o con un maquillaje potente (había 12 mujeres por subgrupo). En una tarea de reconocimiento posterior, a las participantes además se les presentaron las mismas 36 caras y otras 36 nuevas caras.
Lo mejor es lo natural
Los resultados indicaron que, en cuanto a la evaluación del atractivo, las caras con un maquillaje ligero obtuvieron calificaciones más altas que el resto; mientras que las caras sin maquillaje recibieron las calificaciones más bajas.
Sin embargo, las caras mejor reconocidas en la segunda tanda de imágenes mostradas fueron aquellas que no llevaban maquillaje o llevaban maquillaje ligero, en comparación con las más maquilladas.
De hecho, los rostros con un maquillaje potente dieron lugar a una tasa mayor de falsos reconocimientos que las otras caras, posiblemente debido a que el maquillaje excesivo hace que uno se fije en el estilo del maquillaje en sí, en lugar de en la persona que lo lleva puesto.
El presente estudio sugiere que el maquillaje ligero es siempre preferible al maquillaje potente, si no se quiere interferir en la posibilidad de ser reconocida o se pretende dar una buena impresión. Si lo que se busca es todo lo contrario, un antifaz o un pasamontaños serían respectivamente mejores opciones que pintarse demasiado.
Aunque para causar la mejor de las impresiones, lo ideal es gustarse a sí misma. Al menos eso es lo que sugería esta otra investigación realizada hace unos años por científicos de la Universidad de Huddersfield, en Inglaterra. Pero de las mujeres que han logrado semejante hazaña, dadas la presión mediática y la presión social sobre el físico femenino, aún no se ha hecho estudio alguno.
Los resultados indicaron que, en cuanto a la evaluación del atractivo, las caras con un maquillaje ligero obtuvieron calificaciones más altas que el resto; mientras que las caras sin maquillaje recibieron las calificaciones más bajas.
Sin embargo, las caras mejor reconocidas en la segunda tanda de imágenes mostradas fueron aquellas que no llevaban maquillaje o llevaban maquillaje ligero, en comparación con las más maquilladas.
De hecho, los rostros con un maquillaje potente dieron lugar a una tasa mayor de falsos reconocimientos que las otras caras, posiblemente debido a que el maquillaje excesivo hace que uno se fije en el estilo del maquillaje en sí, en lugar de en la persona que lo lleva puesto.
El presente estudio sugiere que el maquillaje ligero es siempre preferible al maquillaje potente, si no se quiere interferir en la posibilidad de ser reconocida o se pretende dar una buena impresión. Si lo que se busca es todo lo contrario, un antifaz o un pasamontaños serían respectivamente mejores opciones que pintarse demasiado.
Aunque para causar la mejor de las impresiones, lo ideal es gustarse a sí misma. Al menos eso es lo que sugería esta otra investigación realizada hace unos años por científicos de la Universidad de Huddersfield, en Inglaterra. Pero de las mujeres que han logrado semejante hazaña, dadas la presión mediática y la presión social sobre el físico femenino, aún no se ha hecho estudio alguno.