Imagen médica creada por el nuevo sistema. Foto: Universidad de Berkeley.
Investigadores de las universidades de Jerusalén y Berkeley han demostrado la eficacia de un proceso para transmitir imágenes médicas a través del teléfono móvil. Según sus creadores tiene la potencialidad de proporcionar sofisticadas diagnosis radiológicas e incluso tratamiento. Millones de personas que viven en países en vías de desarrollados o en áreas rurales, donde no tienen acceso a una tecnología parecida o incluso a un centro médico, se podrían beneficiar de este nuevo desarrollo.
El profesor Boris Rubinsky, que es director del Research Center for Research in Bioengineering in the Service of Humanity and Society, ha demostrado la viabilidad de este concepto, que puede reemplazar los sistemas actuales, basados en dispositivos médicos convencionales. El nuevo desarrollo consiste en dos componentes independientes conectados a través de tecnología móvil. Dicho concepto puede ser desarrollado para varías modalidades de imágenes médicas. La técnica ha sido descrita en la última edición del la revista Public Library of Science ONE.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, tres cuartas partes de la población mundial no tiene acceso a ultrasonidos, rayos X, resonancias magnéticas y otras tecnologías de imágenes médicas usadas para muchas aplicaciones, como detectar tumores, confirmar signos activos de tuberculosis o vigilar el desarrollo del feto durante el embarazo.
Al alcance de todos
Los sistemas de imágenes médicos de hoy en día (unidades que combinan hardware para la adquisición de datos, un software para procesar esos datos y una pantalla) son demasiado caros y demandan un mantenimiento muy delicado, así como procesos de formación y entrenamiento intensivo para sus usuarios. Sólo los centros médicos con recursos financieros y con importantes recursos humanos pueden adquirirlos y utilizarlos. Aún así, incluso en los países desarrollados, estos equipamientos no están en uso porque son demasiado sofisticados o sencillamente porque el personal sanitario no está preparado para usarlo.
“Las imágenes están consideradas como uno de los avances más importantes de la medicina moderna. La diagnosis y el tratamiento del 20% de las enfermedades se podrían beneficiar de la imágenes médicas, aunque ésto no está al alcance de millones de personas en el mundo porque el equipamiento es muy costoso de mantener”, dice Rubinsky, en un comunicado de la Universidad de Berkeley.
La propuesta de Rubinsky es separar los tres componentes de los sistemas de imágenes médicos actuales. Así, ha creado un dispositivo independiente de adquisición de datos que está en el lado del paciente. Este dispositivo es sencillo, ya que sólo tiene controles limitados, pero tiene la capacidad de conectarse por teléfono móvil y mandar los datos sobre el paciente a un servidor central.
Servidor central
Los datos transmitidos con el móvil están sin procesar y en bruto, y es en el servidor central, que puede estar en cualquier parte del mundo, donde se encuentra el hardware y el software necesario para reconstruir las imágenes a partir de la información mandada por el dispositivo de adquisición de datos.
De esta manera el elemento más complicado y costoso (el software para procesar imágenes) se sitúa en otro sitio, por ejemplo en un centro médico con recursos disponibles para operar y mantener el equipo.
Una vez se ha generado la imagen, el servidor central la envía de vuelta al móvil que está de lado del paciente para que el médico o especialista pueda visualizarla y hacer o mejorar su diagnóstico.
“Simplificando el aparato del lado del paciente, se reduce el coste y evita la necesidad de formación para el personal”, comenta Rubinsky.
El hecho de que la imagen en sí se genere de un modo centralizado, y no directamente en el dispositivo que toma los datos, tiene otra importante consecuencia, ya que áreas remotas de todo el mundo dispondrá de los últimos avances y actualizaciones en técnicas relacionadas con imágenes médicas. Todo ello sin la obligación de disponer de complicados desarrollos, sencillamente gracias a un teléfono móvil. Se calcula que más del 60% de los teléfonos móviles existentes en el mundo se encuentran ya en países en vías de desarrollo.
Los investigadores eligieron la técnica de la tomografía de impedancia eléctrica para demostrar la eficacia del uso del teléfono móvil. Esta técnica se basa en un principio según el cual los tejidos enfermos emiten corrientes eléctricas, a diferencia de los sanos. Esta diferencia es susceptible de ser convertida en imágenes que, a su vez, pueden ser enviadas vía teléfono móvil.
El profesor Boris Rubinsky, que es director del Research Center for Research in Bioengineering in the Service of Humanity and Society, ha demostrado la viabilidad de este concepto, que puede reemplazar los sistemas actuales, basados en dispositivos médicos convencionales. El nuevo desarrollo consiste en dos componentes independientes conectados a través de tecnología móvil. Dicho concepto puede ser desarrollado para varías modalidades de imágenes médicas. La técnica ha sido descrita en la última edición del la revista Public Library of Science ONE.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, tres cuartas partes de la población mundial no tiene acceso a ultrasonidos, rayos X, resonancias magnéticas y otras tecnologías de imágenes médicas usadas para muchas aplicaciones, como detectar tumores, confirmar signos activos de tuberculosis o vigilar el desarrollo del feto durante el embarazo.
Al alcance de todos
Los sistemas de imágenes médicos de hoy en día (unidades que combinan hardware para la adquisición de datos, un software para procesar esos datos y una pantalla) son demasiado caros y demandan un mantenimiento muy delicado, así como procesos de formación y entrenamiento intensivo para sus usuarios. Sólo los centros médicos con recursos financieros y con importantes recursos humanos pueden adquirirlos y utilizarlos. Aún así, incluso en los países desarrollados, estos equipamientos no están en uso porque son demasiado sofisticados o sencillamente porque el personal sanitario no está preparado para usarlo.
“Las imágenes están consideradas como uno de los avances más importantes de la medicina moderna. La diagnosis y el tratamiento del 20% de las enfermedades se podrían beneficiar de la imágenes médicas, aunque ésto no está al alcance de millones de personas en el mundo porque el equipamiento es muy costoso de mantener”, dice Rubinsky, en un comunicado de la Universidad de Berkeley.
La propuesta de Rubinsky es separar los tres componentes de los sistemas de imágenes médicos actuales. Así, ha creado un dispositivo independiente de adquisición de datos que está en el lado del paciente. Este dispositivo es sencillo, ya que sólo tiene controles limitados, pero tiene la capacidad de conectarse por teléfono móvil y mandar los datos sobre el paciente a un servidor central.
Servidor central
Los datos transmitidos con el móvil están sin procesar y en bruto, y es en el servidor central, que puede estar en cualquier parte del mundo, donde se encuentra el hardware y el software necesario para reconstruir las imágenes a partir de la información mandada por el dispositivo de adquisición de datos.
De esta manera el elemento más complicado y costoso (el software para procesar imágenes) se sitúa en otro sitio, por ejemplo en un centro médico con recursos disponibles para operar y mantener el equipo.
Una vez se ha generado la imagen, el servidor central la envía de vuelta al móvil que está de lado del paciente para que el médico o especialista pueda visualizarla y hacer o mejorar su diagnóstico.
“Simplificando el aparato del lado del paciente, se reduce el coste y evita la necesidad de formación para el personal”, comenta Rubinsky.
El hecho de que la imagen en sí se genere de un modo centralizado, y no directamente en el dispositivo que toma los datos, tiene otra importante consecuencia, ya que áreas remotas de todo el mundo dispondrá de los últimos avances y actualizaciones en técnicas relacionadas con imágenes médicas. Todo ello sin la obligación de disponer de complicados desarrollos, sencillamente gracias a un teléfono móvil. Se calcula que más del 60% de los teléfonos móviles existentes en el mundo se encuentran ya en países en vías de desarrollo.
Los investigadores eligieron la técnica de la tomografía de impedancia eléctrica para demostrar la eficacia del uso del teléfono móvil. Esta técnica se basa en un principio según el cual los tejidos enfermos emiten corrientes eléctricas, a diferencia de los sanos. Esta diferencia es susceptible de ser convertida en imágenes que, a su vez, pueden ser enviadas vía teléfono móvil.