Diferentes versiones de una interfaz, según característica de cada usuario. Universidad de Washington.
La ONU estima que en el mundo viven más de 500 millones de personas con discapacidad, cifra que equivale a algo menos del diez por ciento de la población mundial. En España, la cifra asciende a los tres millones y medio.
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ayudan a estas personas, ya que les ofrecen medios de interacción con su entorno. Aun así, estas tecnologías también pueden traer consigo problemas. De hecho, algunos desarrollos tecnológicos convencionales producen frustración en personas con discapacidad y en ancianos, por los problemas de accesibilidad que presentan. Pero parece que esto va a ir cambiando gracias, en parte, a un avance desarrollado del que informa la Universidad de Washington en un comunicado.
Krzysztof Z. Gajos y Daniel S. Weld, del departamento de Ciencias de la Computación e Ingeniería de la Universidad de Washington, junto a Jacob O. Wobbrock, de la escuela de información de la misma Universidad, han expuesto, en la reunión de la Asociación para el Avance de la Inteligencia Artificial en Chicago, un documento y un conjunto de pruebas con los que presentan un sistema que ofrece al usuario la posibilidad de establecer una interfaz personalizable instantáneamente.
Estos investigadores han desarrollado dos sistemas que, de manera autónoma, construyen una gama bastante amplia de interfaces de adaptación personalizadas y que reciben los nombres de SUPPLE/ARNAULD y SUPPLE++. Ambos se basan en el uso del ratón, ya que es uno de los sistemas con menos dificultades de utilización por parte de los discapacitados y ancianos.
Los sistemas SUPPLE/ARNAULD y SUPPLE++
El primero de los sistemas genera automáticamente interfaces de usuario adaptadas al dispositivo de destino, a los patrones de uso, así como un modelo obtenido de las preferencias del usuario. El segundo, en cambio, realiza primero la evaluación de las habilidades motrices de la persona y luego automáticamente genera interfaces de usuaria adaptadas a sus habilidades.
Al proporcionar funciones de utilidad diferentes, se puede hacer que SUPPLE produzca distintos estilos de interfaz de usuario. No obstante, las funciones de utilidad adicionales se basan normalmente en más de cuarenta parámetros que originan complejos procesos de decisión. Para llegar a seleccionar los valores de estos parámetros, es necesario un proceso tedioso y propenso a errores; por ello, Gajos, Weld y Wobbrock, construyeron ARNAULD.
Este sistema calcula rápidamente los valores de esos cuarenta parámetros en función de la información que aportan los usuarios. La obtención de esta información tiene una gran diferencia con respecto a las aproximaciones desarrolladas anteriormente, ya que ésta se basa en la opinión y crítica del usuario, en lugar de la valoración a través de una determinada escala. El objetivo de este sistema es que las personas puedan expresar sus preferencias con mayor facilidad y consistencia. Posteriormente, ARNAULD transmite la información a SUPPLE, que genera la interfaz.
SUPPLE++ es, a su vez, un sistema que genera una interfaz ajustada a las habilidades motoras individuales. Esto se realiza a través de un test de ejecución que generará un modelo de regresión individual, en función de capacidades motoras del usuario. SUPPLE emplea estos modelos minimizando, así, la espera del usuario para ponerse a trabajar. Además, este sistema también es capaz de adaptar la interfaz a las capacidades de visión de las personas. De tal manera que la adaptación motora y la visual pueden ser usadas en combinación.
Las pruebas
Los datos que permiten generar la interfaz se obtienen gracias a una serie de pruebas como las siguientes. En la pantalla aparece un anillo de puntos que, cada uno de ellos, se van a ir iluminando para que el usuario haga clic en ellos. Otra prueba consiste en pedirle al usuario que haga clic y arrastre una selección de una lista o que haga clic repetidamente en un mismo lugar.
Gracias a la matriz de datos que se va generando, los sistemas pueden adaptarse a las necesidades de las personas. Para desarrollar todas las pruebas una persona sin discapacidades físicas tardaría alrededor de unos veinte minutos, mientras que a alguien con discapacidades le llevaría unos noventa.
Gajos, Weld y Wobbrock llegan a la conclusión de que las interfaces personalizadas para el usuario, adaptadas a las tareas, preferencias y habilidades de una persona, pueden mejorar la satisfacción del usuario y el rendimiento. Incluso estos autores llegan a afirmar que la generación automática de estas interfaces es viable a nivel computacional.
En este sentido, los autores mostraron las pruebas realizadas a diversas personas con problemas funcionales. Uno de los casos fue el de una mujer con distrofia muscular que tenía que mover el ratón con las dos manos. Sus movimientos eran precisos pero muy lentos, debido a la debilidad muscular. Por tanto, y gracias a los resultados del test, los sistemas generaron una interfaz con botones pequeños y un diseño comprimido para solventar la lentitud.
Mejor acceso para más usuarios
La incorporación de estos sistemas a los programas de diseño facilitarían el acceso de una mayor cantidad de usuarios a las tecnologías de la información y comunicación, ya que aportan una mayor eficiencia en la utilización de estas tecnologías por parte de numerosas personas discapacitadas.
El gran inconveniente que parece existir implica la necesidad de cambiar el diseño de las interfaces para las computadoras o la de adaptar los diseños tradicionales para la utilización de este tipo de sistemas más solidarios.
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ayudan a estas personas, ya que les ofrecen medios de interacción con su entorno. Aun así, estas tecnologías también pueden traer consigo problemas. De hecho, algunos desarrollos tecnológicos convencionales producen frustración en personas con discapacidad y en ancianos, por los problemas de accesibilidad que presentan. Pero parece que esto va a ir cambiando gracias, en parte, a un avance desarrollado del que informa la Universidad de Washington en un comunicado.
Krzysztof Z. Gajos y Daniel S. Weld, del departamento de Ciencias de la Computación e Ingeniería de la Universidad de Washington, junto a Jacob O. Wobbrock, de la escuela de información de la misma Universidad, han expuesto, en la reunión de la Asociación para el Avance de la Inteligencia Artificial en Chicago, un documento y un conjunto de pruebas con los que presentan un sistema que ofrece al usuario la posibilidad de establecer una interfaz personalizable instantáneamente.
Estos investigadores han desarrollado dos sistemas que, de manera autónoma, construyen una gama bastante amplia de interfaces de adaptación personalizadas y que reciben los nombres de SUPPLE/ARNAULD y SUPPLE++. Ambos se basan en el uso del ratón, ya que es uno de los sistemas con menos dificultades de utilización por parte de los discapacitados y ancianos.
Los sistemas SUPPLE/ARNAULD y SUPPLE++
El primero de los sistemas genera automáticamente interfaces de usuario adaptadas al dispositivo de destino, a los patrones de uso, así como un modelo obtenido de las preferencias del usuario. El segundo, en cambio, realiza primero la evaluación de las habilidades motrices de la persona y luego automáticamente genera interfaces de usuaria adaptadas a sus habilidades.
Al proporcionar funciones de utilidad diferentes, se puede hacer que SUPPLE produzca distintos estilos de interfaz de usuario. No obstante, las funciones de utilidad adicionales se basan normalmente en más de cuarenta parámetros que originan complejos procesos de decisión. Para llegar a seleccionar los valores de estos parámetros, es necesario un proceso tedioso y propenso a errores; por ello, Gajos, Weld y Wobbrock, construyeron ARNAULD.
Este sistema calcula rápidamente los valores de esos cuarenta parámetros en función de la información que aportan los usuarios. La obtención de esta información tiene una gran diferencia con respecto a las aproximaciones desarrolladas anteriormente, ya que ésta se basa en la opinión y crítica del usuario, en lugar de la valoración a través de una determinada escala. El objetivo de este sistema es que las personas puedan expresar sus preferencias con mayor facilidad y consistencia. Posteriormente, ARNAULD transmite la información a SUPPLE, que genera la interfaz.
SUPPLE++ es, a su vez, un sistema que genera una interfaz ajustada a las habilidades motoras individuales. Esto se realiza a través de un test de ejecución que generará un modelo de regresión individual, en función de capacidades motoras del usuario. SUPPLE emplea estos modelos minimizando, así, la espera del usuario para ponerse a trabajar. Además, este sistema también es capaz de adaptar la interfaz a las capacidades de visión de las personas. De tal manera que la adaptación motora y la visual pueden ser usadas en combinación.
Las pruebas
Los datos que permiten generar la interfaz se obtienen gracias a una serie de pruebas como las siguientes. En la pantalla aparece un anillo de puntos que, cada uno de ellos, se van a ir iluminando para que el usuario haga clic en ellos. Otra prueba consiste en pedirle al usuario que haga clic y arrastre una selección de una lista o que haga clic repetidamente en un mismo lugar.
Gracias a la matriz de datos que se va generando, los sistemas pueden adaptarse a las necesidades de las personas. Para desarrollar todas las pruebas una persona sin discapacidades físicas tardaría alrededor de unos veinte minutos, mientras que a alguien con discapacidades le llevaría unos noventa.
Gajos, Weld y Wobbrock llegan a la conclusión de que las interfaces personalizadas para el usuario, adaptadas a las tareas, preferencias y habilidades de una persona, pueden mejorar la satisfacción del usuario y el rendimiento. Incluso estos autores llegan a afirmar que la generación automática de estas interfaces es viable a nivel computacional.
En este sentido, los autores mostraron las pruebas realizadas a diversas personas con problemas funcionales. Uno de los casos fue el de una mujer con distrofia muscular que tenía que mover el ratón con las dos manos. Sus movimientos eran precisos pero muy lentos, debido a la debilidad muscular. Por tanto, y gracias a los resultados del test, los sistemas generaron una interfaz con botones pequeños y un diseño comprimido para solventar la lentitud.
Mejor acceso para más usuarios
La incorporación de estos sistemas a los programas de diseño facilitarían el acceso de una mayor cantidad de usuarios a las tecnologías de la información y comunicación, ya que aportan una mayor eficiencia en la utilización de estas tecnologías por parte de numerosas personas discapacitadas.
El gran inconveniente que parece existir implica la necesidad de cambiar el diseño de las interfaces para las computadoras o la de adaptar los diseños tradicionales para la utilización de este tipo de sistemas más solidarios.