Las universidades japonesas de Kitazato, Keio, Tokyo Metropolitan y el NICT (National Institute of Information and Communications Technology) han modelizado digitalmente por primera vez cuerpos humanos con una resolución espacial del orden de un milímetro.
La finalidad de estos modelos digitalizados es medir el impacto en el cuerpo humano de las ondas de radio empleadas en telecomunicaciones y otros sistemas de la sociedad de la información.
Tal como se explica en este comunicado del NICT, la modelización digital del cuerpo humano no es nueva, pero los dos modelos humanos creados las mencionadas universidades constituyen los primeros modelos de humanos obtenidos vía IRM (imágenes por resonancia magnética) de voluntarios japoneses. La metodología de esta investigación se explica asimismo en este artículo del Kihou Jorunal.
El modelo masculino se llama Taro (en japonés significa Primogénito varón), mide 173,2 centímetros y pesa 65 kilos. El femenino se llama Hanako (en japonés Niña Flor), mide 160,8 centímetros y pesa 53 kilos. A través de ellos se obtendrá la medición generalizada de los efectos de las ondas de radio.
Totalidad del cuerpo
En la actualidad, únicamente la cantidad de absorción específica (o SAR, Specific Absorption Rate) ofrece un indicador de la energía absorbida por el cuerpo humano en el momento de utilizar un teléfono móvil. Sin embargo, como no es posible integrar captores en la totalidad del cuerpo humano, el SAR sólo suministra información del impacto de las ondas de radio en la cabeza y el tronco.
Los modelos humanos japoneses resuelven esta limitación. El cuerpo de Taro puede ser modelizado por 8 millones de bloques (6.4 millones en el caso de Hanako), con una resolución espacial de 8 milímetros, incluyendo 51 músculos y órganos, lo que representa una decena de órganos más que los otros modelos humanos actuales.
El impacto de la absorción de la onda de radio por el cuerpo humano se modeliza mediante la aplicación, bloque a bloque, de un coeficiente eléctrico apropiado al órgano o músculo pretendido.
En la actualidad, los investigadores japoneses centran sus esfuerzos en la integración de nuevos tejidos en los modelos humanos de Taro y Hanako, así como en el tamaño y deformación de los cuerpos modelizados, con la finalidad de representar muchos grupos de edades y diversas posturas corporales, lo que permitirá precisar mejor los efectos de la modelización.
Otras aplicaciones
El modelo de un cuero de mujer embarazada forma parte del proyecto y pretende determinar los efectos de las ondas de radio sobre los fetos humanos. El impacto de las ondas de radio no es la única medida posible con estos modelos, ya que estas modelizaciones digitales constituyen auténticas bases de datos que permiten numerosas aplicaciones.
Esas otras aplicaciones se refieren, por ejemplo, al análisis de los efectos de los accidentes automovilísticos en los cuerpos humanos, o bien como instrumento de ayuda a las terapias para el tratamiento del cáncer, que con este sistema pueden enfocar las radiaciones con mucha mayor precisión.
La aplicación de un coeficiente elástico que representa una deformación orgánica derivada, bien de un impacto externo (el accidente automovilístico) o bien mostrando el coeficiente de absorción de radiaciones (en el caso del tratamiento oncológico), es de gran utilidad en ambos casos.
Las bases de datos vinculadas a la modelización digital del cuerpo humano obtenida en Japón se facilita grauitamente a las universidades y a los centros públicos de investigación, pero son de pago para los organismos privados.
Antigua preocupación
El posible impacto, tanto de las redes de telefonía móvil, como del uso de celulares sobre la salud humana, constituye una antigua preocupación a la que se han dado diferentes respuestas.
El colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones de España, por ejemplo, ha realizado un informe sobre estos riesgos en el que señala que "el conocimiento científico disponible actualmente indica que la exposición a campos electromagnéticos no ocasiona efectos adversos a la salud".
Asimismo, explica que "a los valores de potencia de emisión actuales, con la garantía del cumplimiento de las normativas vigentes en materia de calidad y seguridad por los equipos utilizados, a las distancias calculadas en función de los criterios de la recomendación y sobre las bases de la evidencia científica disponible, las antenas de telefonía y los terminales móviles no representan un peligro para la salud pública."
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud también ha señalado que "los últimos estudios realizados en el mundo, no demuestran que las ondas de las antenas de telefonía móvil tengan efectos negativos en la salud de los ciudadanos. Desde España, los expertos señalan que lo mejor para evitar cualquier riesgo, son más antenas de telefonía móvil con menos potencia”.
Estas tomas de posición no impiden que se desarrollen nuevas investigaciones sobre los posibles efectos sobre el cuerpo humano de las ondas de radio, que permiten a la sociedad actual conectarse con cualquier persona que esté en cualquier parte, independientemente de dónde esté la persona que se conecta. Es en este contexto en el que hay que situar los modelos humanos digitalizados creados en Japón.
La finalidad de estos modelos digitalizados es medir el impacto en el cuerpo humano de las ondas de radio empleadas en telecomunicaciones y otros sistemas de la sociedad de la información.
Tal como se explica en este comunicado del NICT, la modelización digital del cuerpo humano no es nueva, pero los dos modelos humanos creados las mencionadas universidades constituyen los primeros modelos de humanos obtenidos vía IRM (imágenes por resonancia magnética) de voluntarios japoneses. La metodología de esta investigación se explica asimismo en este artículo del Kihou Jorunal.
El modelo masculino se llama Taro (en japonés significa Primogénito varón), mide 173,2 centímetros y pesa 65 kilos. El femenino se llama Hanako (en japonés Niña Flor), mide 160,8 centímetros y pesa 53 kilos. A través de ellos se obtendrá la medición generalizada de los efectos de las ondas de radio.
Totalidad del cuerpo
En la actualidad, únicamente la cantidad de absorción específica (o SAR, Specific Absorption Rate) ofrece un indicador de la energía absorbida por el cuerpo humano en el momento de utilizar un teléfono móvil. Sin embargo, como no es posible integrar captores en la totalidad del cuerpo humano, el SAR sólo suministra información del impacto de las ondas de radio en la cabeza y el tronco.
Los modelos humanos japoneses resuelven esta limitación. El cuerpo de Taro puede ser modelizado por 8 millones de bloques (6.4 millones en el caso de Hanako), con una resolución espacial de 8 milímetros, incluyendo 51 músculos y órganos, lo que representa una decena de órganos más que los otros modelos humanos actuales.
El impacto de la absorción de la onda de radio por el cuerpo humano se modeliza mediante la aplicación, bloque a bloque, de un coeficiente eléctrico apropiado al órgano o músculo pretendido.
En la actualidad, los investigadores japoneses centran sus esfuerzos en la integración de nuevos tejidos en los modelos humanos de Taro y Hanako, así como en el tamaño y deformación de los cuerpos modelizados, con la finalidad de representar muchos grupos de edades y diversas posturas corporales, lo que permitirá precisar mejor los efectos de la modelización.
Otras aplicaciones
El modelo de un cuero de mujer embarazada forma parte del proyecto y pretende determinar los efectos de las ondas de radio sobre los fetos humanos. El impacto de las ondas de radio no es la única medida posible con estos modelos, ya que estas modelizaciones digitales constituyen auténticas bases de datos que permiten numerosas aplicaciones.
Esas otras aplicaciones se refieren, por ejemplo, al análisis de los efectos de los accidentes automovilísticos en los cuerpos humanos, o bien como instrumento de ayuda a las terapias para el tratamiento del cáncer, que con este sistema pueden enfocar las radiaciones con mucha mayor precisión.
La aplicación de un coeficiente elástico que representa una deformación orgánica derivada, bien de un impacto externo (el accidente automovilístico) o bien mostrando el coeficiente de absorción de radiaciones (en el caso del tratamiento oncológico), es de gran utilidad en ambos casos.
Las bases de datos vinculadas a la modelización digital del cuerpo humano obtenida en Japón se facilita grauitamente a las universidades y a los centros públicos de investigación, pero son de pago para los organismos privados.
Antigua preocupación
El posible impacto, tanto de las redes de telefonía móvil, como del uso de celulares sobre la salud humana, constituye una antigua preocupación a la que se han dado diferentes respuestas.
El colegio de Ingenieros de Telecomunicaciones de España, por ejemplo, ha realizado un informe sobre estos riesgos en el que señala que "el conocimiento científico disponible actualmente indica que la exposición a campos electromagnéticos no ocasiona efectos adversos a la salud".
Asimismo, explica que "a los valores de potencia de emisión actuales, con la garantía del cumplimiento de las normativas vigentes en materia de calidad y seguridad por los equipos utilizados, a las distancias calculadas en función de los criterios de la recomendación y sobre las bases de la evidencia científica disponible, las antenas de telefonía y los terminales móviles no representan un peligro para la salud pública."
Por su parte, la Organización Mundial de la Salud también ha señalado que "los últimos estudios realizados en el mundo, no demuestran que las ondas de las antenas de telefonía móvil tengan efectos negativos en la salud de los ciudadanos. Desde España, los expertos señalan que lo mejor para evitar cualquier riesgo, son más antenas de telefonía móvil con menos potencia”.
Estas tomas de posición no impiden que se desarrollen nuevas investigaciones sobre los posibles efectos sobre el cuerpo humano de las ondas de radio, que permiten a la sociedad actual conectarse con cualquier persona que esté en cualquier parte, independientemente de dónde esté la persona que se conecta. Es en este contexto en el que hay que situar los modelos humanos digitalizados creados en Japón.