Tendencias Científicas
Fotografía de Jorge Casais. PhotoXpress.
Cada vez son más numerosas las correcciones que, públicamente, hacen y reconocen los directivos de miles de compañías de todo el mundo, después de sufrir las consecuencias de sus equivocaciones durante la crisis económica que estalló en el año 2008.
Precisamente, un reciente estudio de Babson Executive Education (BEE) llamado “Report on Business Uncertainty: 2010 Global Survey Results” reveló que los líderes de negocios de todo el planeta están hoy más enfocados que nunca en el control del riesgo y de la incertidumbre dentro de sus compañías.
Teniendo en cuenta que preocupaciones económicas como la turbulencia en la industria financiera y los mercados capitales, la recesión económica y los presupuestos ajustados son las principales causantes de la incertidumbre en un negocio, los autores de la investigación realizaron encuestas entre 1.048 ejecutivos globales y se encontraron con que casi la mitad de los directivos afirman estar llevando a cabo acciones más agresivas para controlar el riesgo y la incertidumbre que las que utilizaban hasta antes del estallido de la crisis económica en 2008.
Liderando el control de riesgo
De acuerdo con el estudio, la incertidumbre económica ha sido la principal razón por la que las compañías han congelado las contrataciones. Sumado a esto, 47% de los encuestados afirmaron que las iniciativas de capacitación y de desarrollo profesional también han sido reducidas desde la recesión económica.
Esa situación ha llevado a los empleados a tomar un papel activo y a manifestar su inconformismo y sus deseos de reorganizar su lista de prioridades. Y eso ha llevado a los directivos a replantearse sus estrategias para retomar el control.
En medio de este complicado ambiente de negocios y de una recuperación que no se ha dado igual en todas partes, el estudio encontró que los líderes están implementando una variedad de acercamientos experimentales para elegir la manera más adecuada y eficaz de controlar la incertidumbre dentro de sus negocios.
Elaine Eisenman, decana de BEE y coautora del estudio, explica que “Los líderes de negocios en todas partes están teniendo un comportamiento como de empezar de nuevo, que redefine la incertidumbre a través de pensamientos y acciones empresariales más audaces. Esta tendencia se puede observar en nuestro hallazgo de que los ejecutivos que llevan a cabo acciones más audaces hoy superan en número a aquellos que no lo hacen en una proporción mayor que dos a uno”.
Precisamente, un reciente estudio de Babson Executive Education (BEE) llamado “Report on Business Uncertainty: 2010 Global Survey Results” reveló que los líderes de negocios de todo el planeta están hoy más enfocados que nunca en el control del riesgo y de la incertidumbre dentro de sus compañías.
Teniendo en cuenta que preocupaciones económicas como la turbulencia en la industria financiera y los mercados capitales, la recesión económica y los presupuestos ajustados son las principales causantes de la incertidumbre en un negocio, los autores de la investigación realizaron encuestas entre 1.048 ejecutivos globales y se encontraron con que casi la mitad de los directivos afirman estar llevando a cabo acciones más agresivas para controlar el riesgo y la incertidumbre que las que utilizaban hasta antes del estallido de la crisis económica en 2008.
Liderando el control de riesgo
De acuerdo con el estudio, la incertidumbre económica ha sido la principal razón por la que las compañías han congelado las contrataciones. Sumado a esto, 47% de los encuestados afirmaron que las iniciativas de capacitación y de desarrollo profesional también han sido reducidas desde la recesión económica.
Esa situación ha llevado a los empleados a tomar un papel activo y a manifestar su inconformismo y sus deseos de reorganizar su lista de prioridades. Y eso ha llevado a los directivos a replantearse sus estrategias para retomar el control.
En medio de este complicado ambiente de negocios y de una recuperación que no se ha dado igual en todas partes, el estudio encontró que los líderes están implementando una variedad de acercamientos experimentales para elegir la manera más adecuada y eficaz de controlar la incertidumbre dentro de sus negocios.
Elaine Eisenman, decana de BEE y coautora del estudio, explica que “Los líderes de negocios en todas partes están teniendo un comportamiento como de empezar de nuevo, que redefine la incertidumbre a través de pensamientos y acciones empresariales más audaces. Esta tendencia se puede observar en nuestro hallazgo de que los ejecutivos que llevan a cabo acciones más audaces hoy superan en número a aquellos que no lo hacen en una proporción mayor que dos a uno”.
La innovación y la estrategia global
La innovación también entra a jugar un papel importante dentro del cambio que las organizaciones están llevando a cabo para controlar la incertidumbre. Como parte de los nuevos procesos implementados, más ejecutivos están relacionando intencionalmente el diseño de los trabajos en relación con las estrategias de crecimiento. Es decir, hay nuevos objetivos de innovación y de crecimiento que se están adaptando de manera general a toda la fuerza de trabajo.
Y aquí las cifras también evidencian el efecto que han tenido los cambios: seis de cada diez encuestados afirman ser más innovadores hoy en el desempeño de su trabajo y 68% de quienes están de acuerdo en que hay un claro vínculo entre su trabajo y la estrategia corporativa manifiestan que sus compañías están aumentando los ingresos.
H. James Wilson, investigador de BEE y coautor del estudio, asegura que “Las compañías que no relacionan los trabajos con la estrategia regularmente tienen más del doble de las posibilidades de tener ingresos planos o decrecientes”.
Por otra parte, se encuentra una contradicción entre los objetivos referentes a la innovación y las tareas que se demandan de los trabajadores. Es decir, muchos directivos les piden a sus empleados que desarrollen determinadas tareas sin preguntarles si dichas tareas realmente son relevantes estratégicamente, lo que lleva a que se presente la siguiente situación: aunque a los trabajadores se les pide que sean innovadores, a un 51% de ellos también se les pide que lleven a cabo tareas rutinarias que les roban tiempo a los ejercicios de innovación.
De todas maneras, es importante resaltar que los empleados están tomando un papel más activo con respecto a sus trabajos y que existen formas de motivarlos para que esto lleve a una mayor innovación que, a su vez, traiga consigo una mayor competitividad. Eisenman opina y recomienda lo siguiente: “Los ejecutivos pueden crear una nueva legitimidad para el otorgamiento de poderes a los empleados –ofreciéndoles mejores oportunidades de asenso y ‘dándoles crédito’ a los trabajadores que han expandido las responsabilidades de su trabajo”.
Es de destacar que la crisis parece haber dejado esta buena lección y que resulta positivo que los directivos estén retomando el control a través de iniciativas estratégicas que involucran a sus empleados.
La innovación también entra a jugar un papel importante dentro del cambio que las organizaciones están llevando a cabo para controlar la incertidumbre. Como parte de los nuevos procesos implementados, más ejecutivos están relacionando intencionalmente el diseño de los trabajos en relación con las estrategias de crecimiento. Es decir, hay nuevos objetivos de innovación y de crecimiento que se están adaptando de manera general a toda la fuerza de trabajo.
Y aquí las cifras también evidencian el efecto que han tenido los cambios: seis de cada diez encuestados afirman ser más innovadores hoy en el desempeño de su trabajo y 68% de quienes están de acuerdo en que hay un claro vínculo entre su trabajo y la estrategia corporativa manifiestan que sus compañías están aumentando los ingresos.
H. James Wilson, investigador de BEE y coautor del estudio, asegura que “Las compañías que no relacionan los trabajos con la estrategia regularmente tienen más del doble de las posibilidades de tener ingresos planos o decrecientes”.
Por otra parte, se encuentra una contradicción entre los objetivos referentes a la innovación y las tareas que se demandan de los trabajadores. Es decir, muchos directivos les piden a sus empleados que desarrollen determinadas tareas sin preguntarles si dichas tareas realmente son relevantes estratégicamente, lo que lleva a que se presente la siguiente situación: aunque a los trabajadores se les pide que sean innovadores, a un 51% de ellos también se les pide que lleven a cabo tareas rutinarias que les roban tiempo a los ejercicios de innovación.
De todas maneras, es importante resaltar que los empleados están tomando un papel más activo con respecto a sus trabajos y que existen formas de motivarlos para que esto lleve a una mayor innovación que, a su vez, traiga consigo una mayor competitividad. Eisenman opina y recomienda lo siguiente: “Los ejecutivos pueden crear una nueva legitimidad para el otorgamiento de poderes a los empleados –ofreciéndoles mejores oportunidades de asenso y ‘dándoles crédito’ a los trabajadores que han expandido las responsabilidades de su trabajo”.
Es de destacar que la crisis parece haber dejado esta buena lección y que resulta positivo que los directivos estén retomando el control a través de iniciativas estratégicas que involucran a sus empleados.
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