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Cartografían el área completa del plano galáctico del espacio

El Observatorio Austral Europeo termina el sondeo AtlasGal


El sondeo AtlasGal, del Observatorio Austral Europeo (ESO), ha cartografiado el área completa del plano galáctico visible desde el hemisferio sur en longitudes de onda submilimétricas con más detalle que los últimos sondeos realizados desde el espacio. El telescopio APEX permite estudiar el universo frío: gas, polvo y otros objetos celestes.


Observatorio Austral Europeo
25/02/2016

El plano sur de la Vía Láctea en el sondeo AtlasGal. Fuente: ESO.
El plano sur de la Vía Láctea en el sondeo AtlasGal. Fuente: ESO.
Una espectacular nueva imagen de la Vía Láctea ha sido dada a conocer para conmemorar la finalización del sondeo AtlasGal (siglas de APEX Telescope Large Area Survey of the Galaxy, sondeo de gran área de la galaxia por el telescopio APEX).

Por primera vez, el telescopio APEX del Observatorio Austral Europeo (ESO), instalado en Chile, ha cartografiado el área completa del plano galáctico visible desde el hemisferio sur en longitudes de onda submilimétricas (entre la luz infrarroja y las ondas de radio) con más detalle que los últimos sondeos realizados desde el espacio. El pionero telescopio APEX, de 12 metros, permite a los astrónomos estudiar el universo frío: gas, polvo y otros objetos celestes que están a sólo unas pocas decenas de grados por encima del cero absoluto.

APEX (siglas en inglés de Atacama Pathfinder Experiment, experimento pionero de Atacama), se encuentra a 5.100 metros sobre el nivel del mar en el llano de Chajnantor, en la región de Atacama (Chile). El sondeo AtlasGal aprovechó las características únicas del telescopio para obtener una visión detallada de la distribución del gas denso y frío que hay a lo largo del plano de la Vía Láctea. El mapa fue construido a partir de observaciones individuales de APEX de radiación con una longitud de onda de 870 micras (0,87 mm).

La nueva imagen, informa ESO en un comunicado, incluye la mayor parte de las regiones de formación estelar de la Vía Láctea meridional. La parte norte de la Vía Láctea ya había sido cartografiada por el Telescopio James Clerk Maxwell (Hawái, EE.UU.) y otros telescopios, pero el cielo meridional es particularmente importante porque incluye el centro galáctico y porque es accesible para llevar a cabo observaciones posteriores más detalladas con el radiotelescopio ALMA (también de Atacama).

Los nuevos mapas de AtlasGal cubren un área del cielo de 140 grados de largo y 3 grados de ancho, más de cuatro veces más grande que la primera versión del mismo sondeo. Los nuevos mapas también son de mayor calidad, ya que algunas áreas fueron re-observadas para obtener una calidad más uniforme de los datos sobre el área total de estudio.

AtlasGal es el gran programa individual más exitoso de APEX, con casi 70 artículos científicos asociados ya publicados, y su legado se ampliará mucho más con todos los productos de datos disponibles desde ahora para toda la comunidad astronómica.

Comparación de la parte central de la Vía Láctea en diferentes longitudes de onda. Fuente: ESO.
Comparación de la parte central de la Vía Láctea en diferentes longitudes de onda. Fuente: ESO.
Instrumentos

En el corazón de APEX se encuentran sus sensibles instrumentos. Uno de ellos, Laboca (de LArge BOlometer CAmera, gran cámara bolómetro) fue utilizado para AtlasGal. Laboca mide la radiación entrante registrando los pequeños aumentos de temperatura que provoca en sus detectores, y puede captar emisiones de las bandas de polvo oscuro y frío que oscurecen la luz estelar.

La nueva versión de AtlasGal complementa observaciones del satélite Planck de la ESA. Los datos de Planck abarcan el cielo completo, pero con poca resolución espacial. AtlasGal cubre sólo el plano galáctico, pero con alta resolución angular. La combinación de ambos proporciona un excelente rango dinámico espacial.

La combinación de los datos de Planck y APEX permitió a los astrónomos detectar emisiones repartidas en un área mayor del cielo y, a partir de ahí, estimar la fracción de gas denso que hay en el interior de la galaxia. Los datos de AtlasGal también fueron utilizados para crear un censo completo de nubes frías y masivas en las que se están formando las nuevas generaciones de estrellas.

“AtlasGal nos permite obtener información reveladora sobre dónde se forma la siguiente generación de cúmulos y de estrellas masivas. Combinando estas observaciones con las de Planck, ahora podemos encontrar una relación con las estructuras a gran escala de nubes moleculares gigantes”, comenta Timea Csengeri, del Instituto Max Planck de Radio astronomía (MPIfR), en Bonn (Alemania), que dirigió el trabajo de combinar los datos de APEX y Planck.

El telescopio APEX celebró recientemente diez años de exitosa investigación del universo frío. Juega un importante papel, no sólo como experimento pionero, sino también como instalación complementaria de ALMA, el Atacama Large Millimeter/submillimeter Array. APEX se basa en un prototipo de antena construida para el proyecto ALMA, y ha localizado muchos objetos que ALMA puede estudiar en gran detalle.



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