Varoufakis lanza en Berlín un movimiento paneuropeo para democratizar la UE, cuya deconstrucción considera que ya ha comenzado. Esta nueva iniciativa ratifica la crisis del proyecto europeo, amenazado por el estancamiento económico, la crisis de los migrantes, las amenazas de "Brexit" y los impulsos centrífugos.

Esta semana ha arrancado en Madrid una iniciativa para acercar a científicos y juristas en torno a cuestiones de gran trascendencia social. Objetivo: convertirse en una fuente de propuestas legislativas, formativas o de otro tipo que sean útiles para toda la sociedad.

El Estado Islámico ha puesto al descubierto el vacío conceptual de las sociedades avanzadas, que se ha convertido en su principal fortaleza. Deberíamos recuperar la confianza en la grandeza de lo que somos y hacemos si queremos trascender el mensaje del califato.

En 20 siglos hemos pasado de 250 millones de habitantes a 7 mil millones, de los que casi 1.500 millones están sometidos a una pobreza profunda. No es el mejor escenario para asegurar el equilibrio social que reclaman todas las creencias e ideologías. Algunos pensadores proponen un remedio creativo, evocando a Ernst Bloch, que comparto plenamente: soñar es un acto productivo.

Ya sabemos que nuestros actos han interrumpido el ciclo de glaciaciones del planeta. Ahora nuevas voces proponen que nuestra época geológica se llame Antropoceno por el impacto humano en el sistema global. Y por último nos dicen que estamos en la Edad de Plástico. Nos hemos convertido en una potencia geológica. Somos gigantes, sí, pero con pies de plástico.

El terrorismo ha crecido espectacularmente en los últimos 15 años, al mismo tiempo que ha ampliado su espacio geográfico de actuación y cambiado también de filosofía. Los desafíos globales se acumulan sin que haya una respuesta global coherente.

La acumulación de gases de efecto invernadero está interrumpiendo el ciclo de glaciaciones del planeta, lo que convierte a la humanidad en una fuerza geológica, según investigadores del Instituto Postdam. Otra consecuencia de la acción humana que en algún momento tendremos que asumir.

La caída del precio del petróleo traerá un drástico cambio global. Europa no escapa a la onda expansiva, atrapada en la espiral de la deuda en dólares de muchos países, así como en la quiebra del modelo alemán de austeridad. Todo ello habla de inestabilidad global en 2016, agudizada por el aumento de las desigualdades: 62 personas tienen hoy la misma riqueza que la mitad de la población humana, denuncia Oxfam.

Una idea original propone que los continentes se fundan en una única realidad con el apoyo de la ingeniería. Este cambio geográfico uniría a nuestra especie en torno al objetivo común de superar el calentamiento global. Una utopía más que nos habla de la necesidad de pensar en algo rompedor para superar los desafíos globales.