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Buscar información en Internet crea la ilusión de que el conocimiento es propio

Es el proceso en sí el que lo produce, y no el tener acceso a la red, subraya una investigación


Buscar en Internet puede hacer creer a quien lo hace que tiene más conocimientos de los que posee. Pero es buscar la información, no el acceso a ella, la que le crea esa idea, según investigadores de la Universidad de Yale (EE.UU.). Internet, a diferencia de un libro o un experto, vuelve borrosa la línea entre lo que sabemos de verdad y lo que creemos saber. Por Carlos Gómez Abajo.


01/04/2015

Buscar en Internet produce la ilusión de que se sabe más de lo que se sabe. Imagen: Rock1997. Fuente: Wikipedia.
Buscar en Internet produce la ilusión de que se sabe más de lo que se sabe. Imagen: Rock1997. Fuente: Wikipedia.
Buscar información en Internet puede hacer que la gente se siente más inteligente de lo que realmente es, según un nuevo estudio publicado por la Asociación Americana de Psicología.

"Internet es un medio tan poderoso, donde se puede introducir cualquier pregunta, y, básicamente, tener al alcance de la mano todo el conocimiento del mundo", explica el investigador principal, Matthew Fisher, estudiante de doctorado en psicología en la Universidad de Yale (Connecticut, EE.UU.), en la nota de prensa de la AAP. "Es más fácil confundir el conocimiento propio con la fuente externa".

En una serie de experimentos, los participantes que buscaron información en Internet creían que tenían más conocimientos que un grupo de control, sobre temas no relacionados con las búsquedas en línea. Algo que sorprendió a los investigadores es que los participantes tenían una idea inflada de sus propios conocimientos después de buscar en Internet incluso cuando no podían encontrar la información que estaban buscando.

Después de realizar las búsquedas, los participantes también creían que sus cerebros eran más activos que el grupo de control. La investigación fue publicada en la revista Journal of Experimental Psychology: General.

Se realizaron nueve experimentos, con entre 152 y 302 participantes reclutados en línea cada uno. En un experimento, el grupo de Internet hizo búsquedas para resolver cuatro preguntas (por ejemplo, "¿Cómo funciona una cremallera?") Y proporcionaron un enlace al sitio web con la mejor respuesta. El grupo control recibió el texto exacto de la página web más utilizada por el grupo de Internet para responder a las preguntas.

Ambos grupos valoraron su capacidad de responder a otras preguntas (por ejemplo, "¿Por qué son más cálidas las noches nubladas?") sobre temas no relacionados con las búsquedas anteriores, aunque no tenían que responder a las preguntas propiamente dichas. Los miembros del grupo de Internet se calificaron sistemáticamente a sí mismos con más conocimiento sobre esos temas no relacionados, que el grupo de control.

Idea inflada

El grupo de Internet tenía una idea exagerada de sus conocimientos personales después de las búsquedas en Internet, incluso cuando sus miembros no habían podido encontrar respuestas completas a las preguntas más difíciles (por ejemplo, "¿Por qué es la historia antigua de Kushite más pacífica que la historia griega?") O cuando no encontraron respuestas ni siquiera parciales, por culpa de los filtros de Google que se utilizaron.

Los efectos cognitivos de "estar en modo de búsqueda" en Internet pueden ser tan poderosos que las personas se sientan más inteligentes aún cuando sus búsquedas no revelen nada, dice el coautor del estudio Frank Keil, profesor de psicología en la Universidad de Yale.

En otro experimento, los participantes tenían que elegir de entre varias imágenes de resonancia magnética, aquellas que creyeran que correspondían a sus cerebros. Los de Internet elegían de manera sistemática aquellas imágenes que representaban cerebros más activos. Es decir, que pensaban que realmente tenían más conocimiento, y no que lo obtenían gracias a Internet.

Sin embargo, cuando a los del grupo de Internet se les daba un enlace directamente, no mostraban una mayor valoración de su propia sabiduría; es decir, que no es el acceso a Internet lo que crea esa ilusión, sino el hecho de buscar.

Línea borrosa

Según Fisher, la sensación es distinta cuando se lee un libro o se habla con un experto. "Si usted no sabe la respuesta a una pregunta, es muy evidente que no la sabes, y se necesita tiempo y esfuerzo para encontrar la respuesta", dice. "Con Internet, las líneas entre lo que sabes y lo que crees que sabes se vuelven borrosas."

El creciente uso de teléfonos inteligentes puede exacerbar esta cuestión, porque una búsqueda en Internet está siempre al alcance, dice Keil.

"En los casos en que las decisiones tienen grandes consecuencias, podría ser importante para la gente distinguir su propio conocimiento y no asumir que saben algo cuando en realidad no es así", señala Fisher. "Internet tiene innumerables beneficios, pero puede haber confusiones como estas".

Preguntas

Las preguntas del primer experimento eran, por ejemplo, "¿Por qué hay más huracanes en el Atlántico en agosto y septiembre?", o "¿Cómo se forman los tornados?". Luego se les preguntaba "¿Cómo de bien podrían contestar a preguntas concretas sobre temas similares a éstos?"

Los participantes eran trabajadores de Amazon Mechanical Turk, el mercado de trabajo en línea, por lo que eran en general usuarios asiduos de Internet.

Los investigadores creen que el fenómeno es similar al que puede sentir un bibliotecario experto consultando un archivador de referencias, o al que puede sentir un individuo en un entorno social integrado, que confunde su propio conocimiento con el de otras personas. El caso de Internet es especial, por su ubicuidad, inmediatez y facilidad de acceso.

Referencia bibliográfica:

Matthew Fisher, Mariel K. Goddu, Frank C. Keil. Searching for Explanations: How the Internet Inflates Estimates of Internal Knowledge. Journal of Experimental Psychology: General (2015). DOI: 10.1037/xge0000070



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