Los riegos tradicionales suelen realizarse sin estudiar las necesidades reales de las plantas. Imagen: Karpati Gabor.
Un dispositivo de utlrasonidos instalado en las hojas de las vides permite captar las necesidades de agua de la planta y ajustar los tiempos de riego necesarios.
Su implantación supone una ahorro en la cantidad de riego que precisan los viñedos y una notable mejora en las calidades de los vinos resultantes tras la cosecha.
La novedosa técnica ha sido desarrollada por el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), en colaboración con la empresa Grandes Vinos y Viñedos (GVV) y se ensayará en los campos propiedad de esta empresa, según a comunicado hecho público por el gobierno aragonés.
Esta iniciativa, contemplada dentro de la convocatoria Innpacto 2012 del Ministerio de Economía y Competitividad, supone una solución y el desarrollo de un sistema de riego que no sea invasivo, que evalúe las necesidades de la vid y que minimice el consumo de agua. El Sistema de Ultrasonidos No Invasivo (SUNI) permite el seguimiento, de manera no destructiva, del estado hídrico de las hojas de vid.
Su implantación supone una ahorro en la cantidad de riego que precisan los viñedos y una notable mejora en las calidades de los vinos resultantes tras la cosecha.
La novedosa técnica ha sido desarrollada por el Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA), en colaboración con la empresa Grandes Vinos y Viñedos (GVV) y se ensayará en los campos propiedad de esta empresa, según a comunicado hecho público por el gobierno aragonés.
Esta iniciativa, contemplada dentro de la convocatoria Innpacto 2012 del Ministerio de Economía y Competitividad, supone una solución y el desarrollo de un sistema de riego que no sea invasivo, que evalúe las necesidades de la vid y que minimice el consumo de agua. El Sistema de Ultrasonidos No Invasivo (SUNI) permite el seguimiento, de manera no destructiva, del estado hídrico de las hojas de vid.
Técnicas que derrochan agua
La utilización del SUNI permite obtener datos precisos de la cantidad de agua que necesita la planta obviando los usos y errores habituales que se asocian a los métodos tradicionales: regar en función de las estaciones del año o en función de los registros de agua que haya en el suelo.
Tradicionalmente, los agricultores que se dedican a la actividad vitivinícola utilizan técnicas de riesgo de sus plantaciones que tienen que ver más con las enseñanzas heredadas durante generaciones -o sea intuitivas- que con parámetros científicos.
De ahí que se trate de un sector (tanto en su fase de cultivo con en la de producción de vinos) cuyas tierras y productos sean muy sensibles a las variaciones climáticas y meterológicas.
Las evalucaciones constatadas en las pruebas de este dispositivo determinan que estos usos agrarios hacen que se riegue en momentos y en cantidades de agua poco adecuadas, hecho que se traduce en una mala gestión de este recurso escaso y en la obteción de unas uvas que no han potenciado todas sus propiedades.
Por lo que lograr definir los mejores momentos de riego, con las cantidades precisas, se traducirá en ahorro de agua, menor costes de producción, y un aumento de la calidad de los vinos, añade el comunicado.
La técnica consiste en la aplicación de transductores de ultrasonidos de alta frecuencia y banda ancha acoplados al aire sin necesidad del empleo del agua o geles para garantizar tal acoplamiento. Los datos obtenidos, como el contenido en agua de una hoja, sirven para analizar la pérdida de turgencia y la morfología interna de sus capas celulares, lo que a su vez permite valorar el grado de desarrollo y ver cómo influyen los factores ambientales.
Otros dispositvos similares
El antecedente a SUNI se encuentra en un anterior dispositivo desarrollado por la Unidad de Recursos Forestales del CITA, en colaboración con físicos del Centro de Acústica Aplicada y Evaluación no Destructiva del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que también colaboran en el proyecto actual.
En 2010, este grupo de investigación puso en práctica una técnica pionera en el campo de la fisiología vegetal, que permite estudiar diferentes propiedades de las hojas, como el espesor, la densidad o la compresibilidad, sin contacto con el material vegetal.
La utilización del SUNI permite obtener datos precisos de la cantidad de agua que necesita la planta obviando los usos y errores habituales que se asocian a los métodos tradicionales: regar en función de las estaciones del año o en función de los registros de agua que haya en el suelo.
Tradicionalmente, los agricultores que se dedican a la actividad vitivinícola utilizan técnicas de riesgo de sus plantaciones que tienen que ver más con las enseñanzas heredadas durante generaciones -o sea intuitivas- que con parámetros científicos.
De ahí que se trate de un sector (tanto en su fase de cultivo con en la de producción de vinos) cuyas tierras y productos sean muy sensibles a las variaciones climáticas y meterológicas.
Las evalucaciones constatadas en las pruebas de este dispositivo determinan que estos usos agrarios hacen que se riegue en momentos y en cantidades de agua poco adecuadas, hecho que se traduce en una mala gestión de este recurso escaso y en la obteción de unas uvas que no han potenciado todas sus propiedades.
Por lo que lograr definir los mejores momentos de riego, con las cantidades precisas, se traducirá en ahorro de agua, menor costes de producción, y un aumento de la calidad de los vinos, añade el comunicado.
La técnica consiste en la aplicación de transductores de ultrasonidos de alta frecuencia y banda ancha acoplados al aire sin necesidad del empleo del agua o geles para garantizar tal acoplamiento. Los datos obtenidos, como el contenido en agua de una hoja, sirven para analizar la pérdida de turgencia y la morfología interna de sus capas celulares, lo que a su vez permite valorar el grado de desarrollo y ver cómo influyen los factores ambientales.
Otros dispositvos similares
El antecedente a SUNI se encuentra en un anterior dispositivo desarrollado por la Unidad de Recursos Forestales del CITA, en colaboración con físicos del Centro de Acústica Aplicada y Evaluación no Destructiva del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que también colaboran en el proyecto actual.
En 2010, este grupo de investigación puso en práctica una técnica pionera en el campo de la fisiología vegetal, que permite estudiar diferentes propiedades de las hojas, como el espesor, la densidad o la compresibilidad, sin contacto con el material vegetal.