El telescopio solar más grande de Europa y el tercero del mundo se ha inaugurado este lunes en Tenerife. Su nombre es GREGOR y observará la atmósfera solar con una resolución sin precedentes. Un consorcio alemán liderado por el Kiepenheuer-Institut für Sonnenphysik (KIS) operará la instalación.
“GREGOR se ha construido principalmente para estudiar los procesos físicos en la superficie visible del Sol”, explica Oskar von der Lühe, director del KIS, la institución alemana que ha construido el telescopio solar más grande de Europa y el tercero en dimensiones del mundo.
“En esas capas exteriores del Sol vemos cómo la energía proveniente de su interior emerge para ser lanzada al espacio y, en ocasiones, llegar a la Tierra”, continúa Von der Lühe. La actividad solar afecta a los satélites y las redes terrestres de energía, por lo que las observaciones del nuevo telescopio pueden ayudar a mitigar estas incidencias.
GREGOR tiene una apertura de 1,5 metros, superior a la del resto de telescopios solares instalados en los observatorios del IAC. Su diámetro y el novedoso sistema de óptica adaptativa - que compensa las turbulencias atmosféricas- logran una calidad de imagen sin precedentes, tanto en el rango visible como en el infrarrojo.
Su resolución espacial, espectral y temporal permitirá que los investigadores puedan seguir los procesos físicos en la superficie solar en escalas tan pequeñas como 70 km. También se podrán comprender mejor los procesos físicos que ocurren en otras estrellas del universo.
El telescopio se ha diseñado para realizar observaciones de la fotosfera solar –la capa de la que procede la mayor parte de la luz y el calor que se reciben en la Tierra-, y la cromosfera, capa de la atmósfera solar que se sitúa justo encima. Aunque también podrá utilizarse durante la noche: se monitorizarán ‘soles distantes’ para averiguar si tienen el mismo comportamiento cíclico que nuestra estrella.
“GREGOR se ha construido principalmente para estudiar los procesos físicos en la superficie visible del Sol”, explica Oskar von der Lühe, director del KIS, la institución alemana que ha construido el telescopio solar más grande de Europa y el tercero en dimensiones del mundo.
“En esas capas exteriores del Sol vemos cómo la energía proveniente de su interior emerge para ser lanzada al espacio y, en ocasiones, llegar a la Tierra”, continúa Von der Lühe. La actividad solar afecta a los satélites y las redes terrestres de energía, por lo que las observaciones del nuevo telescopio pueden ayudar a mitigar estas incidencias.
GREGOR tiene una apertura de 1,5 metros, superior a la del resto de telescopios solares instalados en los observatorios del IAC. Su diámetro y el novedoso sistema de óptica adaptativa - que compensa las turbulencias atmosféricas- logran una calidad de imagen sin precedentes, tanto en el rango visible como en el infrarrojo.
Su resolución espacial, espectral y temporal permitirá que los investigadores puedan seguir los procesos físicos en la superficie solar en escalas tan pequeñas como 70 km. También se podrán comprender mejor los procesos físicos que ocurren en otras estrellas del universo.
El telescopio se ha diseñado para realizar observaciones de la fotosfera solar –la capa de la que procede la mayor parte de la luz y el calor que se reciben en la Tierra-, y la cromosfera, capa de la atmósfera solar que se sitúa justo encima. Aunque también podrá utilizarse durante la noche: se monitorizarán ‘soles distantes’ para averiguar si tienen el mismo comportamiento cíclico que nuestra estrella.
Tecnología innovadora
Al contrario de los telescopios solares tradicionales, el diseño de GREGOR es completamente abierto: la clásica cúpula se sustituye por un techo retráctil que se abre para que el viento circule y evite el sobrecalentamiento de la estructura y de los espejos. Esta especial arquitectura exige una gran estabilidad mecánica de la estructura del telescopio para eliminar las vibraciones inducidas por el viento.
El espejo primario es una estructura ligera compuesta por un material especial que no se deforma al ser sometido a la radiación solar. Sin embargo, para evitar turbulencias internas, el espejo es refrigerado por su parte posterior.
La luz captada por el telescopio se distribuye hacia los diferentes instrumentos de análisis. El primero de ellos es un sistema de imagen que registrará observaciones de la superficie solar en diversas longitudes de onda. Además, incorpora un dispositivo de interferometría para estudiar la fotosfera y la cromosfera solares. El objetivo es analizar las interacciones de los campos magnéticos con el dinámico plasma solar.
Aportación española
Un tercer instrumento es GRIS (Grating Infrared Spectrograph), un espectrógrafo que estudiará la atmósfera solar en la parte infrarroja del espectro. Este dispositivo se ha diseñado y desarrollado en el IAC, y será capaz de generar mapas detallados de los campos magnéticos del Sol.
“Esperamos obtener datos de una calidad superior a la de los telescopios espaciales”, explica el científico del IAC Manuel Collados, investigador principal del instrumento GRIS. A su juicio, GREGOR es un “banco de pruebas” de cara a la futura construcción del Telescopio Solar Europeo (EST, por sus siglas en inglés) que contará con un espejo primario de 4 metros.
Al contrario de los telescopios solares tradicionales, el diseño de GREGOR es completamente abierto: la clásica cúpula se sustituye por un techo retráctil que se abre para que el viento circule y evite el sobrecalentamiento de la estructura y de los espejos. Esta especial arquitectura exige una gran estabilidad mecánica de la estructura del telescopio para eliminar las vibraciones inducidas por el viento.
El espejo primario es una estructura ligera compuesta por un material especial que no se deforma al ser sometido a la radiación solar. Sin embargo, para evitar turbulencias internas, el espejo es refrigerado por su parte posterior.
La luz captada por el telescopio se distribuye hacia los diferentes instrumentos de análisis. El primero de ellos es un sistema de imagen que registrará observaciones de la superficie solar en diversas longitudes de onda. Además, incorpora un dispositivo de interferometría para estudiar la fotosfera y la cromosfera solares. El objetivo es analizar las interacciones de los campos magnéticos con el dinámico plasma solar.
Aportación española
Un tercer instrumento es GRIS (Grating Infrared Spectrograph), un espectrógrafo que estudiará la atmósfera solar en la parte infrarroja del espectro. Este dispositivo se ha diseñado y desarrollado en el IAC, y será capaz de generar mapas detallados de los campos magnéticos del Sol.
“Esperamos obtener datos de una calidad superior a la de los telescopios espaciales”, explica el científico del IAC Manuel Collados, investigador principal del instrumento GRIS. A su juicio, GREGOR es un “banco de pruebas” de cara a la futura construcción del Telescopio Solar Europeo (EST, por sus siglas en inglés) que contará con un espejo primario de 4 metros.