¿Por qué algunos seres humanos son más creativos que otros? ¿Qué es lo que nos convierte en seres creativos? Una investigación de la Universidad Northwestern, en EEUU, proporciona una respuesta -la primera en forma de evidencia fisiológica, dicen sus autores- a estas cuestiones.
Según el estudio, la creatividad del ser humano estaría asociada con una capacidad reducida de filtrar información sensorial irrelevante. En otras palabras, que aquellas personas a las que más afecta el bombardeo diario de información sensorial tienden a ser más creativas.
¿Por qué? Pues porque el hecho de recibir y procesar más información sensorial ayuda a integrar ideas que están fuera de nuestro núcleo de atención y, en consecuencia, propicia la “creatividad”.
Rastreando el cerebro
Como hemos dicho, los científicos de la Northwestern han proporcionado la primera prueba fisiológica de que esto es así.
Para conseguirlo, estudiaron la respuesta de las células cerebrales a una forma muy temprana de atención: la ‘entrada sensorial’ (que es el proceso neurológico de filtro de estímulos redundantes o innecesarios que proceden de nuestro entorno). Dicha respuesta celular se conoce en electroencefalografía como ‘P50’, y se produce aproximadamente 50 milisegundos después de la presentación de un estímulo.
Por otra parte, los investigadores relacionaron la P50 de una serie de sujetos con dos medidas de la creatividad: el pensamiento divergente o lateral (que consiste en la búsqueda de alternativas o posibilidades creativas y diferentes para la resolución de un problema) y los logros creativos de los participantes en el mundo real.
En total 100 sujetos informaron de sus logros en dominios creativos a través del Creative Achievement Questionnaire (Cuestionario de Logros Creativos, CAQ, por sus siglas en inglés) y además fueron sometidos a pruebas de pensamiento divergente.
Según el estudio, la creatividad del ser humano estaría asociada con una capacidad reducida de filtrar información sensorial irrelevante. En otras palabras, que aquellas personas a las que más afecta el bombardeo diario de información sensorial tienden a ser más creativas.
¿Por qué? Pues porque el hecho de recibir y procesar más información sensorial ayuda a integrar ideas que están fuera de nuestro núcleo de atención y, en consecuencia, propicia la “creatividad”.
Rastreando el cerebro
Como hemos dicho, los científicos de la Northwestern han proporcionado la primera prueba fisiológica de que esto es así.
Para conseguirlo, estudiaron la respuesta de las células cerebrales a una forma muy temprana de atención: la ‘entrada sensorial’ (que es el proceso neurológico de filtro de estímulos redundantes o innecesarios que proceden de nuestro entorno). Dicha respuesta celular se conoce en electroencefalografía como ‘P50’, y se produce aproximadamente 50 milisegundos después de la presentación de un estímulo.
Por otra parte, los investigadores relacionaron la P50 de una serie de sujetos con dos medidas de la creatividad: el pensamiento divergente o lateral (que consiste en la búsqueda de alternativas o posibilidades creativas y diferentes para la resolución de un problema) y los logros creativos de los participantes en el mundo real.
En total 100 sujetos informaron de sus logros en dominios creativos a través del Creative Achievement Questionnaire (Cuestionario de Logros Creativos, CAQ, por sus siglas en inglés) y además fueron sometidos a pruebas de pensamiento divergente.
Creatividad y entrada sensorial
En los tests de este tipo de pensamiento se mide la cognición creativa pidiendo a los participantes que produzcan numerosas respuestas, dentro de un tiempo limitado. En el presente estudio, se constató así que el pensamiento divergente sí estaba correlacionado con una entrada sensorial selectiva, esto es, con una capacidad incrementada de filtrar la información sensorial.
No ocurría lo mismo con los logros creativos en el mundo real. Estos, por el contrario, fueron asociados con un procesamiento sensorial “con fugas” o una capacidad reducida para detectar o inhibir estímulos de percepción consciente.
Por tanto, aunque el pensamiento divergente también contribuye a la creatividad, parece ser independiente del proceso de pensamiento creativo, que estaría asociado con un filtro sensorial más “relajado”, explican los investigadores.
En definitiva, el presente estudio sugiere que las personas con una entrada sensorial menos limitada serían más propensas a dirigir su atención a focos más amplios o a una gama más amplia de estímulos. De este modo, podrían “si canalizan su sensibilidad en la dirección correcta, hacer su vida más rica y significativa, y proporcionar una mayor sutileza a sus experiencias”, concluyen los investigadores.
En los tests de este tipo de pensamiento se mide la cognición creativa pidiendo a los participantes que produzcan numerosas respuestas, dentro de un tiempo limitado. En el presente estudio, se constató así que el pensamiento divergente sí estaba correlacionado con una entrada sensorial selectiva, esto es, con una capacidad incrementada de filtrar la información sensorial.
No ocurría lo mismo con los logros creativos en el mundo real. Estos, por el contrario, fueron asociados con un procesamiento sensorial “con fugas” o una capacidad reducida para detectar o inhibir estímulos de percepción consciente.
Por tanto, aunque el pensamiento divergente también contribuye a la creatividad, parece ser independiente del proceso de pensamiento creativo, que estaría asociado con un filtro sensorial más “relajado”, explican los investigadores.
En definitiva, el presente estudio sugiere que las personas con una entrada sensorial menos limitada serían más propensas a dirigir su atención a focos más amplios o a una gama más amplia de estímulos. De este modo, podrían “si canalizan su sensibilidad en la dirección correcta, hacer su vida más rica y significativa, y proporcionar una mayor sutileza a sus experiencias”, concluyen los investigadores.
Referencia bibliográfica:
Darya L. Zabelina, Daniel O’Leary, Narun Pornpattananangkul, Robin Nusslock, Mark Beeman. Creativity and sensory gating indexed by the P50: Selective versus leaky sensory gating in divergent thinkers and creative achievers. Neuropsychologia (2015). DOI: 10.1016/j.neuropsychologia.2015.01.034.
Darya L. Zabelina, Daniel O’Leary, Narun Pornpattananangkul, Robin Nusslock, Mark Beeman. Creativity and sensory gating indexed by the P50: Selective versus leaky sensory gating in divergent thinkers and creative achievers. Neuropsychologia (2015). DOI: 10.1016/j.neuropsychologia.2015.01.034.