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Las pruebas de ADN pueden incriminar a inocentes en delitos que no han cometido

Un estudio demuestra que, a través de intermediarios, cualquier material genético puede llegar al lugar de un crimen


Un nuevo estudio de la Universidad de Indianápolis (EEUU) ha demostrado que la transferencia de ADN humano, que se produce de forma secundaria a través del contacto con un intermediario, es mucho más común de lo que se pensaba. Por ello, muestras de ADN encontradas en la escena de un crimen podrían no ser incriminatorias. El hallazgo tendría importantes repercusiones en criminología. Por Irene Benito.


04/11/2015

Imagen: snre. Fuente: Flickr.
Imagen: snre. Fuente: Flickr.
Para las investigaciones criminales, cada vez son más importante los análisis de ADN. Algunas veces, estos análisis se hacen a partir de muestras de sangre u otros fluidos corporales, pero otras veces los perfiles genéticos de los sospechosos se generan a partir solo de unas pocas células de estos. Este segundo tipo de análisis se conoce como "ADN Touch”.
 
Los expertos ya habían señalado teóricamente que el sistema ADN Touch podía no ser de fiar. La presencia de las células de una persona en el lugar de un crimen o en un objeto específico quizá no pruebe que el sospechoso estuviera en el lugar del crimen o que hubiese tocado realmente el objeto en cuestión. ¿Y si su ADN hubiese llegado hasta allí por otros medios? La base de esta preocupación ha sido ahora confirmada gracias a un estudio de la Universidad de Indianápolis (UINDY), en EEUU.
 
La investigación ha mostrado que la transferencia secundaria de ADN humano a través del contacto con un intermediario es mucho más común de lo que se creía. El hallazgo podría tener graves repercusiones para la ciencia médica y el sistema de justicia penal.
 
"Creo que este tema se ha barrido debajo de la alfombra", explica Krista Latham, directora del Laboratorio de Antropología Molecular de la UINDY y supervisora del trabajo en un comunicado de dicha Universidad. Según la científica, su estudio podría cambiar "la forma en que el sistema médico-legal ve las pruebas de ADN." Sus resultados han sido detallados en la revista Journal of Forensic Sciences y discutidos en un artículo de opinión de la revista Nature.

El ADN no es una prueba infalible

Otra de las autoras de la investigación ha sido Cynthia Cale, analista forense de ADN en Strand Diagnostics, un laboratorio con sede en Indianápolis que presta servicios a agencias públicas y tiene una asociación de colaboración con el Departamento de Biología de la UINDY. Esta investigadora, igual que Latham, ha servido a menudo como testigo experto en procedimientos judiciales relacionados con análisis de ADN.

En Strand Diagnostics, Cale y su equipo comprobaron, gracias a controles rutinarios de contaminación, que aparecían perfiles de ADN de personas que nunca habían estado en el laboratorio, como los hijos de los empleados. De este hecho partió el presente estudio.
 
"Da miedo", explica Cale. "Los analistas deben ser conscientes de que esto puede ocurrir (...) Necesitan que el jurado y el juez entiendan que existen otras explicaciones para que cualquier ADN esté en un lugar concreto”.

Obtención de pruebas
 
Para el estudio, las investigadoras diseñaron un experimento en el que se pidió a pares de voluntarios que se dieran la mano durante dos minutos. Después de ese tiempo, los mismos voluntarios cogieron unos cuchillos. De estos se tomaron muestras de ADN.

Se comprobó que, en el 85% de los casos, el ADN de la persona que no tocó directamente el cuchillo fue transferido a este en cantidad suficiente como para formar un perfil. De hecho, en una quinta parte de las muestras, esa persona fue identificada como colaborador principal y único contribuyente de ADN en el cuchillo, a pesar de no haberlo tocado.
 
"La mayoría de los artículos que he leído sobre transferencia secundaria de ADN señalan que esta no afecta al resultado final", explica Cale. Sin embargo, "como se ha visto en el experimento, el perfil podría provenir de una persona que ni siquiera ha tocado un arma, mientras que la persona que sí lo ha hecho ni siquiera deja ADN. Asimismo, hubo casos en los que había una combinación de ADN de ambos, pero los resultados de la persona que no tocó el cuchillo fueron superiores".
 
Por lo tanto, la transferencia secundaria de ADN puede implicar falsamente a alguien en un crimen, además de debilitar las pruebas que permitirían identificar al verdadero culpable.   "Esta investigación pone de relieve la necesidad de eliminar el 'ADN Touch' de nuestro vocabulario", afirman tajantes las investigadoras y su equipo. 

Efectos reales
 
Un ejemplo de los errores a los que pueden llevar las pruebas de ADN derivadas de la transferencia secundaria de material genético es un caso sucedido en California en 2013.

Ese año, un hombre fue detenido y recluido durante meses acusado de asesinato, a raíz de que su ADN fuera encontrado en la víctima de un homicidio. Los cargos fueron retirados tras determinarse que el ADN, probablemente, llegara a la víctima a través de médicos que habían estado en contacto con el acusado y la víctima por separado, en consultas diferentes.
 
Durante el proceso judicial del caso, sin embargo, esta posibilidad no se contempló.  En lugar de ello, el jurado aceptó  que la muestra de ADN hallada había procedido directamente del acusado (no a través de terceros), lo que implicaba que el sospechoso había estado presente en la escena del crimen.
 
Las investigadoras planean continuar con sus experimentos al respecto en los próximos meses para determinar de la manera más ajustada posible hasta qué punto las pruebas de ADN pueden ser de fíar y en qué condiciones.

Referencia bibliográfica:
 
Cynthia M. Cale, Madison E. Earll, Krista E. Latham, Gay L. Bush. Could Secondary DNA Transfer Falsely Place Someone at the Scene of a Crime?, Journal of Forensic Sciences (2015). DOI: 10.1111/1556-4029.12894.
 



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