Científicos de las universidades McGill, en Montreal, y Harvard, en Estados Unidos, trabajan actualmente en conocer los efectos de una sustancia que, suministrada en las horas siguientes a un hecho traumático, reduce la respuesta psicológica a este tipo de hechos.
Se trata del propranolol, un medicamento que se suele utilizar en el tratamiento de la angina de pecho y de la hipertensión. En pruebas realizadas recientemente, según aparece publicado en la revista Journal of Psychiatric Research%23toc%235095%239999%23999999999%2399999%23FLA%23display%23Articles)&_cdi=5095&_sort=d&_docanchor=&view=c&_ct=77&_acct=C000050221&_version=1&_urlVersion=0&_userid=10&md5=ccbf28531793959453b52df30de27975, 19 individuos con estrés postraumático crónico (TEP describieron en una primera sesión por escrito lo que les había sucedido. Después recibieron una dosis diaria de dicha sustancia o, en otros casos, de un placebo, de manera aleatoria.
Diferencias drásticas
Una semana más tarde, se les pidió a todos que describieran de nuevo el acontecimiento, mientras se les medían las pulsaciones y otros parámetros físicos sintomáticos del estrés.
Así, se descubrió que la respuesta psicológica al estrés resultó significativamente menor en aquellos sujetos a los que se les había suministrado el propranolol respecto a los que habían consumido un placebo.
El diario británico Telegraph explica al respecto que el equipo de investigación, liderado por Karim Nader, de la McGill University, y Roger Pitman (de Harvard), ha descubierto por tanto que este medicamento es capaz de eliminar los efectos de un recuerdo, mientras que deja intacta el resto de la memoria.
Según afirma Nader, lo que consigue el propanolol es eliminar la parte emocional del recuerdo, de manera que cuando éste es restituido a la memoria, no provoque tanto estrés. La parte consciente del recuerdo permanece intacta, pero los pacientes pueden recordar cada detalle de lo que han vivido sin sentirse sobrepasados emocionalmente.
La investigación sugeriría por tanto que los recuerdos pueden ser manipulados porque actúan como si fueran de “cristal”, esto es, que existirían en un estado “derretido” mientras se están formando, y luego pasarían a un estado “sólido” y permanente.
Explicación química
Cuando un recuerdo determinado del pasado es traído a la memoria, parece que también se encontraría en ese estado diluido similar al inicial, por lo que también podría ser alterado antes de que vuelva a ser restituido o “solidificado” de nuevo, señala Nader.
La explicación a los efectos del propranolol radica en que éste puede desestabilizar los recorridos bioquímicos que permiten a la memoria “endurecerse” o terminar conformando recuerdos nítidos y definidos.
La revista de The Dana Foundation, señala al respecto que la producción de hormonas relacionadas con el estrés ayudaría a fortalecer los recuerdos de los hechos emocionalmente más significativos. Por ejemplo, la epinefrina o adrenalina (que se genera en situaciones de alerta) y la cortisona, ambas producidas por las glándulas suprarrenales, actúan sobre los receptores cerebrales para grabar los recuerdos de manera rápida y a menudo indeleble.
Según el científico especializado en el tema, Jim McGaugh, de la Universidad de California, lo cierto es que estas hormonas producen recuerdos más profundos y fuertes.
La posibilidad de entorpecer químicamente la fuerza de estos recuerdos en el momento en que se están formando afectaría en consecuencia el proceso por el cual una experiencia se convierte en un recuerdo inolvidable. Durante esta consolidación, se producen nuevas proteínas que dan lugar a sinapsis adicionales –puntos de conexión entre las neuronas-, sinapsis que fijarían los hechos en nuestro cerebro.
Otras pruebas con propranolol
Esta no es la primera vez que se aplica el propranolol con estos fines. Tal como publicamos anteriormente en Tendencias21, el mismo medicamento fue utilizado por estos investigadores hace algún tiempo en un estudio llevado a cabo con 20 personas de Montreal, traumatizados desde hacía 20 ó 30 años por abusos sexuales en su infancia, violaciones o accidentes, y les hicieron enfrentarse de nuevo a sus traumas. Eso permitió que sus recuerdos salieran a la luz, con el fin de que fueran “almacenados” de otra manera, más sutil, gracias al medicamento.
Así, los investigadores lograron que los pacientes « re-almacenaran » sus recuerdos, pero “reducidos”, gracias a que el propranolol inhibe las sensaciones de ansiedad que les producen al reducir las hormonas de estrés que resurgen cuando los pacientes evocan los sucesos que les marcaron. Es como si los afectados pudieran guardar en sus cerebros una versión más ligera o reducida de lo que les pasó.
Ambas pruebas intentan encontrar un tratamiento químico para el denominado trastorno por estrés postraumático, tratamiento en el que Pitman lleva trabajando varios años. Este método médico aspira a permitir seleccionar y alterar la manera en que los recuerdos son guardados en nuestras mentes. Para ello, deberá bloquear la respuesta hormonal a determinadas situaciones, de manera que el recuerdo quede grabado, pero no haga sufrir para siempre a las personas que han vivido una situación extrema.
Se trata del propranolol, un medicamento que se suele utilizar en el tratamiento de la angina de pecho y de la hipertensión. En pruebas realizadas recientemente, según aparece publicado en la revista Journal of Psychiatric Research%23toc%235095%239999%23999999999%2399999%23FLA%23display%23Articles)&_cdi=5095&_sort=d&_docanchor=&view=c&_ct=77&_acct=C000050221&_version=1&_urlVersion=0&_userid=10&md5=ccbf28531793959453b52df30de27975, 19 individuos con estrés postraumático crónico (TEP describieron en una primera sesión por escrito lo que les había sucedido. Después recibieron una dosis diaria de dicha sustancia o, en otros casos, de un placebo, de manera aleatoria.
Diferencias drásticas
Una semana más tarde, se les pidió a todos que describieran de nuevo el acontecimiento, mientras se les medían las pulsaciones y otros parámetros físicos sintomáticos del estrés.
Así, se descubrió que la respuesta psicológica al estrés resultó significativamente menor en aquellos sujetos a los que se les había suministrado el propranolol respecto a los que habían consumido un placebo.
El diario británico Telegraph explica al respecto que el equipo de investigación, liderado por Karim Nader, de la McGill University, y Roger Pitman (de Harvard), ha descubierto por tanto que este medicamento es capaz de eliminar los efectos de un recuerdo, mientras que deja intacta el resto de la memoria.
Según afirma Nader, lo que consigue el propanolol es eliminar la parte emocional del recuerdo, de manera que cuando éste es restituido a la memoria, no provoque tanto estrés. La parte consciente del recuerdo permanece intacta, pero los pacientes pueden recordar cada detalle de lo que han vivido sin sentirse sobrepasados emocionalmente.
La investigación sugeriría por tanto que los recuerdos pueden ser manipulados porque actúan como si fueran de “cristal”, esto es, que existirían en un estado “derretido” mientras se están formando, y luego pasarían a un estado “sólido” y permanente.
Explicación química
Cuando un recuerdo determinado del pasado es traído a la memoria, parece que también se encontraría en ese estado diluido similar al inicial, por lo que también podría ser alterado antes de que vuelva a ser restituido o “solidificado” de nuevo, señala Nader.
La explicación a los efectos del propranolol radica en que éste puede desestabilizar los recorridos bioquímicos que permiten a la memoria “endurecerse” o terminar conformando recuerdos nítidos y definidos.
La revista de The Dana Foundation, señala al respecto que la producción de hormonas relacionadas con el estrés ayudaría a fortalecer los recuerdos de los hechos emocionalmente más significativos. Por ejemplo, la epinefrina o adrenalina (que se genera en situaciones de alerta) y la cortisona, ambas producidas por las glándulas suprarrenales, actúan sobre los receptores cerebrales para grabar los recuerdos de manera rápida y a menudo indeleble.
Según el científico especializado en el tema, Jim McGaugh, de la Universidad de California, lo cierto es que estas hormonas producen recuerdos más profundos y fuertes.
La posibilidad de entorpecer químicamente la fuerza de estos recuerdos en el momento en que se están formando afectaría en consecuencia el proceso por el cual una experiencia se convierte en un recuerdo inolvidable. Durante esta consolidación, se producen nuevas proteínas que dan lugar a sinapsis adicionales –puntos de conexión entre las neuronas-, sinapsis que fijarían los hechos en nuestro cerebro.
Otras pruebas con propranolol
Esta no es la primera vez que se aplica el propranolol con estos fines. Tal como publicamos anteriormente en Tendencias21, el mismo medicamento fue utilizado por estos investigadores hace algún tiempo en un estudio llevado a cabo con 20 personas de Montreal, traumatizados desde hacía 20 ó 30 años por abusos sexuales en su infancia, violaciones o accidentes, y les hicieron enfrentarse de nuevo a sus traumas. Eso permitió que sus recuerdos salieran a la luz, con el fin de que fueran “almacenados” de otra manera, más sutil, gracias al medicamento.
Así, los investigadores lograron que los pacientes « re-almacenaran » sus recuerdos, pero “reducidos”, gracias a que el propranolol inhibe las sensaciones de ansiedad que les producen al reducir las hormonas de estrés que resurgen cuando los pacientes evocan los sucesos que les marcaron. Es como si los afectados pudieran guardar en sus cerebros una versión más ligera o reducida de lo que les pasó.
Ambas pruebas intentan encontrar un tratamiento químico para el denominado trastorno por estrés postraumático, tratamiento en el que Pitman lleva trabajando varios años. Este método médico aspira a permitir seleccionar y alterar la manera en que los recuerdos son guardados en nuestras mentes. Para ello, deberá bloquear la respuesta hormonal a determinadas situaciones, de manera que el recuerdo quede grabado, pero no haga sufrir para siempre a las personas que han vivido una situación extrema.