Foto: David Crehner. Fuente: PhotoXpress.
El concepto de “embarazo” no tiene sentido alguno, al menos desde el punto de vista inmunológico: el feto, que porta la mitad del genoma del padre, es biológicamente distinto de su madre, lo que debería provocar una respuesta de rechazo y expulsión del feto por parte del sistema inmune materno.
Cuando una mujer se queda embarazada lleva en su vientre un organismo formado por células y tejidos que son ajenos a su naturaleza y que deberían obligar al sistema inmunológico a destruir al feto, como “cuerpo extraño” y peligroso para el organismo de la madre.
Sin embargo, el cuerpo de las mujeres embarazadas pasa por alto esta contradicción biológica en la inmensa mayoría de los casos, lo que hace posible que las gestaciones sigan adelante y se produzcan los nacimientos.
Un enigma no estudiado
El fenómeno de la tolerancia inmunológica al feto no ha sido muy atendido por los científicos, ni tampoco los detalles biológicos que lo posibilitan.
Sin embargo, ahora, dos científicos del California Institute of Technology (Caltech), de Estados Unidos, han conseguido abrir una puerta hacia la solución de este enigma.
Según publica el Caltech en un comunicado, lo que los investigadores han demostrado es que las mujeres embarazadas producen un tipo particular de célula inmune a modo de respuesta a los antígenos fetales (los antígenos son sustancias que provocan la generación de anticuerpos, que identifican y neutralizan elementos extraños).
Esta respuesta permitiría que el embarazo siguiera adelante, es decir, que el cuerpo de la madre no rechazase al feto, al protegerlo de manera específica “contra su hijo”.
Células especiales
Según explica uno de los autores del presente estudio, el profesor de biología del Caltech, David Baltimore, ganador en 1975 del Premio Nobel de Medicina o Fisiología, en concreto, lo que se ha descubierto es que existen células T reguladoras específicas que protegen a la madre de los antígenos fetales.
Las células T o linfocitos T, que pertenecen al grupo de leucocitos conocidos como linfocitos, son responsables de coordinar la respuesta inmune celular, y también de realizar la cooperación para desarrollar todas las formas de respuestas inmunes.
El hallazgo de que existen linfocitos T especializados en la protección de la madre durante su embarazo supone un paso adelante hacia la comprensión de cómo la madre evita el rechazo de su feto. Este mecanismo biológico sería, por otro lado, importante tanto para la salud del hijo como para la de la madre, explica Baltimore.
Otro de los autores de la investigación, Daniel Kahn, profesor asociado de biología del Caltech y profesor de medicina de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), afirma que, durante mucho tiempo, los científicos han mantenido la idea de que el sistema inmune de la madre hace posible la tolerancia al feto.
Sin embargo, hasta ahora, no se había podido demostrar cómo se generaba esta tolerancia, ni probar que estaba relacionada con el sistema inmune.
Eliminar las células protectoras
Para identificar con exactitud este mecanismo, Kahn y Baltimore analizaron el efecto de las células T reguladoras del sistema inmune en una variedad de ratones endogámicos, genéticamente idénticos entre sí.
En este grupo de ratones, los machos, incluidos los fetos macho, presentaban en las superficies de sus células una proteína conocida como antígeno de transplante. Las hembras de ratón no poseían este antígeno.
En circunstancias normales, la existencia de este antígeno no supondría un problema para los fetos macho porque la tolerancia al feto durante el embarazo los protegería de cualquier acción del sistema inmune materno.
Sin embargo, en el experimento realizado, con el fin de demostrar el papel de las células T reguladoras, los investigadores utilizaron una sustancia para elegir y destruir dichas células del organismo materno.
Si dichas células fueran la fuente de la tolerancia hacia el feto, pensaron, su destrucción daría al sistema inmune de las madres libertad para perseguir los antígenos presentes en los fetos macho y, en consecuencia, para destruirlos.
Cuando una mujer se queda embarazada lleva en su vientre un organismo formado por células y tejidos que son ajenos a su naturaleza y que deberían obligar al sistema inmunológico a destruir al feto, como “cuerpo extraño” y peligroso para el organismo de la madre.
Sin embargo, el cuerpo de las mujeres embarazadas pasa por alto esta contradicción biológica en la inmensa mayoría de los casos, lo que hace posible que las gestaciones sigan adelante y se produzcan los nacimientos.
Un enigma no estudiado
El fenómeno de la tolerancia inmunológica al feto no ha sido muy atendido por los científicos, ni tampoco los detalles biológicos que lo posibilitan.
Sin embargo, ahora, dos científicos del California Institute of Technology (Caltech), de Estados Unidos, han conseguido abrir una puerta hacia la solución de este enigma.
Según publica el Caltech en un comunicado, lo que los investigadores han demostrado es que las mujeres embarazadas producen un tipo particular de célula inmune a modo de respuesta a los antígenos fetales (los antígenos son sustancias que provocan la generación de anticuerpos, que identifican y neutralizan elementos extraños).
Esta respuesta permitiría que el embarazo siguiera adelante, es decir, que el cuerpo de la madre no rechazase al feto, al protegerlo de manera específica “contra su hijo”.
Células especiales
Según explica uno de los autores del presente estudio, el profesor de biología del Caltech, David Baltimore, ganador en 1975 del Premio Nobel de Medicina o Fisiología, en concreto, lo que se ha descubierto es que existen células T reguladoras específicas que protegen a la madre de los antígenos fetales.
Las células T o linfocitos T, que pertenecen al grupo de leucocitos conocidos como linfocitos, son responsables de coordinar la respuesta inmune celular, y también de realizar la cooperación para desarrollar todas las formas de respuestas inmunes.
El hallazgo de que existen linfocitos T especializados en la protección de la madre durante su embarazo supone un paso adelante hacia la comprensión de cómo la madre evita el rechazo de su feto. Este mecanismo biológico sería, por otro lado, importante tanto para la salud del hijo como para la de la madre, explica Baltimore.
Otro de los autores de la investigación, Daniel Kahn, profesor asociado de biología del Caltech y profesor de medicina de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), afirma que, durante mucho tiempo, los científicos han mantenido la idea de que el sistema inmune de la madre hace posible la tolerancia al feto.
Sin embargo, hasta ahora, no se había podido demostrar cómo se generaba esta tolerancia, ni probar que estaba relacionada con el sistema inmune.
Eliminar las células protectoras
Para identificar con exactitud este mecanismo, Kahn y Baltimore analizaron el efecto de las células T reguladoras del sistema inmune en una variedad de ratones endogámicos, genéticamente idénticos entre sí.
En este grupo de ratones, los machos, incluidos los fetos macho, presentaban en las superficies de sus células una proteína conocida como antígeno de transplante. Las hembras de ratón no poseían este antígeno.
En circunstancias normales, la existencia de este antígeno no supondría un problema para los fetos macho porque la tolerancia al feto durante el embarazo los protegería de cualquier acción del sistema inmune materno.
Sin embargo, en el experimento realizado, con el fin de demostrar el papel de las células T reguladoras, los investigadores utilizaron una sustancia para elegir y destruir dichas células del organismo materno.
Si dichas células fueran la fuente de la tolerancia hacia el feto, pensaron, su destrucción daría al sistema inmune de las madres libertad para perseguir los antígenos presentes en los fetos macho y, en consecuencia, para destruirlos.
Células propias de la gestación
Efectivamente, así sucedió. Cuando Baltimore y Kahn observaron la descendencia de ratonas que habían sido tratadas con la sustancia tóxica, destructora de las células T reguladoras, descubrieron que sólo unos pocos fetos macho habían sobrevivido al nacimiento.
Los supervivientes, además, tenían un peso significativamente más bajo, supuestamente como consecuencia de la inflamación causada por la respuesta inmune de la madre al antígeno presente en las células de estos fetos.
Por otro lado, los científicos descubrieron que las células T reguladoras específicas se generaban sólo como respuesta al embarazo – es decir, que serían células propias de la gestación-, y que se producían en mayor cantidad en el caso de los fetos macho que presentaban el antígeno mencionado.
¿Qué pasa en humanos?
Ahora, Kahn y Baltimore pretenden investigar el papel de las células T reguladoras en la tolerancia al feto en las gestaciones humanas.
Esta línea de investigación podría permitir comprender no sólo porqué las mujeres llevan a término sus embarazos, sino también la causa de ciertas condiciones negativas de las gestaciones, como la preclampsia.
Este trastorno, que es la segunda causa de mortalidad maternal en el mundo, conlleva síntomas como la hipertensión y se cree que está causado por mediadores de inflamación o toxinas que secreta la placenta.
Según los científicos, en este terreno queda mucho por investigar y entender. Los embarazos son a menudo ignorados porque suelen ser exitosos y porque son extremadamente complejos desde el punto de vista inmunológico. Hasta ahora, ha sido complicado descubrir cómo funciona realmente la inmunología de la gestación.
Los investigadores han explicado sus hallazgos en un artículo publicado por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
Efectivamente, así sucedió. Cuando Baltimore y Kahn observaron la descendencia de ratonas que habían sido tratadas con la sustancia tóxica, destructora de las células T reguladoras, descubrieron que sólo unos pocos fetos macho habían sobrevivido al nacimiento.
Los supervivientes, además, tenían un peso significativamente más bajo, supuestamente como consecuencia de la inflamación causada por la respuesta inmune de la madre al antígeno presente en las células de estos fetos.
Por otro lado, los científicos descubrieron que las células T reguladoras específicas se generaban sólo como respuesta al embarazo – es decir, que serían células propias de la gestación-, y que se producían en mayor cantidad en el caso de los fetos macho que presentaban el antígeno mencionado.
¿Qué pasa en humanos?
Ahora, Kahn y Baltimore pretenden investigar el papel de las células T reguladoras en la tolerancia al feto en las gestaciones humanas.
Esta línea de investigación podría permitir comprender no sólo porqué las mujeres llevan a término sus embarazos, sino también la causa de ciertas condiciones negativas de las gestaciones, como la preclampsia.
Este trastorno, que es la segunda causa de mortalidad maternal en el mundo, conlleva síntomas como la hipertensión y se cree que está causado por mediadores de inflamación o toxinas que secreta la placenta.
Según los científicos, en este terreno queda mucho por investigar y entender. Los embarazos son a menudo ignorados porque suelen ser exitosos y porque son extremadamente complejos desde el punto de vista inmunológico. Hasta ahora, ha sido complicado descubrir cómo funciona realmente la inmunología de la gestación.
Los investigadores han explicado sus hallazgos en un artículo publicado por la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).