Un estudio realizado por una psicóloga del Dartmouth College de EEUU ha revelado que la pobreza puede afectar negativamente a la memoria de los niños, tanto de aquellos que viven en la ciudad como de los que viven en el campo.
Michele Tine analizó en concreto los efectos de la pobreza en un tipo de memoria llamada “memoria de trabajo”, que es la que se encarga de los procesos de almacenamiento temporal de la información, de su procesamiento y de su actualización. Asimismo, sirve para realizar cálculos mentales o para la comprensión lectora.
Tras hacer diversas pruebas verbales y visuoespaciales a un grupo de 186 niños y niñas de alrededor de 11 años y de estatus socioeconómicos diversos, Tine encontró que, en general, todos los pequeños con un nivel socio económico bajo presentaban déficits en la memoria de trabajo verbal y visuoespacial, posiblemente como consecuencia de niveles de estrés elevados.
Sin embargo, los niños pobres de ciudad tuvieron peor memoria de trabajo verbal (según Tine, seguramente por la exposición a una contaminación acústica alta) que los pobres de campo; mientras que los niños de áreas rurales presentaron una peor memoria de trabajo visuoespacial que los pobres de entornos urbanos. Los niños del estudio que no vivían en la pobreza no presentaron estos déficits.
Según Tine, dados estos resultados “hay que pensar la manera de que los niños con bajos ingresos, de zonas rurales o urbanas, puedan superar sus dificultades específicas de memoria de trabajo, para que puedan optimizar su aprendizaje académico”.
Michele Tine analizó en concreto los efectos de la pobreza en un tipo de memoria llamada “memoria de trabajo”, que es la que se encarga de los procesos de almacenamiento temporal de la información, de su procesamiento y de su actualización. Asimismo, sirve para realizar cálculos mentales o para la comprensión lectora.
Tras hacer diversas pruebas verbales y visuoespaciales a un grupo de 186 niños y niñas de alrededor de 11 años y de estatus socioeconómicos diversos, Tine encontró que, en general, todos los pequeños con un nivel socio económico bajo presentaban déficits en la memoria de trabajo verbal y visuoespacial, posiblemente como consecuencia de niveles de estrés elevados.
Sin embargo, los niños pobres de ciudad tuvieron peor memoria de trabajo verbal (según Tine, seguramente por la exposición a una contaminación acústica alta) que los pobres de campo; mientras que los niños de áreas rurales presentaron una peor memoria de trabajo visuoespacial que los pobres de entornos urbanos. Los niños del estudio que no vivían en la pobreza no presentaron estos déficits.
Según Tine, dados estos resultados “hay que pensar la manera de que los niños con bajos ingresos, de zonas rurales o urbanas, puedan superar sus dificultades específicas de memoria de trabajo, para que puedan optimizar su aprendizaje académico”.
Efectos cognitivos de la pobreza en adultos
La pobreza también puede tener efectos negativos para la cognición de las personas adultas. Otro estudio, realizado por las universidades estadounidenses de Princeton y Cambridge, además de otros dos centros inglés y canadiense, ha revelado que las personas pobres dedican muchos esfuerzos a su manutención a corto plazo, lo que hace que pierdan habilidades cognitivas.
Este hecho se explica, según los autores de esta otra investigación, porque la función cognitiva de una persona se ve disminuida por el esfuerzo constante, y cuando un individuo debe afrontar problemas financieros acuciantes se queda con menos "recursos mentales" para centrarse en asuntos complicados, indirectamente relacionados, tales como la educación, la capacitación para el trabajo e incluso la gestión de su tiempo.
La pobreza también puede tener efectos negativos para la cognición de las personas adultas. Otro estudio, realizado por las universidades estadounidenses de Princeton y Cambridge, además de otros dos centros inglés y canadiense, ha revelado que las personas pobres dedican muchos esfuerzos a su manutención a corto plazo, lo que hace que pierdan habilidades cognitivas.
Este hecho se explica, según los autores de esta otra investigación, porque la función cognitiva de una persona se ve disminuida por el esfuerzo constante, y cuando un individuo debe afrontar problemas financieros acuciantes se queda con menos "recursos mentales" para centrarse en asuntos complicados, indirectamente relacionados, tales como la educación, la capacitación para el trabajo e incluso la gestión de su tiempo.
Referencias bibliográficas:
Anandi Mani, Sendhil Mullainathan, Eldar Shafir, Jiaying Zhao. Poverty Impedes Cognitive Function. Science (2013). DOI: 10.1126/science.1238041.
Michele Tine. Working Memory Differences Between Children Living in Rural and Urban Poverty. Journal of Cognition and Development (2015). DOI: 10.1080/15248372.2013.797906.
Anandi Mani, Sendhil Mullainathan, Eldar Shafir, Jiaying Zhao. Poverty Impedes Cognitive Function. Science (2013). DOI: 10.1126/science.1238041.
Michele Tine. Working Memory Differences Between Children Living in Rural and Urban Poverty. Journal of Cognition and Development (2015). DOI: 10.1080/15248372.2013.797906.