Fuente: PhotoXpress.
Tanto países como empresas tratan sin descanso de aumentar su ventaja competitiva, pues ésta les permite situarse por delante de sus competidores en una carrera sin fin por crecer y lograr beneficios. Un nuevo informe redactado en Noruega aporta información que puede servir para alcanzar dicha ventaja competitiva: la igualdad.
Según el informe, los países que más trabajan por la igualdad de oportunidades también tienen acceso a mucho más talento que otros países no tan evolucionados en este sentido. Sus resultados se presentaron durante el congreso anual de la Academia de Negocios Internacionales (AIB), celebrado este verano en Washington D.C. y al que asistieron cerca de mil cuatrocientos académicos.
“El capital humano, aquellas personas con formación y capacidades, representa un factor fundamental para la competitividad y la capacidad de abordar tareas claves organizativas”, afirmó Gillian Warner-Søderholm, profesor asociado de la Escuela de Empresariales de Noruega (BI). O lo que es lo mismo, la igualdad de oportunidades refuerza el capital humano tanto en el sector empresarial como en el privado.
El Sr. Warner-Søderholm colaboró con el profesor asociado Andy Bertsch de la Universidad Estatal Minot de Dakota del Norte (Estados Unidos) para realizar un estudio a gran escala que sacase a la luz las relaciones entre los principales valores culturales de una nación y el grado de igualdad de sexo.
“Nos propusimos averiguar los valores culturales que fomentan o perjudican a la igualdad”, explicó Warner-Søderholm. Este conocimiento permite poner en práctica medidas en los ámbitos adecuados.
Según el informe, los países que más trabajan por la igualdad de oportunidades también tienen acceso a mucho más talento que otros países no tan evolucionados en este sentido. Sus resultados se presentaron durante el congreso anual de la Academia de Negocios Internacionales (AIB), celebrado este verano en Washington D.C. y al que asistieron cerca de mil cuatrocientos académicos.
“El capital humano, aquellas personas con formación y capacidades, representa un factor fundamental para la competitividad y la capacidad de abordar tareas claves organizativas”, afirmó Gillian Warner-Søderholm, profesor asociado de la Escuela de Empresariales de Noruega (BI). O lo que es lo mismo, la igualdad de oportunidades refuerza el capital humano tanto en el sector empresarial como en el privado.
El Sr. Warner-Søderholm colaboró con el profesor asociado Andy Bertsch de la Universidad Estatal Minot de Dakota del Norte (Estados Unidos) para realizar un estudio a gran escala que sacase a la luz las relaciones entre los principales valores culturales de una nación y el grado de igualdad de sexo.
“Nos propusimos averiguar los valores culturales que fomentan o perjudican a la igualdad”, explicó Warner-Søderholm. Este conocimiento permite poner en práctica medidas en los ámbitos adecuados.
Análisis de valores culturales
Su informe se basó en datos sobre valores culturales obtenidos del estudio GLOBE (Global Leadership and Organizational Behavior Effectiveness) que abarca sesenta y dos países.
GLOBE fue un proyecto multifase y multimétodo en el que científicos de todo el mundo estudiaron las relaciones entre la cultura de la sociedad, la cultura organizativa y el liderazgo organizativo. Los datos se recabaron de diecisiete mil trabajadores de una amplia gama de sectores de la economía.
Los valores culturales cubiertos por GLOBE fueron: el colectivismo social, la firmeza, la orientación hacia la excelencia, la orientación humana, el igualitarismo de género, la distancia de poder, la orientación hacia el futuro, la evasión de incertidumbre y el contexto.
Warner-Søderholm y Bertsch compararon a continuación los valores culturales prominentes de varios países con las medidas en pos de la igualdad de sexos puestas en práctica en estos mismos países. Estas medidas se organizaron mediante tres clasificaciones de prestigio internacional sobre igualdad: el Índice de Desigualdad de Género (IDG), el “Índice de Oportunidad Económica de las Mujeres” (WEO) y el Índice Global de Disparidad entre Géneros (GGGI).
Su investigación sacó a la luz que en los países en los que la igualdad de sexos es importante (el valor cultural identificado como igualitarismo de género) se alcanza una puntuación elevada en el índice que mide las oportunidades económicas de las mujeres. Además, mostró que los países interesados en evitar la incertidumbre mediante una planificación adecuada también poseen menor desigualdad de sexo.
Reforzar la igualdad en la planificación del futuro
“En los países escandinavos existe un mayor interés en la planificación destinada a reducir el riesgo que en los Estados Unidos. Estos países también han dedicado más recursos a fomentar la igualdad tal y como se sugiere en los indicadores internacionales”, incidió el Sr. Warner-Søderholm.
Warner-Søderholm y Bertsch también descubrieron que la mayoría de los países interesados en la planificación del futuro (orientación hacia el futuro) mantienen una posición de liderazgo a la hora de reforzar la igualdad de oportunidades y ponerla en práctica.
Su estudio fue uno de los puntos de interés del congreso mencionado y se reconoció como uno de los tres mejores trabajos remitidos al Galardón SSE/WAIB (Escuela de Economía de Estocolmo, Mujeres en la Academia de Empresariales Internacional), por su labor de fomento de los temas relacionados con la igualdad de sexos en la investigación empresarial internacional. “Fue una sorpresa muy grata”, reconoció Warner-Søderholm.
Su informe se basó en datos sobre valores culturales obtenidos del estudio GLOBE (Global Leadership and Organizational Behavior Effectiveness) que abarca sesenta y dos países.
GLOBE fue un proyecto multifase y multimétodo en el que científicos de todo el mundo estudiaron las relaciones entre la cultura de la sociedad, la cultura organizativa y el liderazgo organizativo. Los datos se recabaron de diecisiete mil trabajadores de una amplia gama de sectores de la economía.
Los valores culturales cubiertos por GLOBE fueron: el colectivismo social, la firmeza, la orientación hacia la excelencia, la orientación humana, el igualitarismo de género, la distancia de poder, la orientación hacia el futuro, la evasión de incertidumbre y el contexto.
Warner-Søderholm y Bertsch compararon a continuación los valores culturales prominentes de varios países con las medidas en pos de la igualdad de sexos puestas en práctica en estos mismos países. Estas medidas se organizaron mediante tres clasificaciones de prestigio internacional sobre igualdad: el Índice de Desigualdad de Género (IDG), el “Índice de Oportunidad Económica de las Mujeres” (WEO) y el Índice Global de Disparidad entre Géneros (GGGI).
Su investigación sacó a la luz que en los países en los que la igualdad de sexos es importante (el valor cultural identificado como igualitarismo de género) se alcanza una puntuación elevada en el índice que mide las oportunidades económicas de las mujeres. Además, mostró que los países interesados en evitar la incertidumbre mediante una planificación adecuada también poseen menor desigualdad de sexo.
Reforzar la igualdad en la planificación del futuro
“En los países escandinavos existe un mayor interés en la planificación destinada a reducir el riesgo que en los Estados Unidos. Estos países también han dedicado más recursos a fomentar la igualdad tal y como se sugiere en los indicadores internacionales”, incidió el Sr. Warner-Søderholm.
Warner-Søderholm y Bertsch también descubrieron que la mayoría de los países interesados en la planificación del futuro (orientación hacia el futuro) mantienen una posición de liderazgo a la hora de reforzar la igualdad de oportunidades y ponerla en práctica.
Su estudio fue uno de los puntos de interés del congreso mencionado y se reconoció como uno de los tres mejores trabajos remitidos al Galardón SSE/WAIB (Escuela de Economía de Estocolmo, Mujeres en la Academia de Empresariales Internacional), por su labor de fomento de los temas relacionados con la igualdad de sexos en la investigación empresarial internacional. “Fue una sorpresa muy grata”, reconoció Warner-Søderholm.