Las hormigas tortuga defienden de sus nidos adaptando la forma y tamaño de su cabeza a las dimensiones de la entrada. Foto: Universidad de Rockefeller.
Las hormigas son una clase de insectos que han evolucionado de la mano de sus antepasados: las avispas del Cretáceo, hace 130 millones de años, lograron con el tiempo diversificarse por todo el mundo.
Existen más de 14 mil especies en el reino animal, pero solo una de ellas es capaz de jugar con la selección natural: puede evolucionar o involucionar de acuerdo a sus necesidades y entorno.
En un comienzo se pensaba que el sentido de la vida animal era siempre hacia adelante. Sin embargo, un reciente estudio demostró que la especie de hormiga tortuga (Cephalotes varians) utiliza la evolución a su favor.
Algunas habitan en bosques tropicales, pero pueden encontrarse especies en lugares secos, ocultas incluso en las cavidades de los árboles leñosos, y utilizando sus cabezas como verdaderas tapaderas.
Otras habitan en túneles que no son cavados por ellas, sino por un tipo de escarabajo que, al abandonar el sitio, es ocupado por las hormigas adecuando el tamaño de sus cabezas a la entrada del nido.
Cabezas adaptativas
Justamente, lo llamativo de su cuerpo se debe a los distintos tipos de cabezas que pueden llegar a adoptar: algunas pueden ser cuadradas, circulares, en forma de rejilla e incluso en forma de esfera, fundamental para resguardarse de posibles depredadores.
Esta curiosa adaptación evolutiva les permite a las hormigas tortuga proteger su hormiguero. No obstante, dependiendo del medio y su entorno, pueden modificar la forma y tamaño de la cabeza según cada necesidad.
“La casualidad de que la circunferencia de la cabeza de las hormigas sea exactamente igual al radio de la entrada del nido es llamativo”, señala en un comunicado Daniel Kronauer, jefe del Laboratorio de Evolución y Comportamiento Social de la Universidad Rockefeller.
Existen más de 14 mil especies en el reino animal, pero solo una de ellas es capaz de jugar con la selección natural: puede evolucionar o involucionar de acuerdo a sus necesidades y entorno.
En un comienzo se pensaba que el sentido de la vida animal era siempre hacia adelante. Sin embargo, un reciente estudio demostró que la especie de hormiga tortuga (Cephalotes varians) utiliza la evolución a su favor.
Algunas habitan en bosques tropicales, pero pueden encontrarse especies en lugares secos, ocultas incluso en las cavidades de los árboles leñosos, y utilizando sus cabezas como verdaderas tapaderas.
Otras habitan en túneles que no son cavados por ellas, sino por un tipo de escarabajo que, al abandonar el sitio, es ocupado por las hormigas adecuando el tamaño de sus cabezas a la entrada del nido.
Cabezas adaptativas
Justamente, lo llamativo de su cuerpo se debe a los distintos tipos de cabezas que pueden llegar a adoptar: algunas pueden ser cuadradas, circulares, en forma de rejilla e incluso en forma de esfera, fundamental para resguardarse de posibles depredadores.
Esta curiosa adaptación evolutiva les permite a las hormigas tortuga proteger su hormiguero. No obstante, dependiendo del medio y su entorno, pueden modificar la forma y tamaño de la cabeza según cada necesidad.
“La casualidad de que la circunferencia de la cabeza de las hormigas sea exactamente igual al radio de la entrada del nido es llamativo”, señala en un comunicado Daniel Kronauer, jefe del Laboratorio de Evolución y Comportamiento Social de la Universidad Rockefeller.
Marchando contra el tiempo
Para indagar cómo fue el viaje evolutivo de estos insectos, este investigador agrupó a 89 especies de hormigas tortuga de acuerdo a la forma de su cabeza (cuadrada o circular).
Luego, examinó las relaciones evolutivas de estos grupos utilizando la información genética de la especie y la cotejaron con su antepasado más antiguo.
El ancestro había logrado formar una variedad de especies diferentes: por un lado, hormigas con cabezas cuadradas y, por otro lado, hormigas con cabezas circulares. En algunos casos, con el paso del tiempo, las especies más avanzadas volvían a adoptar su estructura original.
En definitiva, la naturaleza ha demostrado que la evolución no corre en un sentido único, sino que pueden existir diversas formas de adaptarse a la vida.
Para Kronauer, “las hormigas son un caso interesante para analizar por su trayectoria evolutiva dinámica, con mucho de ida y vuelta”, concluyó.
Para indagar cómo fue el viaje evolutivo de estos insectos, este investigador agrupó a 89 especies de hormigas tortuga de acuerdo a la forma de su cabeza (cuadrada o circular).
Luego, examinó las relaciones evolutivas de estos grupos utilizando la información genética de la especie y la cotejaron con su antepasado más antiguo.
El ancestro había logrado formar una variedad de especies diferentes: por un lado, hormigas con cabezas cuadradas y, por otro lado, hormigas con cabezas circulares. En algunos casos, con el paso del tiempo, las especies más avanzadas volvían a adoptar su estructura original.
En definitiva, la naturaleza ha demostrado que la evolución no corre en un sentido único, sino que pueden existir diversas formas de adaptarse a la vida.
Para Kronauer, “las hormigas son un caso interesante para analizar por su trayectoria evolutiva dinámica, con mucho de ida y vuelta”, concluyó.
Referencia
Trait evolution is reversible, repeatable, and decoupled in the soldier caste of turtle ants. Scott Powell et al. PNAS, March 9, 2020. DOI: https://doi.org/10.1073/pnas.1913750117
Trait evolution is reversible, repeatable, and decoupled in the soldier caste of turtle ants. Scott Powell et al. PNAS, March 9, 2020. DOI: https://doi.org/10.1073/pnas.1913750117