Los subproductos y desechos industriales podrían emplearse para desarrollar nuevos biocombustibles más eficientes. Fuente: greentechmedia.com
La Academia de Energía de Finlandia está desarrollando el programa Sustainable Energy (SusEn), en cuyo contexto un grupo de investigación ha obtenido recientemente un importante avance en el terreno de la producción de nuevos biocombustibles, a partir de residuos y desechos generados por la industria. El biobutanol y el biogás desarrollados de esta forma podrían transformarse en una interesante opción para la producción de energías alternativas.
En el caso del biobutanol, éste puede ser producido a partir de subproductos de la industria alimentaria y de la industria de pulpa y papel, transformándose de esta manera en un candidato idóneo para reemplazar a la gasolina como combustible. El metano derivado del biogás puede ser también otra interesante opción para producir combustibles.
Según el profesor Ulla Lassi, de la Universidad de Oulu, que ha estado trabajando en un proyecto de investigación enfocado al uso de biobutanol como combustible para medios de transporte, esta alternativa es muy eficiente desde el punto de vista energético y, al igual que el etanol, presenta excelentes condiciones para la producción a escala industrial.
El desarrollo de esta fuente energética ha sido concretado mediante un proceso que incluye la actividad de microbios y permite generar butanol, que contiene más carbono que el etanol y, por lo tanto, también es más eficiente energéticamente. Asimismo, el empleo de microbios y desechos incrementa el carácter ecológico y sostenible de la propuesta, ya que no se utilizan cultivos u otros productos naturales con aplicación alimenticia.
En el caso del biobutanol, éste puede ser producido a partir de subproductos de la industria alimentaria y de la industria de pulpa y papel, transformándose de esta manera en un candidato idóneo para reemplazar a la gasolina como combustible. El metano derivado del biogás puede ser también otra interesante opción para producir combustibles.
Según el profesor Ulla Lassi, de la Universidad de Oulu, que ha estado trabajando en un proyecto de investigación enfocado al uso de biobutanol como combustible para medios de transporte, esta alternativa es muy eficiente desde el punto de vista energético y, al igual que el etanol, presenta excelentes condiciones para la producción a escala industrial.
El desarrollo de esta fuente energética ha sido concretado mediante un proceso que incluye la actividad de microbios y permite generar butanol, que contiene más carbono que el etanol y, por lo tanto, también es más eficiente energéticamente. Asimismo, el empleo de microbios y desechos incrementa el carácter ecológico y sostenible de la propuesta, ya que no se utilizan cultivos u otros productos naturales con aplicación alimenticia.
Desafíos a superar
Los avances de los ingenieros e investigadores finlandeses han sido difundidos en una nota de prensa de la Academia de Energía de Finlandia, y en distintas revistas especializadas, como Science Daily. En este proyecto también se ha estudiado la producción de butanol a través de síntesis química.
En ese enfoque destaca el uso de glicerol para la producción de combustible, una alternativa que puede ser muy rentable, ya que se trata de un subproducto del biodiésel. Sin embargo, existen aún distintos desafíos en la producción microbiológica de butanol, como por ejemplo la complejidad del proceso de fermentación en varias etapas que debe realizarse.
Sin embargo, los especialistas explican que los recientes avances en las técnicas de fermentación del butanol han solucionado en parte estos problemas. A pesar de esto, si el objetivo es producir nuevos combustibles líquidos será necesario desarrollar renovados esquemas de síntesis química y contar con catalizadores de mayor eficiencia.
En el presente proyecto de investigación orientado a la producción de biobutanol participan investigadores de la Universidad de Oulu y de la Universidad Abo Akademi. Asimismo, también se ha iniciado el estudio del uso del biogás como combustible para el transporte.
Ventajas en términos de eficiencia y sostenibilidad
De esta forma, se ha establecido una colaboración entre expertos de Finlandia y Chile, con el propósito de impulsar estas alternativas energéticas. En los últimos años, el interés en la utilización de subproductos industriales para la producción de biogás ha aumentado considerablemente. De hecho, algunos países ya han introducido esta tecnología a gran escala.
Según los investigadores, el biogás puede ser producido a partir de diferentes materiales, como los residuos biodegradables. Además, el biogás generado en este proceso es una fuente versátil de energía, porque se puede utilizar para producir calor y electricidad, transformarse en combustible para vehículos o inyectarse a la red de gas natural.
Por otra parte, el material residual obtenido del proceso de producción puede ser usado como fertilizante o acondicionador del suelo, incrementando de esta manera el potencial ecológico y sostenible de la propuesta. El metano derivado del biogás ha demostrado ser uno de los candidatos más adecuados para su uso como biocombustible, gracias a su cadena de producción sostenible.
Por último, el metano también cumple con los criterios de la UE para los biocombustibles sostenibles, que entrará en vigor en unos pocos años. Los experimentos relacionados con este proyecto se llevaron a cabo en la Planta de Tratamiento de Residuos Mustankorkea en la ciudad finlandesa de Jyväskylä, planta que dispone de los compuestos necesarios para el desarrollo de biogás a partir de estas nuevas técnicas.
Los avances de los ingenieros e investigadores finlandeses han sido difundidos en una nota de prensa de la Academia de Energía de Finlandia, y en distintas revistas especializadas, como Science Daily. En este proyecto también se ha estudiado la producción de butanol a través de síntesis química.
En ese enfoque destaca el uso de glicerol para la producción de combustible, una alternativa que puede ser muy rentable, ya que se trata de un subproducto del biodiésel. Sin embargo, existen aún distintos desafíos en la producción microbiológica de butanol, como por ejemplo la complejidad del proceso de fermentación en varias etapas que debe realizarse.
Sin embargo, los especialistas explican que los recientes avances en las técnicas de fermentación del butanol han solucionado en parte estos problemas. A pesar de esto, si el objetivo es producir nuevos combustibles líquidos será necesario desarrollar renovados esquemas de síntesis química y contar con catalizadores de mayor eficiencia.
En el presente proyecto de investigación orientado a la producción de biobutanol participan investigadores de la Universidad de Oulu y de la Universidad Abo Akademi. Asimismo, también se ha iniciado el estudio del uso del biogás como combustible para el transporte.
Ventajas en términos de eficiencia y sostenibilidad
De esta forma, se ha establecido una colaboración entre expertos de Finlandia y Chile, con el propósito de impulsar estas alternativas energéticas. En los últimos años, el interés en la utilización de subproductos industriales para la producción de biogás ha aumentado considerablemente. De hecho, algunos países ya han introducido esta tecnología a gran escala.
Según los investigadores, el biogás puede ser producido a partir de diferentes materiales, como los residuos biodegradables. Además, el biogás generado en este proceso es una fuente versátil de energía, porque se puede utilizar para producir calor y electricidad, transformarse en combustible para vehículos o inyectarse a la red de gas natural.
Por otra parte, el material residual obtenido del proceso de producción puede ser usado como fertilizante o acondicionador del suelo, incrementando de esta manera el potencial ecológico y sostenible de la propuesta. El metano derivado del biogás ha demostrado ser uno de los candidatos más adecuados para su uso como biocombustible, gracias a su cadena de producción sostenible.
Por último, el metano también cumple con los criterios de la UE para los biocombustibles sostenibles, que entrará en vigor en unos pocos años. Los experimentos relacionados con este proyecto se llevaron a cabo en la Planta de Tratamiento de Residuos Mustankorkea en la ciudad finlandesa de Jyväskylä, planta que dispone de los compuestos necesarios para el desarrollo de biogás a partir de estas nuevas técnicas.