“Jarrón con quince girasoles” de Vincent van Gogh. Fuente: Wikimedia Commons.
Los girasoles que Vincent van Gogh pintó hace más de 100 años eran portadores de una mutación genética desconocida hasta ahora. “Hemos identificado al gen (HaCYC2c) responsable de las ‘flores dobles’ del artista impresionista”, a explicado a SINC el investigador John Burke, coordinador de un estudio de la Universidad de Georgia, y del que se ha hecho eco la revista PLoS Genetics.
La inflorescencia del girasol está compuesta por dos tipos distintos de flores. Uno en el perímetro exterior, en forma de una única serie de pétalos largos, aplanados, amarillos y fértiles.
Y otro, en su centro, formado por cientos o miles de flores pequeñas en forma de tubo que producen las semillas.
Pero los girasoles de Van Gogh son ligeramente distintos a los normales. Tienen múltiples bandas de pétalos amarillos y una proporción mucho menor de flores tubulares en el centro.
“Las florecitas del disco interno se han transformado y son muy parecidas a las del externo”, explica Burke.
La inflorescencia del girasol está compuesta por dos tipos distintos de flores. Uno en el perímetro exterior, en forma de una única serie de pétalos largos, aplanados, amarillos y fértiles.
Y otro, en su centro, formado por cientos o miles de flores pequeñas en forma de tubo que producen las semillas.
Pero los girasoles de Van Gogh son ligeramente distintos a los normales. Tienen múltiples bandas de pétalos amarillos y una proporción mucho menor de flores tubulares en el centro.
“Las florecitas del disco interno se han transformado y son muy parecidas a las del externo”, explica Burke.
Todavía se siguen los pasos de Mendel
Los investigadores han descubierto que el aspecto de los girasoles mutantes es debido a que el gen HaCYC2c se activa en un sitio indebido. “Normalmente, este gen está activo solo en las flores exteriores, pero en los mutantes también lo está en el disco central”, afirma Burke.
“Además de su interés histórico, el descubrimiento puede tener repercusiones económicas –comenta el investigador–. Estas flores ornamentales son muy apreciadas en el mercado”.
En este estudio, los investigadores utilizaron la misma técnica que llevó al monje y naturalista Gregor Mendel a descubrir las leyes de la herencia en 1865.
John Burke y sus colegas cruzaron girasoles normales con mutantes para descubrir que existían dos mutaciones, una dominante que causaba las flores dobles y una recesiva que daba un tercer tipo de flor tubular con características intermedias.
Con técnicas más modernas, los investigadores secuenciaron el gen mutado y también centenares de variedades de girasol. Encontraron que las flores normales siempre tenían el HaCYC2c intacto, y que las flores dobles y las tubulares siempre tenían la misma mutación.
“Estos resultados son la evidencia de que la mutación que hemos identificado es la misma que plasmó van Gogh en su momento”, concluye Burke.
Los investigadores han descubierto que el aspecto de los girasoles mutantes es debido a que el gen HaCYC2c se activa en un sitio indebido. “Normalmente, este gen está activo solo en las flores exteriores, pero en los mutantes también lo está en el disco central”, afirma Burke.
“Además de su interés histórico, el descubrimiento puede tener repercusiones económicas –comenta el investigador–. Estas flores ornamentales son muy apreciadas en el mercado”.
En este estudio, los investigadores utilizaron la misma técnica que llevó al monje y naturalista Gregor Mendel a descubrir las leyes de la herencia en 1865.
John Burke y sus colegas cruzaron girasoles normales con mutantes para descubrir que existían dos mutaciones, una dominante que causaba las flores dobles y una recesiva que daba un tercer tipo de flor tubular con características intermedias.
Con técnicas más modernas, los investigadores secuenciaron el gen mutado y también centenares de variedades de girasol. Encontraron que las flores normales siempre tenían el HaCYC2c intacto, y que las flores dobles y las tubulares siempre tenían la misma mutación.
“Estos resultados son la evidencia de que la mutación que hemos identificado es la misma que plasmó van Gogh en su momento”, concluye Burke.