Los orangutanes son los únicos grandes simios, además de los humanos, que “hablan” sobre el pasado, ha descubierto una investigación desarrollada por investigadores británicos en las selvas de Sumatra y publicada en la revista Science Advances.
Estos investigadores descubrieron que la clásica señal de alarma que emiten muchas especies ante la presencia de depredadores tiene una característica particular en los orangutanes que les asemejan a los humanos: esperan a que pase el peligro y lo denuncian una vez ha desaparecido.
Es decir, las madres de orangutanes salvajes de Sumatra sopesan el peligro que representan los depredadores y esperan hasta que sea seguro: dejan que el bebé aprenda sobre el peligro una vez que ya ha pasado. Es la primera vez que se escucha a los animales salvajes anunciando el peligro después que haya desaparecido.
“Estos resultados muestran que la comunicación vocal de los orangutanes silvestres está dotada de una característica sorprendentemente similar a la referencia desplazada que se encuentra en el lenguaje humano, ya que las madres orangutanes solo responden vocalmente sobre un encuentro con un depredador potencial después de que el depredador se haya ido”, explica Adriano Reis e Lameira, uno de los investigadores, en un comunicado.
Proeza cognitiva
Y añade: “los resultados muestran que el comportamiento vocal de los grandes simios se basa en una maquinaria cognitiva de alto orden mucho más poderosa que la que tradicionalmente se presume. El comportamiento vocal no es simplemente un reflejo o una respuesta condicionada hacia el peligro, sino un comportamiento medido y controlado".
No responder de inmediato a un peligro se considera un signo de inteligencia, explica Lameira. Es un talento que acompaña a otras habilidades que se encuentran en los grandes simios, como la memoria a largo plazo, la comunicación intencional, en lugar de la instintiva, y el control preciso de los músculos laríngeos, lo que en última instancia condujo a la evolución del lenguaje, argumenta.
"Los resultados son bastante sorprendentes", comenta Carel van Schaik, un primatólogo de la Universidad de Zurich en Suiza que no participó en el trabajo, en declaraciones a la revista Science. La capacidad de hablar sobre el pasado o el futuro "es una de las cosas que hace que el lenguaje sea tan efectivo", dice. Eso sugiere, agrega, que los nuevos hallazgos podrían proporcionar pistas sobre la evolución del lenguaje en sí.
Estos investigadores descubrieron que la clásica señal de alarma que emiten muchas especies ante la presencia de depredadores tiene una característica particular en los orangutanes que les asemejan a los humanos: esperan a que pase el peligro y lo denuncian una vez ha desaparecido.
Es decir, las madres de orangutanes salvajes de Sumatra sopesan el peligro que representan los depredadores y esperan hasta que sea seguro: dejan que el bebé aprenda sobre el peligro una vez que ya ha pasado. Es la primera vez que se escucha a los animales salvajes anunciando el peligro después que haya desaparecido.
“Estos resultados muestran que la comunicación vocal de los orangutanes silvestres está dotada de una característica sorprendentemente similar a la referencia desplazada que se encuentra en el lenguaje humano, ya que las madres orangutanes solo responden vocalmente sobre un encuentro con un depredador potencial después de que el depredador se haya ido”, explica Adriano Reis e Lameira, uno de los investigadores, en un comunicado.
Proeza cognitiva
Y añade: “los resultados muestran que el comportamiento vocal de los grandes simios se basa en una maquinaria cognitiva de alto orden mucho más poderosa que la que tradicionalmente se presume. El comportamiento vocal no es simplemente un reflejo o una respuesta condicionada hacia el peligro, sino un comportamiento medido y controlado".
No responder de inmediato a un peligro se considera un signo de inteligencia, explica Lameira. Es un talento que acompaña a otras habilidades que se encuentran en los grandes simios, como la memoria a largo plazo, la comunicación intencional, en lugar de la instintiva, y el control preciso de los músculos laríngeos, lo que en última instancia condujo a la evolución del lenguaje, argumenta.
"Los resultados son bastante sorprendentes", comenta Carel van Schaik, un primatólogo de la Universidad de Zurich en Suiza que no participó en el trabajo, en declaraciones a la revista Science. La capacidad de hablar sobre el pasado o el futuro "es una de las cosas que hace que el lenguaje sea tan efectivo", dice. Eso sugiere, agrega, que los nuevos hallazgos podrían proporcionar pistas sobre la evolución del lenguaje en sí.
Disfrazado de tigre
Los resultados se obtuvieron de una forma original. Los investigadores detectaron a unas hembras de orangután en el denso bosque de Ketambe, en Sumatra, y uno de ellos se cubrió el cuerpo con un paño que imitaba la piel de un tigre. Caminó a cuatro patas debajo del árbol en el que estaba la hembra con sus crías para observar su reacción.
Descubrieron que las hembras no avisaron del falso peligro en el momento que se producía. Una de ellas percibió el aparente peligro, agarró a su bebé, defecó (un signo de angustia) y comenzó a trepar más arriba del árbol. En completo silencio.
Pasados veinte minutos, cuando ya el investigador disfrazado se había ido, la hembra comenzó a advertir a su bebé y a los demás, con sonoros gritos de alarma, del peligro que creía haber corrido. En total se observó el comportamiento de siete hembras y todas ellas esperaron una media de siete minutos para avisar de lo que había pasado.
Según los investigadores, las hembras son inicialmente silenciosas para no llamar la atención. "La madre sintió que el depredador era realmente peligroso para su hijo y decidió no avisar antes de irse ", continúa Lameira. Entonces, y solo entonces, proporcionó información, permitiendo que el bebé supiera sobre el peligro que había pasado".
Aunque para los seres humanos esperar unos minutos para compartir información es algo muy sencillo, en realidad es una proeza cerebral que implica complejas habilidades cognitivas, como evaluar riesgos, tomar decisiones ante un hecho, memoria a largo plazo, comunicación intencional.
Según se explica en el estudio, comunicar eventos pasados constituye un "bloque de construcción cognitivo" del lenguaje y esta habilidad, descubierta ahora en orangutanes, puede tener su origen en un antiguo homínido que luego evolucionó hasta los orangutanes y los humanos.
Los resultados se obtuvieron de una forma original. Los investigadores detectaron a unas hembras de orangután en el denso bosque de Ketambe, en Sumatra, y uno de ellos se cubrió el cuerpo con un paño que imitaba la piel de un tigre. Caminó a cuatro patas debajo del árbol en el que estaba la hembra con sus crías para observar su reacción.
Descubrieron que las hembras no avisaron del falso peligro en el momento que se producía. Una de ellas percibió el aparente peligro, agarró a su bebé, defecó (un signo de angustia) y comenzó a trepar más arriba del árbol. En completo silencio.
Pasados veinte minutos, cuando ya el investigador disfrazado se había ido, la hembra comenzó a advertir a su bebé y a los demás, con sonoros gritos de alarma, del peligro que creía haber corrido. En total se observó el comportamiento de siete hembras y todas ellas esperaron una media de siete minutos para avisar de lo que había pasado.
Según los investigadores, las hembras son inicialmente silenciosas para no llamar la atención. "La madre sintió que el depredador era realmente peligroso para su hijo y decidió no avisar antes de irse ", continúa Lameira. Entonces, y solo entonces, proporcionó información, permitiendo que el bebé supiera sobre el peligro que había pasado".
Aunque para los seres humanos esperar unos minutos para compartir información es algo muy sencillo, en realidad es una proeza cerebral que implica complejas habilidades cognitivas, como evaluar riesgos, tomar decisiones ante un hecho, memoria a largo plazo, comunicación intencional.
Según se explica en el estudio, comunicar eventos pasados constituye un "bloque de construcción cognitivo" del lenguaje y esta habilidad, descubierta ahora en orangutanes, puede tener su origen en un antiguo homínido que luego evolucionó hasta los orangutanes y los humanos.
Referencia
Time-space–displaced responses in the orangutan vocal system. Adriano R. Lameira, Josep Call. Science Advances 14 Nov 2018: Vol. 4, no. 11, eaau3401. DOI: 10.1126/sciadv.aau3401
Time-space–displaced responses in the orangutan vocal system. Adriano R. Lameira, Josep Call. Science Advances 14 Nov 2018: Vol. 4, no. 11, eaau3401. DOI: 10.1126/sciadv.aau3401