A partir de los cuatro meses, el cerebro del bebé diferencia claramente las escenas de los rostros, ha descubierto un estudio, del que informa un comunicado. Para mirar estos dos tipos de imágenes, el lactante activa diferentes zonas del córtex cerebral, tal como hacen los adultos.
La teoría de la especialización progresiva del cerebro humano es desde hace tiempo una evidencia científica, si bien no se conoce muy bien cómo se produce. Investigaciones anteriores realizadas con imágenes de resonancia magnética funcional (IMRf) han permitido descubrir, por ejemplo, que desde los tres meses el bebé trata el lenguaje en las mismas zonas cerebrales que los adultos.
La nueva investigación ha pretendido descubrir qué pasa en el cerebro de un lactante cuando ejerce la facultad de la visión. Para averiguarlo, los científicos han debido resolver la dificultad que representa analizar los cerebros de los niños muy pequeños mientras están despiertos y con una máquina de imágenes por resonancia magnética funcional.
Lo que han hecho es adaptar un escáner de IMRf para facilitar la exploración del cerebro de los bebés mientras ven películas con diferentes tipos de información visual. A partir de 26 horas de escaneo cerebral de 17 bebés, los investigadores obtuvieron cuatro horas de datos utilizables de nueve bebés.
Usando estos datos, el equipo encontró que, en algunos aspectos, la organización de los cerebros de los bebés es sorprendentemente similar a la de los adultos. Específicamente, las regiones cerebrales que responden a rostros en adultos hacen lo mismo en bebés, al igual que las regiones que responden a objetos.
La obtención de estos datos permitió al equipo del MIT conocer cómo los cerebros de los bebés responden a tipos específicos de información sensorial y comparar sus respuestas con las de los adultos.
La teoría de la especialización progresiva del cerebro humano es desde hace tiempo una evidencia científica, si bien no se conoce muy bien cómo se produce. Investigaciones anteriores realizadas con imágenes de resonancia magnética funcional (IMRf) han permitido descubrir, por ejemplo, que desde los tres meses el bebé trata el lenguaje en las mismas zonas cerebrales que los adultos.
La nueva investigación ha pretendido descubrir qué pasa en el cerebro de un lactante cuando ejerce la facultad de la visión. Para averiguarlo, los científicos han debido resolver la dificultad que representa analizar los cerebros de los niños muy pequeños mientras están despiertos y con una máquina de imágenes por resonancia magnética funcional.
Lo que han hecho es adaptar un escáner de IMRf para facilitar la exploración del cerebro de los bebés mientras ven películas con diferentes tipos de información visual. A partir de 26 horas de escaneo cerebral de 17 bebés, los investigadores obtuvieron cuatro horas de datos utilizables de nueve bebés.
Usando estos datos, el equipo encontró que, en algunos aspectos, la organización de los cerebros de los bebés es sorprendentemente similar a la de los adultos. Específicamente, las regiones cerebrales que responden a rostros en adultos hacen lo mismo en bebés, al igual que las regiones que responden a objetos.
La obtención de estos datos permitió al equipo del MIT conocer cómo los cerebros de los bebés responden a tipos específicos de información sensorial y comparar sus respuestas con las de los adultos.
Distintas preferencias
Durante el experimento, los investigadores mostraron a los bebés videos de niños sonrientes o escenas al aire libre, como una calle vista desde un coche en movimiento. Distinguir las escenas sociales del entorno físico es una de las principales divisiones de alto nivel que nuestro cerebro hace al interpretar el mundo.
Las exploraciones revelaron que muchas regiones de la corteza visual de los bebés mostraban las mismas preferencias por escenas o rostros que aparecen en los cerebros adultos. Esto sugiere que estas preferencias se forman en los primeros meses de vida y refuta la hipótesis de que se necesitan años de experiencia interpretando el mundo para que el cerebro desarrolle las respuestas que muestra en la edad adulta.
Los investigadores también encontraron algunas diferencias en la forma en que los cerebros de los bebés responden a los estímulos visuales. Una es que no parecen tener regiones que se encuentran en el cerebro adulto que son "altamente selectivas", lo que significa que los bebés prefieren características como las caras humanas sobre cualquier otro tipo de información, incluyendo los cuerpos humanos o las caras de otros animales.
Los bebés también mostraron algunas diferencias en sus respuestas cuando se muestran ejemplos de cuatro categorías diferentes, no sólo caras y escenas, sino también cuerpos y objetos.
Los investigadores se proponen escanear más bebés de 3 y 8 meses para que tener una idea más precisa de cómo estas regiones de procesamiento de la visión cambian durante los primeros meses de vida. También esperan estudiar bebés aún más jóvenes para descubrir cuándo aparecen estas primeras respuestas cerebrales.
Durante el experimento, los investigadores mostraron a los bebés videos de niños sonrientes o escenas al aire libre, como una calle vista desde un coche en movimiento. Distinguir las escenas sociales del entorno físico es una de las principales divisiones de alto nivel que nuestro cerebro hace al interpretar el mundo.
Las exploraciones revelaron que muchas regiones de la corteza visual de los bebés mostraban las mismas preferencias por escenas o rostros que aparecen en los cerebros adultos. Esto sugiere que estas preferencias se forman en los primeros meses de vida y refuta la hipótesis de que se necesitan años de experiencia interpretando el mundo para que el cerebro desarrolle las respuestas que muestra en la edad adulta.
Los investigadores también encontraron algunas diferencias en la forma en que los cerebros de los bebés responden a los estímulos visuales. Una es que no parecen tener regiones que se encuentran en el cerebro adulto que son "altamente selectivas", lo que significa que los bebés prefieren características como las caras humanas sobre cualquier otro tipo de información, incluyendo los cuerpos humanos o las caras de otros animales.
Los bebés también mostraron algunas diferencias en sus respuestas cuando se muestran ejemplos de cuatro categorías diferentes, no sólo caras y escenas, sino también cuerpos y objetos.
Los investigadores se proponen escanear más bebés de 3 y 8 meses para que tener una idea más precisa de cómo estas regiones de procesamiento de la visión cambian durante los primeros meses de vida. También esperan estudiar bebés aún más jóvenes para descubrir cuándo aparecen estas primeras respuestas cerebrales.
Referencia
Organization of high-level visual cortex in human infants. Nature Communications 8, Article number: 13995 (2017). doi:10.1038/ncomms13995
Organization of high-level visual cortex in human infants. Nature Communications 8, Article number: 13995 (2017). doi:10.1038/ncomms13995