Investigadores en la Universidad de Stanford (EEUU) han encontrado una relación sorprendente entre la creatividad para resolver problemas y la actividad del cerebelo, que es una estructura situada en la parte posterior del cerebro tradicionalmente considerada centro de coordinación del movimiento.
El estudio, que saldrá publicado hoy en Scientific Reports , también sugiere que la activación de los centros de control ejecutivo del cerebro –aquellas partes del cerebro que nos permiten planificar, organizar y administrar actividades- está asociada negativamente con la creatividad, explican los investigadores en un comunicado de la Universidad de Stanford difundido por Eurekalert!
Para alcanzar estas conclusiones, los científicos se propusieron “medir la creatividad humana de manera objetiva”. Con este objetivo, idearon un experimento basado en el conocido juego ‘Pictionary’, que consiste en hacer que otros adivinen una palabra a través de los dibujos que hace uno de los jugadores.
Mientras los participantes en el estudio realizaban esta tarea, sus cebreros fueron observados por los científicos con una técnica de registro de imágenes conocida como resonancia magnética funcional (MRI).
Los voluntarios contaron con 30 segundos para cada palabra, tiempo suficiente para hacer un buen análisis, pero también lo suficientemente breve como para que necesitasen ser creativos e improvisar. Los dibujos realizados, por otra parte, fueron analizados para determinar su nivel de originalidad y creatividad.
Resultados obtenidos
Cuando el experimento terminó, los voluntarios evaluaron el esfuerzo que les había costado dibujar cada palabra. Las imágenes de sus cerebros revelaron entonces que los aumentos en dicha dificultad subjetiva estaban correlacionados con una mayor actividad en la corteza prefrontal izquierda, que es el centro ejecutivo de las funciones cognitivas que requieren de atención y evaluación.
Justo lo contrario sucedió con la creatividad: cuando la puntuación en esta fue alta (mientras los voluntarios hacían dibujos más creativos), la corteza prefrontal izquierda presentó una baja actividad. En cambio, el cerebelo se volvió más activo.
Según los investigadores este hallazgo sugiere que el cerebelo “hace mucho más que simplemente coordinar movimientos”. “Es probable que sea el centro de coordinación del resto del cerebro, y así permita que otras regiones sean más eficientes", aventuran.
El estudio, que saldrá publicado hoy en Scientific Reports , también sugiere que la activación de los centros de control ejecutivo del cerebro –aquellas partes del cerebro que nos permiten planificar, organizar y administrar actividades- está asociada negativamente con la creatividad, explican los investigadores en un comunicado de la Universidad de Stanford difundido por Eurekalert!
Para alcanzar estas conclusiones, los científicos se propusieron “medir la creatividad humana de manera objetiva”. Con este objetivo, idearon un experimento basado en el conocido juego ‘Pictionary’, que consiste en hacer que otros adivinen una palabra a través de los dibujos que hace uno de los jugadores.
Mientras los participantes en el estudio realizaban esta tarea, sus cebreros fueron observados por los científicos con una técnica de registro de imágenes conocida como resonancia magnética funcional (MRI).
Los voluntarios contaron con 30 segundos para cada palabra, tiempo suficiente para hacer un buen análisis, pero también lo suficientemente breve como para que necesitasen ser creativos e improvisar. Los dibujos realizados, por otra parte, fueron analizados para determinar su nivel de originalidad y creatividad.
Resultados obtenidos
Cuando el experimento terminó, los voluntarios evaluaron el esfuerzo que les había costado dibujar cada palabra. Las imágenes de sus cerebros revelaron entonces que los aumentos en dicha dificultad subjetiva estaban correlacionados con una mayor actividad en la corteza prefrontal izquierda, que es el centro ejecutivo de las funciones cognitivas que requieren de atención y evaluación.
Justo lo contrario sucedió con la creatividad: cuando la puntuación en esta fue alta (mientras los voluntarios hacían dibujos más creativos), la corteza prefrontal izquierda presentó una baja actividad. En cambio, el cerebelo se volvió más activo.
Según los investigadores este hallazgo sugiere que el cerebelo “hace mucho más que simplemente coordinar movimientos”. “Es probable que sea el centro de coordinación del resto del cerebro, y así permita que otras regiones sean más eficientes", aventuran.
Otras sorpresas cerebrales
En 2012, un equipo de investigadores de la University of Southern California (USC) de Estados Unidos descubrió otra sorpresa sobre el “cerebro creativo” : que el hemisferio izquierdo de este órgano, tradicionalmente relacionado con la lógica y las matemáticas, también juega un papel clave en esta capacidad cognitiva.
Hasta entonces, solía pensarse que al pintar, al esculpir o al hacer cualquier otra actividad creativa, usamos más el hemisferio derecho del cerebro (considerado “la mitad creativa” de este órgano) y menos el hemisferio izquierdo, considerado nuestro “lado racional y lógico”.
La cosa, al parecer, no es tan simple: aunque es cierto que el hemisferio cerebral derecho realiza la mayoría del trabajo cuando estamos creativos, este hemisferio “pide ayuda” al hemisferio izquierdo en estas situaciones.
Más recientemente, un equipo de investigadores de la Universidad Northwestern, en EEUU, analizó la respuesta de las células cerebrales a una forma muy temprana de atención: la ‘entrada sensorial’ (proceso neurológico de filtro de estímulos redundantes o innecesarios que proceden de nuestro entorno) y la relacionaron con dos medidas de la creatividad: el pensamiento divergente o lateral (que consiste en la búsqueda de alternativas o posibilidades creativas y diferentes para la resolución de un problema) y los logros creativos de los participantes en el mundo real.
Descubrieron así que la creatividad del ser humano está asociada con una capacidad cerebral reducida de filtrar información sensorial irrelevante. En otras palabras, que aquellas personas a las que más afecta el bombardeo diario de información sensorial tienden a ser más creativas, simplemente porque deben integrar más ideas ajenas a su núcleo corriente de atención.
Algunas ideas para ser más creativos
Estos y otros estudios nos ayudan a comprender la creatividad, e incluso dan pistas sobre qué hacer o no hacer, si queremos volvernos más creativos.
Por una parte, la investigación de los científicos de la Universidad de Stanford sugiere que, para impulsar nuestra creatividad, es mejor ni intentarlo, pues cuanto mayor esfuerzo le dediquemos a tal fin, más se activarán las regiones cerebrales del control ejecutivo, lo que bloqueará nuestra creatividad.
Al parecer, lo que sí funciona, según una investigación de la Radboud University Nijmegen de los Países Bajos realizada hace unos años, es desarrollar las actividades más cotidianas siguiendo un orden distinto. Esta acción, bastante simple, ayuda a romper nuestros patrones cognitivos y, por tanto, a pensar de manera más flexible y creativa.
Otra táctica, mucho menos sencilla y, sobre todo, menos práctica, es la de aplicar una leve corriente eléctrica en el cerebro. Con esta medida, que potencia de manera específica las ondas alpha cerebrales, científicos estadounidenses consiguieron hace poco aumentar en un 7,4% de media la creatividad de adultos sanos.
Pero, sobre todo, lo importante es pasárselo bien. Está comprobado que somos más creativos cuando practicamos actividades que nos hacen sentir felices. Por eso, los científicos de la Universidad de Stanford eligieron un juego similar al ‘Pictionary’ para realizar su estudio.
En 2012, un equipo de investigadores de la University of Southern California (USC) de Estados Unidos descubrió otra sorpresa sobre el “cerebro creativo” : que el hemisferio izquierdo de este órgano, tradicionalmente relacionado con la lógica y las matemáticas, también juega un papel clave en esta capacidad cognitiva.
Hasta entonces, solía pensarse que al pintar, al esculpir o al hacer cualquier otra actividad creativa, usamos más el hemisferio derecho del cerebro (considerado “la mitad creativa” de este órgano) y menos el hemisferio izquierdo, considerado nuestro “lado racional y lógico”.
La cosa, al parecer, no es tan simple: aunque es cierto que el hemisferio cerebral derecho realiza la mayoría del trabajo cuando estamos creativos, este hemisferio “pide ayuda” al hemisferio izquierdo en estas situaciones.
Más recientemente, un equipo de investigadores de la Universidad Northwestern, en EEUU, analizó la respuesta de las células cerebrales a una forma muy temprana de atención: la ‘entrada sensorial’ (proceso neurológico de filtro de estímulos redundantes o innecesarios que proceden de nuestro entorno) y la relacionaron con dos medidas de la creatividad: el pensamiento divergente o lateral (que consiste en la búsqueda de alternativas o posibilidades creativas y diferentes para la resolución de un problema) y los logros creativos de los participantes en el mundo real.
Descubrieron así que la creatividad del ser humano está asociada con una capacidad cerebral reducida de filtrar información sensorial irrelevante. En otras palabras, que aquellas personas a las que más afecta el bombardeo diario de información sensorial tienden a ser más creativas, simplemente porque deben integrar más ideas ajenas a su núcleo corriente de atención.
Algunas ideas para ser más creativos
Estos y otros estudios nos ayudan a comprender la creatividad, e incluso dan pistas sobre qué hacer o no hacer, si queremos volvernos más creativos.
Por una parte, la investigación de los científicos de la Universidad de Stanford sugiere que, para impulsar nuestra creatividad, es mejor ni intentarlo, pues cuanto mayor esfuerzo le dediquemos a tal fin, más se activarán las regiones cerebrales del control ejecutivo, lo que bloqueará nuestra creatividad.
Al parecer, lo que sí funciona, según una investigación de la Radboud University Nijmegen de los Países Bajos realizada hace unos años, es desarrollar las actividades más cotidianas siguiendo un orden distinto. Esta acción, bastante simple, ayuda a romper nuestros patrones cognitivos y, por tanto, a pensar de manera más flexible y creativa.
Otra táctica, mucho menos sencilla y, sobre todo, menos práctica, es la de aplicar una leve corriente eléctrica en el cerebro. Con esta medida, que potencia de manera específica las ondas alpha cerebrales, científicos estadounidenses consiguieron hace poco aumentar en un 7,4% de media la creatividad de adultos sanos.
Pero, sobre todo, lo importante es pasárselo bien. Está comprobado que somos más creativos cuando practicamos actividades que nos hacen sentir felices. Por eso, los científicos de la Universidad de Stanford eligieron un juego similar al ‘Pictionary’ para realizar su estudio.