La multinacional británica Rolls Royce Holdings trabaja en el desarrollo de una flota de barcos de carga sin tripulación (una especie de drones martímos de carga), que algún día podrían trasladar productos por vía marítima, dirigidos desde tierra y por control remoto.
En general, los drones son vehículos aéreos no tripulados que se usan mayoritariamente en aplicaciones militares.
Sin embargo, en los últimos años han empezado a utilizarse con otros fines, como ambientales (evitar y controlar incendios), de videovigilancia (por ejemplo, en Alemania se usan para que no se pinten grafitis en los vagones del tren) o para cartografía, pues permiten hacer foto-mapas para la posterior evaluación de terrenos por parte de los profesionales.
Otras áreas donde su uso es destacado son las del control del estado de la atmósfera, del estado físico de volcanes; control de obras y evaluación de su impacto, gestión del patrimonio histórico arqueológico y cultural, o seguimiento de la planificación de las ciudades, explica Lucía Clemares en el blog de Telefónica de Tendencias21. Además de todos estos usos, el pasado verano Amazon anunció su intención de usar drones para realizar entregas rápidas de sus productos.
Otro eslabón automatizado en las cadenas de suministro
En esta misma línea va el proyecto de Rolls Royce. Según se explica en Bloomberg, la compañía, famosa por fabricar coches de lujo, considera que los drones marítimos de carga tendrían varias ventajas en este sentido: pueden ser menos contaminantes, más eficientes, y menos costosos que los cargueros tripulados que actualmente surcan los océanos del mundo y que constituyen una industria de 375 mil millones de dólares.
Menos costosos se refiere al hecho de que con estas embarcaciones se podría prescindir de la tripulación, pues se calcula que las tripulaciones humanas representan casi la mitad del coste de operación de un buque de contenedores.
Por otra parte, eliminando el puente y los equipos necesarios para la tripulación dentro del barco (como la electricidad, el aire acondicionado, el agua potable, etc.), los drones marítimos de carga serían un 5% más ligeros, y por tanto necesitarían de entre un 12% y un 15% menos de combustible.
Si el proyecto tuviera éxito, los drones marítímos podrían llegar a convertirse en un eslabón clave en la cadena de suministro global de bienes de consumo. En Wired se habla de que podría llegar el momento en el que en dicha cadena dejen de intervenir directamente los humanos.
De momento, se ha desarrollado un prototipo de realidad virtual en la oficina de Rolls Royce en Alesund, Noruega, que simula vistas de 360 grados desde uno de estos barcos sin tripulación.
En general, los drones son vehículos aéreos no tripulados que se usan mayoritariamente en aplicaciones militares.
Sin embargo, en los últimos años han empezado a utilizarse con otros fines, como ambientales (evitar y controlar incendios), de videovigilancia (por ejemplo, en Alemania se usan para que no se pinten grafitis en los vagones del tren) o para cartografía, pues permiten hacer foto-mapas para la posterior evaluación de terrenos por parte de los profesionales.
Otras áreas donde su uso es destacado son las del control del estado de la atmósfera, del estado físico de volcanes; control de obras y evaluación de su impacto, gestión del patrimonio histórico arqueológico y cultural, o seguimiento de la planificación de las ciudades, explica Lucía Clemares en el blog de Telefónica de Tendencias21. Además de todos estos usos, el pasado verano Amazon anunció su intención de usar drones para realizar entregas rápidas de sus productos.
Otro eslabón automatizado en las cadenas de suministro
En esta misma línea va el proyecto de Rolls Royce. Según se explica en Bloomberg, la compañía, famosa por fabricar coches de lujo, considera que los drones marítimos de carga tendrían varias ventajas en este sentido: pueden ser menos contaminantes, más eficientes, y menos costosos que los cargueros tripulados que actualmente surcan los océanos del mundo y que constituyen una industria de 375 mil millones de dólares.
Menos costosos se refiere al hecho de que con estas embarcaciones se podría prescindir de la tripulación, pues se calcula que las tripulaciones humanas representan casi la mitad del coste de operación de un buque de contenedores.
Por otra parte, eliminando el puente y los equipos necesarios para la tripulación dentro del barco (como la electricidad, el aire acondicionado, el agua potable, etc.), los drones marítimos de carga serían un 5% más ligeros, y por tanto necesitarían de entre un 12% y un 15% menos de combustible.
Si el proyecto tuviera éxito, los drones marítímos podrían llegar a convertirse en un eslabón clave en la cadena de suministro global de bienes de consumo. En Wired se habla de que podría llegar el momento en el que en dicha cadena dejen de intervenir directamente los humanos.
De momento, se ha desarrollado un prototipo de realidad virtual en la oficina de Rolls Royce en Alesund, Noruega, que simula vistas de 360 grados desde uno de estos barcos sin tripulación.
Desafíos complejos
Por tanto, el proyecto de Rolls Royce surge en un contexto en el que se comienza a contemplar la automatización de los suministros de productos en una dirección sin precedentes.
Como otros proyectos, aparte del de Amazon ya mencionado. Por ejemplo, Google trabaja en el desarrollo de coches que se trasladan sin conductor y que pueden ser pedidos a cualquier hora y desde cualquier lugar, a través de una aplicación llamada Uber, que también serviría para transportar productos en entornos urbanos.
Pero Rolls Royce tendrá que superar varios escollos. Por un lado, el riesgo de lanzar al océano barcos desiertos de capitanes; aunque una travesía por las vastas extensiones del mar sería más fácil de dirigir desde un ordenador que por una calle llena de coches y peatones, dicen.
Por otra parte, y de nuevo según Lucía Clemares, en algunos casos los drones pueden ser hackeados, como ocurrió (con drones tradicionales) en las guerras de Irak y Afganistán. Además, a veces sufren cierto tiempo de retardo entre el momento en que se emiten sus órdenes y estos las reciben. Eso sin contar el efecto que sobre los drones en general puede tener la meteorología; y toda la problemática derivada de las normas del derecho marítimo.
Buque mercante robotizado de la UE
A pesar de estos aspectos negativos, el fabricante británico no es el único interesado en la navegación sin tripulación y teledirigida. La Unión Europea está financiando actualmente un proyecto llamado Maritime Unmanned Navigation through Intelligence in Networks (MUNIM) que consistirá en el estudio técnico, económico y jurídico de un buque mercante robotizado.
MUNIM pretende desarrollar un modelo de buque que pueda eventualmente navegar sin tripulación, dirigido por control remoto, y que sirva para abarcar un volumen de transportes que se incrementa continuamente, según la web del proyecto.
Por tanto, el proyecto de Rolls Royce surge en un contexto en el que se comienza a contemplar la automatización de los suministros de productos en una dirección sin precedentes.
Como otros proyectos, aparte del de Amazon ya mencionado. Por ejemplo, Google trabaja en el desarrollo de coches que se trasladan sin conductor y que pueden ser pedidos a cualquier hora y desde cualquier lugar, a través de una aplicación llamada Uber, que también serviría para transportar productos en entornos urbanos.
Pero Rolls Royce tendrá que superar varios escollos. Por un lado, el riesgo de lanzar al océano barcos desiertos de capitanes; aunque una travesía por las vastas extensiones del mar sería más fácil de dirigir desde un ordenador que por una calle llena de coches y peatones, dicen.
Por otra parte, y de nuevo según Lucía Clemares, en algunos casos los drones pueden ser hackeados, como ocurrió (con drones tradicionales) en las guerras de Irak y Afganistán. Además, a veces sufren cierto tiempo de retardo entre el momento en que se emiten sus órdenes y estos las reciben. Eso sin contar el efecto que sobre los drones en general puede tener la meteorología; y toda la problemática derivada de las normas del derecho marítimo.
Buque mercante robotizado de la UE
A pesar de estos aspectos negativos, el fabricante británico no es el único interesado en la navegación sin tripulación y teledirigida. La Unión Europea está financiando actualmente un proyecto llamado Maritime Unmanned Navigation through Intelligence in Networks (MUNIM) que consistirá en el estudio técnico, económico y jurídico de un buque mercante robotizado.
MUNIM pretende desarrollar un modelo de buque que pueda eventualmente navegar sin tripulación, dirigido por control remoto, y que sirva para abarcar un volumen de transportes que se incrementa continuamente, según la web del proyecto.