Las infecciones por sarampión no son inofensivas, ya que pueden causar enfermedades con un desenlace fatal.
Investigadores alemanes del Paul-Ehrlich-Institut (PEI) en cooperación con investigadores del Reino Unido y los Países Bajos, han descubierto que los virus del sarampión borran parte de la memoria inmunológica durante varios años.
Por lo tanto, las personas afectadas son más susceptibles a las infecciones con otros patógenos más allá del período de la infección por sarampión. Los resultados de esta investigación se publican en Science Immunology.
El sarampión ha vuelto
El sarampión debería haberse erradicado hace mucho tiempo, pero está aumentando nuevamente. En los primeros seis meses de 2019, en Europa se han dado casi tres veces más casos que en el mismo período del año anterior.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) habla de un renacimiento del sarampión en la Unión Europea y en el Espacio Económico Europeo (EEE) debido al incumplimiento de los objetivos de vacunación.
Según Andrea Ammon, directora del ECDC, “el sarampión sigue siendo una amenaza para la salud en toda la UE. Debido a los fallos en alcanzar los objetivos actuales de vacunación global, 4.5 millones de niños y adolescentes en la UE/EEE menores de 20 años corren un riesgo innecesario de sarampión. Este número es igual a casi todos los niños nacidos en un año en la UE/EEE.”
Cinco países, Bélgica, Francia, Alemania, Italia y Rumanía, en los que las transmisiones aún son endémicas (es decir, la transmisión se produce dentro de la población), son en gran parte responsables de este resurgimiento.
Infecciones adicionales
Se sabe desde hace tiempo que las infecciones de sarampión en sí mismas no solo pueden causar enfermedades graves o incluso mortales, sino que además debilitan el sistema inmunitario de la persona afectada contra otros patógenos.
Por lo tanto, una infección de sarampión también puede ocasionar infecciones adicionales, como pulmonares o del oído medio asociadas con bacterias.
Un estudio de sarampión realizado en el Reino Unido reveló que entre el 10 y el 15 por ciento de los niños mostraban signos de alteraciones marcadas de su sistema inmunitario incluso cinco años después de una infección de sarampión, lo que lleva a una mayor incidencia de infecciones secundarias.
Inmunodepresión
El equipo de investigación del PEI, dirigido por Veronika von Messling, estudió los mecanismos que conducen a esta inmunodepresión y ha encontrado la posible explicación de lo aportado por el estudio británico.
Analizó la variedad de receptores celulares del sistema inmunológico y el desarrollo de las células B de memoria, importantes para generar una respuesta inmunitaria, tanto en personas no vacunadas (con y sin infecciones previas de sarampión), como en personas vacunadas contra el sarampión.
Los científicos observaron que, si bien la composición genética y la variedad de las células B de memoria fueron estables en personas sin infección de sarampión y en personas vacunadas, en cambio apreciaron un aumento significativo en la frecuencia de mutación de estas células y un perfil de isotipo (variación) alterado en aquellos que habían sufrido una infección de sarampión.
En alrededor del diez por ciento de las personas del estudio que habían sido infectadas por sarampión, la variedad de células inmunes se vio afectada, en algún momento de forma grave.
Además, las células se vieron afectadas por un cambio hacia las células B inmunológicamente inmaduras, lo que apunta a un proceso de maduración de células B deteriorado en la médula ósea.
Investigadores alemanes del Paul-Ehrlich-Institut (PEI) en cooperación con investigadores del Reino Unido y los Países Bajos, han descubierto que los virus del sarampión borran parte de la memoria inmunológica durante varios años.
Por lo tanto, las personas afectadas son más susceptibles a las infecciones con otros patógenos más allá del período de la infección por sarampión. Los resultados de esta investigación se publican en Science Immunology.
El sarampión ha vuelto
El sarampión debería haberse erradicado hace mucho tiempo, pero está aumentando nuevamente. En los primeros seis meses de 2019, en Europa se han dado casi tres veces más casos que en el mismo período del año anterior.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) habla de un renacimiento del sarampión en la Unión Europea y en el Espacio Económico Europeo (EEE) debido al incumplimiento de los objetivos de vacunación.
Según Andrea Ammon, directora del ECDC, “el sarampión sigue siendo una amenaza para la salud en toda la UE. Debido a los fallos en alcanzar los objetivos actuales de vacunación global, 4.5 millones de niños y adolescentes en la UE/EEE menores de 20 años corren un riesgo innecesario de sarampión. Este número es igual a casi todos los niños nacidos en un año en la UE/EEE.”
Cinco países, Bélgica, Francia, Alemania, Italia y Rumanía, en los que las transmisiones aún son endémicas (es decir, la transmisión se produce dentro de la población), son en gran parte responsables de este resurgimiento.
Infecciones adicionales
Se sabe desde hace tiempo que las infecciones de sarampión en sí mismas no solo pueden causar enfermedades graves o incluso mortales, sino que además debilitan el sistema inmunitario de la persona afectada contra otros patógenos.
Por lo tanto, una infección de sarampión también puede ocasionar infecciones adicionales, como pulmonares o del oído medio asociadas con bacterias.
Un estudio de sarampión realizado en el Reino Unido reveló que entre el 10 y el 15 por ciento de los niños mostraban signos de alteraciones marcadas de su sistema inmunitario incluso cinco años después de una infección de sarampión, lo que lleva a una mayor incidencia de infecciones secundarias.
Inmunodepresión
El equipo de investigación del PEI, dirigido por Veronika von Messling, estudió los mecanismos que conducen a esta inmunodepresión y ha encontrado la posible explicación de lo aportado por el estudio británico.
Analizó la variedad de receptores celulares del sistema inmunológico y el desarrollo de las células B de memoria, importantes para generar una respuesta inmunitaria, tanto en personas no vacunadas (con y sin infecciones previas de sarampión), como en personas vacunadas contra el sarampión.
Los científicos observaron que, si bien la composición genética y la variedad de las células B de memoria fueron estables en personas sin infección de sarampión y en personas vacunadas, en cambio apreciaron un aumento significativo en la frecuencia de mutación de estas células y un perfil de isotipo (variación) alterado en aquellos que habían sufrido una infección de sarampión.
En alrededor del diez por ciento de las personas del estudio que habían sido infectadas por sarampión, la variedad de células inmunes se vio afectada, en algún momento de forma grave.
Además, las células se vieron afectadas por un cambio hacia las células B inmunológicamente inmaduras, lo que apunta a un proceso de maduración de células B deteriorado en la médula ósea.
Amnesia inmune
Los resultados demostraron que, después de una infección de sarampión, el sistema inmunitario prácticamente olvida con qué patógenos estuvo previamente en contacto, lo que provoca amnesia inmune.
Los investigadores confirmaron estos hallazgos en el modelo animal (hurón). Los animales se inmunizaron primero contra la gripe, y algunos de los animales fueron infestados después con un virus del moquillo canino mutado (CDV), que está relacionado con el virus del sarampión.
Los animales infectados con CDV perdieron la mayoría de los anticuerpos contra la influenza y tuvieron un curso de enfermedad más grave que aquellos que no estaban infectados previamente con CDV, cuando se infectaron con el virus de la influenza en una fecha posterior.
“La vacuna contra el sarampión no solo es importante para la protección contra el virus del sarampión, sino que también confiere protección contra la aparición o la evolución grave de otras enfermedades infecciosas. También protege la memoria inmunológica, que puede verse gravemente afectada en caso de infecciones de sarampión”, enfatiza Klaus Cichutek, presidente del Paul-Ehrlich-Institut, en un comunicado.
Los resultados demostraron que, después de una infección de sarampión, el sistema inmunitario prácticamente olvida con qué patógenos estuvo previamente en contacto, lo que provoca amnesia inmune.
Los investigadores confirmaron estos hallazgos en el modelo animal (hurón). Los animales se inmunizaron primero contra la gripe, y algunos de los animales fueron infestados después con un virus del moquillo canino mutado (CDV), que está relacionado con el virus del sarampión.
Los animales infectados con CDV perdieron la mayoría de los anticuerpos contra la influenza y tuvieron un curso de enfermedad más grave que aquellos que no estaban infectados previamente con CDV, cuando se infectaron con el virus de la influenza en una fecha posterior.
“La vacuna contra el sarampión no solo es importante para la protección contra el virus del sarampión, sino que también confiere protección contra la aparición o la evolución grave de otras enfermedades infecciosas. También protege la memoria inmunológica, que puede verse gravemente afectada en caso de infecciones de sarampión”, enfatiza Klaus Cichutek, presidente del Paul-Ehrlich-Institut, en un comunicado.
Referencia
Incomplete genetic reconstitution of B cell pools contributes to prolonged immunosuppression after measles. Velislava N. Petrova et al. Science Immunology, 01 Nov 2019: Vol. 4, Issue 41, eaay6125. DOI: 10.1126/sciimmunol.aay6125
Incomplete genetic reconstitution of B cell pools contributes to prolonged immunosuppression after measles. Velislava N. Petrova et al. Science Immunology, 01 Nov 2019: Vol. 4, Issue 41, eaay6125. DOI: 10.1126/sciimmunol.aay6125