Los abejorros pueden ser entrenados para conseguir objetivos utilizando una mini bola, lo que demuestra que poseen habilidades de aprendizaje insospechadas, según científicos de la Universidad Queen Mary de Londres (QMUL).
Su estudio, publicado en la revista Science, sugiere que las especies cuyo estilo de vida requiere avanzadas habilidades de aprendizaje podrían aprender comportamientos completamente nuevos si hay presión ecológica.
El estudio destierra la idea de que los pequeños cerebros de los insectos les imponen una flexibilidad limitada en su comportamiento y les otorgan sólo una capacidad de aprendizaje simple, explica Lars Chittka, supervisor de proyecto y coautor del estudio, profesor de la Facultad de Ciencias Biológicas y Químicas de la citada universidad, en un comunicado.
Una investigación anterior ya había demostrado que los abejorros pueden resolver una gama de tareas cognitivas, pero más bien rutinarias. El nuevo estudio examina la flexibilidad de comportamiento de las abejas para llevar a cabo tareas que no son naturalmente realizadas por estos insectos.
"Queríamos explorar los límites cognitivos de los abejorros mediante la prueba de si podían usar un objeto no natural en una tarea que probablemente nunca antes había encontrado ningún individuo en la historia evolutiva de las abejas", explica el Dr. Clint Perry, autor principal conjunto y también profesor de la Escuela de Ciencias Biológicas y Químicas de QMUL .
El experimento consistía en conseguir que los abejorros movieran una pequeña bola hasta un lugar específico para conseguir comida. Previamente los investigadores habían entrenado a los insectos para conocer la posición correcta de la bola. Para conseguir comida, los insectos debían mover la bola hacia la posición deseada.
Para aprender esta técnica, los abejorros fueron expuestos a tres situaciones diferentes: unos observaban a un abejorro ya entrenado a mover la bola para desplazarla a la posición correcta y conseguir alimento; otros sencillamente veían cómo la bola se movía hacia la posición correcta debido a la influencia de un imán oculto; y finalmente un tercer grupo de abejorros no veía ninguna demostración con la bola, sino que ésta estaba en la posición que permitía acceder al alimento.
Su estudio, publicado en la revista Science, sugiere que las especies cuyo estilo de vida requiere avanzadas habilidades de aprendizaje podrían aprender comportamientos completamente nuevos si hay presión ecológica.
El estudio destierra la idea de que los pequeños cerebros de los insectos les imponen una flexibilidad limitada en su comportamiento y les otorgan sólo una capacidad de aprendizaje simple, explica Lars Chittka, supervisor de proyecto y coautor del estudio, profesor de la Facultad de Ciencias Biológicas y Químicas de la citada universidad, en un comunicado.
Una investigación anterior ya había demostrado que los abejorros pueden resolver una gama de tareas cognitivas, pero más bien rutinarias. El nuevo estudio examina la flexibilidad de comportamiento de las abejas para llevar a cabo tareas que no son naturalmente realizadas por estos insectos.
"Queríamos explorar los límites cognitivos de los abejorros mediante la prueba de si podían usar un objeto no natural en una tarea que probablemente nunca antes había encontrado ningún individuo en la historia evolutiva de las abejas", explica el Dr. Clint Perry, autor principal conjunto y también profesor de la Escuela de Ciencias Biológicas y Químicas de QMUL .
El experimento consistía en conseguir que los abejorros movieran una pequeña bola hasta un lugar específico para conseguir comida. Previamente los investigadores habían entrenado a los insectos para conocer la posición correcta de la bola. Para conseguir comida, los insectos debían mover la bola hacia la posición deseada.
Para aprender esta técnica, los abejorros fueron expuestos a tres situaciones diferentes: unos observaban a un abejorro ya entrenado a mover la bola para desplazarla a la posición correcta y conseguir alimento; otros sencillamente veían cómo la bola se movía hacia la posición correcta debido a la influencia de un imán oculto; y finalmente un tercer grupo de abejorros no veía ninguna demostración con la bola, sino que ésta estaba en la posición que permitía acceder al alimento.
Mejorar el procedimiento
Lo que descubrieron los investigadores con este experimento es que los abejorros que vieron cómo otro insecto movía la bola para conseguir alimento aprendieron la tarea más rápidamente que aquellos que sólo veían moverse la bola por efecto del imán o, sencillamente, la veían quieta en el lugar que les permitía acceder a la comida.
Es más, las abejas que aprendieron observando a otro insecto no se limitaron a copiar el sistema, sino que mejoraron el procedimiento, lo que para los investigadores demuestra que estos animales poseen una impresionante flexibilidad cognitiva, algo insólito en un insecto.
Durante el experimento, los investigadores colocaron tres bolas amarillas a diferentes distancias del centro. Las abejas expertas movían siempre la bola más alejada al centro, y siempre desde la misma localización espacial, ya que habían sido entrenadas bajo condiciones en las que las bolas más cercanas estaban inmóviles. A las abejas no entrenadas se les dieron tres oportunidades para ver a una abeja experta realizar la tarea de esta manera.
En pruebas posteriores, cuando estas abejas sin entrenamiento fueron probadas sin la presencia de un abejorro experimentado, las abejas movieron la bola más cercana en vez de la bola más alejada, que era la que había movido el abejorro experto.
En otro experimento, las abejas también usaron una bola de diferente color que la encontrada anteriormente, demostrando así que las abejas no se limitaban únicamente a replicar el comportamiento de los otros abejorros, sino que trataban de mejorarlo y buscaban la mejor ruta para llegar a la comida.
El Dr. Loukola añadió: "Puede ser que los abejorros, junto con muchos otros animales, tengan capacidades cognitivas para resolver tareas complejas, pero sólo lo harán si se aplican presiones ambientales para conseguir estos comportamientos".
Lo que descubrieron los investigadores con este experimento es que los abejorros que vieron cómo otro insecto movía la bola para conseguir alimento aprendieron la tarea más rápidamente que aquellos que sólo veían moverse la bola por efecto del imán o, sencillamente, la veían quieta en el lugar que les permitía acceder a la comida.
Es más, las abejas que aprendieron observando a otro insecto no se limitaron a copiar el sistema, sino que mejoraron el procedimiento, lo que para los investigadores demuestra que estos animales poseen una impresionante flexibilidad cognitiva, algo insólito en un insecto.
Durante el experimento, los investigadores colocaron tres bolas amarillas a diferentes distancias del centro. Las abejas expertas movían siempre la bola más alejada al centro, y siempre desde la misma localización espacial, ya que habían sido entrenadas bajo condiciones en las que las bolas más cercanas estaban inmóviles. A las abejas no entrenadas se les dieron tres oportunidades para ver a una abeja experta realizar la tarea de esta manera.
En pruebas posteriores, cuando estas abejas sin entrenamiento fueron probadas sin la presencia de un abejorro experimentado, las abejas movieron la bola más cercana en vez de la bola más alejada, que era la que había movido el abejorro experto.
En otro experimento, las abejas también usaron una bola de diferente color que la encontrada anteriormente, demostrando así que las abejas no se limitaban únicamente a replicar el comportamiento de los otros abejorros, sino que trataban de mejorarlo y buscaban la mejor ruta para llegar a la comida.
El Dr. Loukola añadió: "Puede ser que los abejorros, junto con muchos otros animales, tengan capacidades cognitivas para resolver tareas complejas, pero sólo lo harán si se aplican presiones ambientales para conseguir estos comportamientos".
Referencia
Bumblebees show cognitive flexibility by improving on an observed complex behavior. Science 24 Feb 2017:Vol. 355, Issue 6327, pp. 833-836. DOI: 10.1126/science.aag2360
Bumblebees show cognitive flexibility by improving on an observed complex behavior. Science 24 Feb 2017:Vol. 355, Issue 6327, pp. 833-836. DOI: 10.1126/science.aag2360