Ötzi. Momia natural más antigua de hombre europeo de la Edad de Cobre. Fuente: Wikimedia Commons.
“Es la primera vez que se obtienen datos genómicos de individuos del Mesolítico europeo”, ha declarado a SINC Carles Lalueza-Fox.
El investigador, del Instituto de Biología Evolutiva (Universidad Pompeu Fabra-CSIC), ha coordinado un trabajo internacional que recupera parte del genoma de dos individuos cazadores-recolectores de hace 7.000 años.
Según el artículo, publicado en Current Biology, las poblaciones ibéricas actuales no descienden genéticamente de estos grupos.
Los restos proceden del yacimiento leonés de La Braña-Arintero, en Valdelugueros. Los mesolíticos vivieron en un período enmarcado entre el Paleolítico y el Neolítico, que se caracterizó por la llegada de la agricultura del Próximo Oriente.
Estos son los fósiles prehistóricos más antiguos de nuestra especie de los que se ha hecho un análisis paleogenético y superan en 1.700 años los de Ötzi, el popular ‘hombre de hielo’, cuyo genoma también fue recuperado.
Los investigadores han analizado el 1,34% y el 0,5% del total del genoma de los dos individuos. “Puede parecer poco, pero es la prueba de que es factible sacar adelante el proyecto de la secuenciación completa”, declara Lalueza-Fox.
Además, han conseguido recuperar el genoma mitocondrial completo de uno de los individuos. Estos genes se encuentran en las mitocondrias, fuera del núcleo celular, y solo se transmiten por vía materna.
Los datos analizados muestran que los cazadores-recolectores compartían el mismo linaje mitocondrial, pero sus hábitos nómadas los distribuyeron por toda Europa, en las regiones que actualmente corresponden a Inglaterra, Alemania, Lituania, Polonia y España.
Los resultados muestran que los cazadores-recolectores no están directamente relacionados con las poblaciones actuales de la Península Ibérica. Los ibéricos del Mesolítico se parecían más a las poblaciones actuales del norte de Europa.
El investigador, del Instituto de Biología Evolutiva (Universidad Pompeu Fabra-CSIC), ha coordinado un trabajo internacional que recupera parte del genoma de dos individuos cazadores-recolectores de hace 7.000 años.
Según el artículo, publicado en Current Biology, las poblaciones ibéricas actuales no descienden genéticamente de estos grupos.
Los restos proceden del yacimiento leonés de La Braña-Arintero, en Valdelugueros. Los mesolíticos vivieron en un período enmarcado entre el Paleolítico y el Neolítico, que se caracterizó por la llegada de la agricultura del Próximo Oriente.
Estos son los fósiles prehistóricos más antiguos de nuestra especie de los que se ha hecho un análisis paleogenético y superan en 1.700 años los de Ötzi, el popular ‘hombre de hielo’, cuyo genoma también fue recuperado.
Los investigadores han analizado el 1,34% y el 0,5% del total del genoma de los dos individuos. “Puede parecer poco, pero es la prueba de que es factible sacar adelante el proyecto de la secuenciación completa”, declara Lalueza-Fox.
Además, han conseguido recuperar el genoma mitocondrial completo de uno de los individuos. Estos genes se encuentran en las mitocondrias, fuera del núcleo celular, y solo se transmiten por vía materna.
Los datos analizados muestran que los cazadores-recolectores compartían el mismo linaje mitocondrial, pero sus hábitos nómadas los distribuyeron por toda Europa, en las regiones que actualmente corresponden a Inglaterra, Alemania, Lituania, Polonia y España.
Los resultados muestran que los cazadores-recolectores no están directamente relacionados con las poblaciones actuales de la Península Ibérica. Los ibéricos del Mesolítico se parecían más a las poblaciones actuales del norte de Europa.
Los restos de los dos mesolíticos fueron hallados en el yacimiento leonés de La Braña-Arintero. Imagen: Instituto de Biología Evolutiva (UPF-CSIC). Fuente: SINC.
¿De dónde venimos?
“Hay muchas hipótesis sobre las afinidades poblacionales y los movimientos migratorios en la prehistoria de Europa. A partir de ahora las podremos testar utilizando datos genómicos enmarcados en el tiempo y en el espacio”, explica Lalueza-Fox.
Una de esas hipótesis es que los ibéricos actuales podrían descender de los siguientes protagonistas de la historia, los agricultores del Neolítico. Se cree que en este periodo hubo grandes cambios en las poblaciones europeas.
“No podemos afirmar científicamente que descendamos de aquellos agricultores, pero la hipótesis más plausible es que en el Neolítico hubiera una gran sustitución poblacional en el sur de Europa” dice Lalueza-Fox.
Los científicos creen que los agricultores llegaron al norte más tarde y en un número más reducido, por lo que se asimilaron con las poblaciones mesolíticas. “Podría ser por eso que los dos individuos que hemos analizado sean más cercanos a los poblaciones actuales del norte del continente que del sur”, continúa el biólogo.
Sin embargo, Lalueza-Fox destaca que la secuenciación de estos genomas ofrecerá una visión de los cambios que experimentaron las poblaciones europeas actuales con la llegada de la agricultura y la ganadería. Al final, concluye: “Todos venimos del neolítico, tenemos dietas neolíticas, enfermedades neolíticas y organizaciones sociales neolíticas”.
“Hay muchas hipótesis sobre las afinidades poblacionales y los movimientos migratorios en la prehistoria de Europa. A partir de ahora las podremos testar utilizando datos genómicos enmarcados en el tiempo y en el espacio”, explica Lalueza-Fox.
Una de esas hipótesis es que los ibéricos actuales podrían descender de los siguientes protagonistas de la historia, los agricultores del Neolítico. Se cree que en este periodo hubo grandes cambios en las poblaciones europeas.
“No podemos afirmar científicamente que descendamos de aquellos agricultores, pero la hipótesis más plausible es que en el Neolítico hubiera una gran sustitución poblacional en el sur de Europa” dice Lalueza-Fox.
Los científicos creen que los agricultores llegaron al norte más tarde y en un número más reducido, por lo que se asimilaron con las poblaciones mesolíticas. “Podría ser por eso que los dos individuos que hemos analizado sean más cercanos a los poblaciones actuales del norte del continente que del sur”, continúa el biólogo.
Sin embargo, Lalueza-Fox destaca que la secuenciación de estos genomas ofrecerá una visión de los cambios que experimentaron las poblaciones europeas actuales con la llegada de la agricultura y la ganadería. Al final, concluye: “Todos venimos del neolítico, tenemos dietas neolíticas, enfermedades neolíticas y organizaciones sociales neolíticas”.
Referencia bibliográfica
Sánchez-Quinto, F.; Schroeder, H.; Ramirez, O.; Ávila-Arcos, M.C.; Pybus, M.; Olalde, I.; Velazquez. A.M.V.; Encina Prada Marcos, M.; Vidal Encinas, J.M.; Bertranpetit, J.; Orlando, L.; Gilbert, M. T. P.; Lalueza-Fox, C. Genomic affinities of two 7.000-year-old iberian hunter-gatherers. Current Biology, 28 de junio de 2012.
Sánchez-Quinto, F.; Schroeder, H.; Ramirez, O.; Ávila-Arcos, M.C.; Pybus, M.; Olalde, I.; Velazquez. A.M.V.; Encina Prada Marcos, M.; Vidal Encinas, J.M.; Bertranpetit, J.; Orlando, L.; Gilbert, M. T. P.; Lalueza-Fox, C. Genomic affinities of two 7.000-year-old iberian hunter-gatherers. Current Biology, 28 de junio de 2012.