Ingenieros canadienses han desarrollado una interfaz neuronal concebida para descargar los recuerdos, las emociones y la personalidad de un ser humano a un robot humanoide.
Todavía es sólo un proyecto, pero el laboratorio que ha desarrollado esta interfaz, Beam Me Up, ha sido capaz hasta ahora de registrar más de 70 emociones humanas y de colocarlas en un mapa tridimensional utilizando para ello un casco de lectura neuronal.
Según explica uno de sus inventores, Charles Bombardier, en la revista Forbes, eso significa que ya es posible asociar las emociones con imágenes y experiencias, y que en consecuencia es hipotéticamente factible crear un modelo informático de la personalidad humana.
La interfaz se llama Zuuloo y es capaz de acceder al cerebro a través de electroencefalografía y otras tecnologías similares. Su funcionamiento se basa en un programa informático que ha sido desarrollado en el Computational Neuroscience Laboratories de Japón, que es capaz de extraer imágenes del cerebro.
Los científicos japoneses, según Bombardier, estarán en condiciones, dentro de algún tiempo, de medir y copiar las imágenes del cerebro en servidores situados en la nube, así como de reducir el tiempo necesario para leer las imágenes cerebrales y transferirlas.
Para los ingenieros canadienses, combinar esta tecnología japonesa con otras, como robots humaniodes y programas de inteligencia artificial, permitirá en el futuro transferir a un cerebro artificial las fotos y videos de los recuerdos almacenados en la memoria humana y de traspasarlos a un robot humanoide o un asistente personal inteligente (también artificial).
Zuuloo será el encargado de estas tareas específicas necesarias para transferir aspectos de la personalidad humana a un sistema artificial externo, según Bombardier. El sistema no tendría necesidad de estar físicamente conectado a la persona, ya que sensores muy sofisticados podrían detectar las más mínimas variaciones electromagnéticas del cerebro.
Todavía es sólo un proyecto, pero el laboratorio que ha desarrollado esta interfaz, Beam Me Up, ha sido capaz hasta ahora de registrar más de 70 emociones humanas y de colocarlas en un mapa tridimensional utilizando para ello un casco de lectura neuronal.
Según explica uno de sus inventores, Charles Bombardier, en la revista Forbes, eso significa que ya es posible asociar las emociones con imágenes y experiencias, y que en consecuencia es hipotéticamente factible crear un modelo informático de la personalidad humana.
La interfaz se llama Zuuloo y es capaz de acceder al cerebro a través de electroencefalografía y otras tecnologías similares. Su funcionamiento se basa en un programa informático que ha sido desarrollado en el Computational Neuroscience Laboratories de Japón, que es capaz de extraer imágenes del cerebro.
Los científicos japoneses, según Bombardier, estarán en condiciones, dentro de algún tiempo, de medir y copiar las imágenes del cerebro en servidores situados en la nube, así como de reducir el tiempo necesario para leer las imágenes cerebrales y transferirlas.
Para los ingenieros canadienses, combinar esta tecnología japonesa con otras, como robots humaniodes y programas de inteligencia artificial, permitirá en el futuro transferir a un cerebro artificial las fotos y videos de los recuerdos almacenados en la memoria humana y de traspasarlos a un robot humanoide o un asistente personal inteligente (también artificial).
Zuuloo será el encargado de estas tareas específicas necesarias para transferir aspectos de la personalidad humana a un sistema artificial externo, según Bombardier. El sistema no tendría necesidad de estar físicamente conectado a la persona, ya que sensores muy sofisticados podrían detectar las más mínimas variaciones electromagnéticas del cerebro.
Clonarnos a nosotros mismos
El objeto del proyectp Zuuloo es descargar todos los contenidos relacionados con la personalidad humana a un sistema artificial lo más exacta y rápidamente posible.
Bombardier asegura que la primera idea que tuvo relacionada con Zuuloo fue mucho más ambiciosa y se basaba en la teoría de cuerdas, un modelo fundamental de física teórica según el cual las partículas materiales son en realidad "estados vibracionales" de un objeto extendido más básico llamado "cuerda".
Debido a la complejidad de esta hipótesis inicial, decidió dejar en suspenso este posible desarrollo de Zuuloo para centrarlo en la interfaz más avanzada que se haya concebido nunca para relacionar el cerebro humano con uno artificial.
Según Bombardier, una vez desarrollada esta interfaz, algunas personas podrán utilizar Zuuloo para crear clones de sí mismos con la finalidad de ganar tiempo o aumentar la eficacia en el trabajo. Sería algo así como un desdoblamiento controlado de la personalidad para que una de las dos partes descargue en la otra parte determinadas tareas.
Continuando con esta especulación, Bombardier añade que otras personas podrían utilizar esta interfaz para crear un asistente digital, que puede ser robótico o incluso meramente virtual.
Asimismo, podría valer para invertir el proceso y descargar recuerdos del doble robótico en su propio cerebro, permitiendo de esta forma que cualquiera de ellos pueda estar en dos sitios a la vez.
El objeto del proyectp Zuuloo es descargar todos los contenidos relacionados con la personalidad humana a un sistema artificial lo más exacta y rápidamente posible.
Bombardier asegura que la primera idea que tuvo relacionada con Zuuloo fue mucho más ambiciosa y se basaba en la teoría de cuerdas, un modelo fundamental de física teórica según el cual las partículas materiales son en realidad "estados vibracionales" de un objeto extendido más básico llamado "cuerda".
Debido a la complejidad de esta hipótesis inicial, decidió dejar en suspenso este posible desarrollo de Zuuloo para centrarlo en la interfaz más avanzada que se haya concebido nunca para relacionar el cerebro humano con uno artificial.
Según Bombardier, una vez desarrollada esta interfaz, algunas personas podrán utilizar Zuuloo para crear clones de sí mismos con la finalidad de ganar tiempo o aumentar la eficacia en el trabajo. Sería algo así como un desdoblamiento controlado de la personalidad para que una de las dos partes descargue en la otra parte determinadas tareas.
Continuando con esta especulación, Bombardier añade que otras personas podrían utilizar esta interfaz para crear un asistente digital, que puede ser robótico o incluso meramente virtual.
Asimismo, podría valer para invertir el proceso y descargar recuerdos del doble robótico en su propio cerebro, permitiendo de esta forma que cualquiera de ellos pueda estar en dos sitios a la vez.
Antecedentes
No es la primera vez que surgen iniciativas de este tipo en el panorama tecnológico. El proyecto Life Naut ha creado Bina-48, una cabeza con forma humana que absorbe las memorias y sentimientos de una persona para reaccionar a los estímulos de una forma semejante a como lo haría su doble. Un proyecto más utópico que real, todavía.
El millonario ruso Dmitry Itskov también ha creado una empresa que se ha propuesto transferir el contenido de un cerebro humano a un ordenador para rodear la muerte física y alcanzar una forma de inmortalidad a través de una máquina sofisticada, el viejo sueño del transhumanismo.
El físico Frank Tipler, en su obra La física de la inmortalidad (Alianza Universidad, Madrid 1996) señala entre otras cosas que la capacidad del cerebro humano es de 1015 bits y 10 teraflops (un flop es la cantidad de operaciones de punto flotante por segundo).
Actualmente, ya existe una tarjeta gráfica, NVIDIA GTX 1080, que tiene 9 teraflops, por lo que en opinión de Tipler, es sólo cuestión de tiempo que el sustrato “informático” de la personalidad humana pueda transferirse a una máquina.
El millonario ruso Dmitry Itskov también ha creado una empresa que se ha propuesto transferir el contenido de un cerebro humano a un ordenador para rodear la muerte física y alcanzar una forma de inmortalidad a través de una máquina sofisticada, el viejo sueño del transhumanismo.
El físico Frank Tipler, en su obra La física de la inmortalidad (Alianza Universidad, Madrid 1996) señala entre otras cosas que la capacidad del cerebro humano es de 1015 bits y 10 teraflops (un flop es la cantidad de operaciones de punto flotante por segundo).
Actualmente, ya existe una tarjeta gráfica, NVIDIA GTX 1080, que tiene 9 teraflops, por lo que en opinión de Tipler, es sólo cuestión de tiempo que el sustrato “informático” de la personalidad humana pueda transferirse a una máquina.