Las emisiones totales de gases de efecto invernadero originadas por las actividades humanas continuaron incrementándose entre 1970 y 2010, a pesar de los esfuerzos crecientes de las políticas para la mitigación del cambio climático. Sin embargo, “las políticas climáticas pueden ser asesoradas por los descubrimientos científicos”, para ser mejoradas y que resulten más eficientes.
La investigación y el desarrollo generan conocimientos sobre cómo frenar el cambio climático y, en este sentido, la cooperación internacional puede jugar un papel constructivo en el desarrollo, difusión y transferencia de conocimientos y tecnologías que ayuden a proteger el planeta.
Estas son algunas de las conclusiones de la tercera y última fase del Quinto Informe de Evaluación (AR5) sobre cambio climático que acaba de presentarse en Berlín. El AR5 ha sido elaborado por el Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático (IPCC); se titula “Mitigation of climate change” (Mitigación del cambio climático), y en su elaboración han participado 235 científicos de un total de 58 países, informa el IPCC en su web.
Las conclusiones de la primera fase del AR5 se hicieron públicas el pasado mes de septiembre, y a finales de marzo se presentaron en Tokio las conclusiones de la segunda fase. El próximo mes de octubre se hará público además un Informe de síntesis. Se espera que el AR5 proporcione una clara visión del estado actual del conocimiento científico sobre el cambio climático.
Cambio climático y sociedad
La tercera fase del AR5 pone de relieve ciertos aspectos que conllevaría la mitigación del cambio climático para la sociedad. Por una parte, señala que considerar el desarrollo sostenible y la potenciación de las igualdades sociales resultarán aspectos fundamentales para la creación e implantación de políticas climáticas eficientes.
Al mismo tiempo, limitar los efectos del cambio climático resultará necesario para alcanzar un desarrollo sostenible y la igualdad; e incluso para erradicar la pobreza.
Por otra parte, una mitigación del cambio climático efectiva no se alcanzará con agentes individuales –los países- avanzando de manera independiente en sus propios intereses, sino que requerirá de una acción colectiva, a escala global, porque la mayoría de los gases de efecto invernadero se acumulan y se mezclan globalmente a lo largo del tiempo.
Asimismo, el informe señala que muchas de las áreas de las políticas climáticas implican juicios de valor y consideraciones éticas que van desde la cuestión de qué grado de mitigación del cambio climático es preciso para prevenir una interferencia humana peligrosa con el sistema climático de la Tierra, hasta las decisiones sobre políticas específicas a aplicar para la mitigación del cambio climático o para la adaptación a este.
Para todas estas consideraciones, deberían usarse análisis sociales, económicos y éticos; así como tenerse en cuenta valores de distintos tipos, como el bienestar humano y de otras especies o los valores culturales.
Por último, el informe señala que las políticas climáticas pueden influir, de manera negativa y positiva según sean estas, en la consecución de objetivos sociales como los relacionados con la salud humana, la seguridad, la biodiversidad, la calidad ambiental local, el acceso a la energía, la subsistencia o el desarrollo sostenible equitativo. A la inversa, la lucha por alcanzar estos mismos objetivos también ayudaría a mitigar el cambio climático, si se aplican las políticas adecuadas.
La investigación y el desarrollo generan conocimientos sobre cómo frenar el cambio climático y, en este sentido, la cooperación internacional puede jugar un papel constructivo en el desarrollo, difusión y transferencia de conocimientos y tecnologías que ayuden a proteger el planeta.
Estas son algunas de las conclusiones de la tercera y última fase del Quinto Informe de Evaluación (AR5) sobre cambio climático que acaba de presentarse en Berlín. El AR5 ha sido elaborado por el Panel Intergubernamental de la ONU sobre Cambio Climático (IPCC); se titula “Mitigation of climate change” (Mitigación del cambio climático), y en su elaboración han participado 235 científicos de un total de 58 países, informa el IPCC en su web.
Las conclusiones de la primera fase del AR5 se hicieron públicas el pasado mes de septiembre, y a finales de marzo se presentaron en Tokio las conclusiones de la segunda fase. El próximo mes de octubre se hará público además un Informe de síntesis. Se espera que el AR5 proporcione una clara visión del estado actual del conocimiento científico sobre el cambio climático.
Cambio climático y sociedad
La tercera fase del AR5 pone de relieve ciertos aspectos que conllevaría la mitigación del cambio climático para la sociedad. Por una parte, señala que considerar el desarrollo sostenible y la potenciación de las igualdades sociales resultarán aspectos fundamentales para la creación e implantación de políticas climáticas eficientes.
Al mismo tiempo, limitar los efectos del cambio climático resultará necesario para alcanzar un desarrollo sostenible y la igualdad; e incluso para erradicar la pobreza.
Por otra parte, una mitigación del cambio climático efectiva no se alcanzará con agentes individuales –los países- avanzando de manera independiente en sus propios intereses, sino que requerirá de una acción colectiva, a escala global, porque la mayoría de los gases de efecto invernadero se acumulan y se mezclan globalmente a lo largo del tiempo.
Asimismo, el informe señala que muchas de las áreas de las políticas climáticas implican juicios de valor y consideraciones éticas que van desde la cuestión de qué grado de mitigación del cambio climático es preciso para prevenir una interferencia humana peligrosa con el sistema climático de la Tierra, hasta las decisiones sobre políticas específicas a aplicar para la mitigación del cambio climático o para la adaptación a este.
Para todas estas consideraciones, deberían usarse análisis sociales, económicos y éticos; así como tenerse en cuenta valores de distintos tipos, como el bienestar humano y de otras especies o los valores culturales.
Por último, el informe señala que las políticas climáticas pueden influir, de manera negativa y positiva según sean estas, en la consecución de objetivos sociales como los relacionados con la salud humana, la seguridad, la biodiversidad, la calidad ambiental local, el acceso a la energía, la subsistencia o el desarrollo sostenible equitativo. A la inversa, la lucha por alcanzar estos mismos objetivos también ayudaría a mitigar el cambio climático, si se aplican las políticas adecuadas.
Muchas tecnologías de energías renovables han demostrado mejoras sustanciales en rendimiento energético y en reducción de costes, y han alcanzado el nivel de madurez necesario para su aplicación a escala significativa, señala el informe. Imagen: Gonçalo Carreira. Fuente: PhotoXpress.
Ciencia y cambio climático
El informe “Mitigation and climate change” señala que las emisiones de CO2 procedentes de la combustión de combustibles fósiles y de procesos industriales contribuyeron en un 78% al incremento total de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera entre 1970 y 2010. El crecimiento económico y el poblacional han sido factores desencadenantes claves de esta situación.
Sin esfuerzos adicionales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el estado continuará agravándose en los próximos años, lo que podría ocasionar un aumento de la temperatura global de la superficie de la Tierra para 2100 de entre 3,7 y 4,8 ºC, en comparación con los niveles preindustriales.
Frente a esta realidad, se alzan múltiples escenarios posibles, cuya concreción dependerá, entre otras cosas, de las opciones tecnológicas que se elijan.
Descarburar (o reducir carbono de la generación energética) resultará esencial. Muchas tecnologías de energías renovables han demostrado mejoras sustanciales en rendimiento energético y en reducción de costes, y han alcanzado el nivel de madurez necesario para su aplicación a escala significativa, señala el informe.
Una de las fórmulas para reducir emisiones de gases de efecto invernadero en el suministro energético que recomienda este es la sustitución de las plantas de carbón por plantas de gas natural de ciclo combinado o plantas de cogeneración de calor y energía.
También se hace referencia a las tecnologías de captura y almacenamiento de dióxido de carbono como medio de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de plantas energéticas.
Asimismo, se recomienda aplicar medidas técnicas al transporte que lo conviertan en más sostenible, inversiones urbanas para aumentar la eficiencia del transporte en las ciudades (se calcula que estas medidas podrían reducir la demanda energética en un 40% para 2050); y que se apliquen nuevas tecnologías a la construcción de edificios más sostenibles y al incremento de la sostenibilidad industrial.
El informe “Mitigation and climate change” señala que las emisiones de CO2 procedentes de la combustión de combustibles fósiles y de procesos industriales contribuyeron en un 78% al incremento total de las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera entre 1970 y 2010. El crecimiento económico y el poblacional han sido factores desencadenantes claves de esta situación.
Sin esfuerzos adicionales para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, el estado continuará agravándose en los próximos años, lo que podría ocasionar un aumento de la temperatura global de la superficie de la Tierra para 2100 de entre 3,7 y 4,8 ºC, en comparación con los niveles preindustriales.
Frente a esta realidad, se alzan múltiples escenarios posibles, cuya concreción dependerá, entre otras cosas, de las opciones tecnológicas que se elijan.
Descarburar (o reducir carbono de la generación energética) resultará esencial. Muchas tecnologías de energías renovables han demostrado mejoras sustanciales en rendimiento energético y en reducción de costes, y han alcanzado el nivel de madurez necesario para su aplicación a escala significativa, señala el informe.
Una de las fórmulas para reducir emisiones de gases de efecto invernadero en el suministro energético que recomienda este es la sustitución de las plantas de carbón por plantas de gas natural de ciclo combinado o plantas de cogeneración de calor y energía.
También se hace referencia a las tecnologías de captura y almacenamiento de dióxido de carbono como medio de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de plantas energéticas.
Asimismo, se recomienda aplicar medidas técnicas al transporte que lo conviertan en más sostenible, inversiones urbanas para aumentar la eficiencia del transporte en las ciudades (se calcula que estas medidas podrían reducir la demanda energética en un 40% para 2050); y que se apliquen nuevas tecnologías a la construcción de edificios más sostenibles y al incremento de la sostenibilidad industrial.