La tasa de defectos de nacimiento en los Estados Unidos es mayor en la descendencia de mujeres que concibieron en primavera y verano, momento en que los niveles de pesticidas en la superficie del agua de todo el país alcanza su máximo.

Esto es lo que advierten investigadores que analizaron 30,1 millones de nacimientos entre 1996 y 2002. Durante este periodo, pudo detectarse una fuerte relación entre el incremento de niños nacidos con defectos de mujeres cuyo última menstruación antes del embarazo fue en los meses de abril, mayo, junio o julio.

En esos meses, los niveles de nitratos, herbicidas y otros pesticidas en el agua presentaron niveles más elevados que durante otros meses, según el estudio. La sospecha de que había alguna relación entre ambos hechos fue lo que impulsó a los científicos a hacer su análisis.

La buena noticia de este desastre, según los investigadores, es que se puede cambiar: la comprobación de que existe una relación entre pesticidas y defectos natales apunta a que los factores contaminantes se pueden modificar, evitando así problemas médicos a muchos niños.

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