El macroproyecto de investigación iFAAM, dirigido desde la Universidad de Manchester (Reino Unido), y financiado por la UE, pretende evaluar el impacto de la dieta materna (incluso durante el embarazo) sobre la alergia a alimentos de los niños.

El estudio ha observado a 12.000 niños de toda Europa desde el nacimiento hasta los seis años, incluyendo datos sobre la dieta de la madre durante el embarazo. La dieta puede alterar los nutrientes y proteínas en la leche materna y afectar al sistema inmune, señalan algunos expertos, aunque la relación entre la dieta temprana y la de la madre y la aparición de alergias no se ha probado aún.

Aunque el proyecto sólo lleva un año, ya está produciendo resultados interesantes. Por ejemplo, una comparación entre el Reino Unido e Israel muestra que los niños israelíes suelen comer nueces a una edad más temprana que los británicos, y que tales hábitos dietéticos pueden tener un efecto protector contra alergias a las nueces más adelante. "Esto significa que el consejo que se suele dar de que los niños pequeños deben evitar las nueces puede empeorar las cosas", observa Clare Mills, experta en alergias y coordinadora del estudio.

Los expertos también recomiendan que la industria alimentaria advierta de la presencia de alérgenos en su composición, aunque sin excederse, porque "puede resultar excesivamente limitante", señala Scott Sicherer, profesor de pediatría y alergia de la Icahn School of Medicine del hospital Monte Sinaí, de Nueva York (EE.UU.).

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