Un científico del Lynchburg College de Virginia, en Estados Unidos, ha investigado el fútbol desde el punto de vista científico, y ha conseguido explicar cómo los mejores jugadores del planeta están consiguiendo hacer cosas en el Mundial de Fútbol de Sudáfrica que parecen desafiar a las fuerzas de la naturaleza.

En un artículo publicado por la revista Physics Today, se explica que el investigador se centró en el diseño cambiante de la pelota y en cómo su rugosidad superficial y las fuerzas asimétricas del aire influyen en la trayectoria del balón, cuando éste sale despedido desde el pie del jugador.

Un análisis realizado permitió comprender cómo la densidad reducida del aire presente en partidos jugados a altas altitudes (como la altitud de Sudáfrica) contribuye a ciertas trayectorias de disparo. Según el investigador, en este tipo de entornos, el balón se mueve un poco más rápido de lo que los jugadores están acostumbrados.

Para el científico, el fútbol, además de un deporte, es un laboratorio viviente, donde las ecuaciones de la física se expresan de manera continua. En ciertas condiciones como la mencionada, se producen jugadas aparentemente milagrosas que, sin embargo, pueden ser explicadas científicamente.

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