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Nuevos fósiles de un predecesor gigante de los artrópodos explica cómo evolucionaron sus extremidades 17/03/2015
Fósiles recién descubiertos de una criatura marina gigante y extinta muestran que tenía patas modificadas, branquias en su parte posterior, y un sistema de filtro para la alimentación: señales cruciales de la evolución temprana de los artrópodos.
El nuevo animal, llamado Aegirocassis benmoulae, alcanza un tamaño de al menos dos metros, lo que le sitúa entre los mayores artrópodos que han existido. Se encontró en el sureste de Marruecos y se remonta a hace unos 480 millones de años. El paleontólogo de la Universidad de Yale (Connecticut, EE.UU.) Derek Briggs, co-autor de un artículo de Nature que describe el animal, explica que éste "muestra características que no se han observado en los anomalocaridids -una familia de animales marinos del Cámbrico, anteriores al nuevo fósil-: no uno, sino dos pares de aletas natatorias a lo largo del tronco, lo cual representa una etapa en la evolución de las extremidades divididas en dos ramas, características de artrópodos modernos como los camarones". En los artrópodos modernos, cada una de estas ramas está muy modificada para atender una función específica, ya sea la locomoción, la percepción del entorno, la respiración, o la cópula; o se ha perdido por completo. La comprensión de cómo evolucionaron estos miembros de doble ramificación es una cuestión importante para los científicos. Los anomalocaridids más jovenes conocidos tienen 480 millones de años, y hasta ahora se creía que tenían sólo un conjunto de aletas o lóbulos por cada segmento del tronco, y que pudieron haber perdido por completo sus piernas para caminar. Pero el reciente descubrimiento de Aegirocassis benmoulae cuenta otra historia: Los anomalocaridids tenían de hecho dos conjuntos separados de aletas por segmento. Las superiores eran equivalentes a la rama de las extremidades superiores de los artrópodos modernos, mientras que las inferiores representan extremidades para caminar modificadas, adaptadas para la natación. Además, un nuevo examen de anomalocaridids más antiguos mostró que estas aletas estaban también presentes en otras especies, pero se habían pasado por alto. Estos hallazgos muestran que los anomalocaridids representan una etapa anterior a la fusión de las ramas superior e inferior en miembros de doble ramificación de los artrópodos modernos. El nuevo fósil destaca también apéndices en la cabeza que le permitían filtrar el agua oceánica para captar plancton -como las ballenas y los tiburones-, a diferencia otros anomalocaridids, que agarraban a sus presas con miembros espinosos de la cabeza. Más información YaleNews/T21
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