Un meteorito artificial diseñado por la Agencia Espacial Europea ha demostrado que rastros de vida de un meteorito marciano pudieron sobrevivir al choque violento y al calor que supuso la entrada de dicho meteorito en la atmósfera de la Tierra.

En este experimento, bautizado como STONE-6, se probó si muestras de roca sedimentaria podrían resistir a las condiciones extremas del descenso a través de la atmósfera de la Tierra, donde las temperaturas alcanzan los 1.700 ºC. Tras el aterrizaje, las muestras fueron transportadas a un laboratorio del ESTEC, donde fueron examinadas.

Así se comprobó que, aunque la mitad de la roca se disgregó al pasar por la atmósfera terrestre, los microfósiles y el carbono presentes en ella sobrevivieron, al igual que algunas biomoléculas.

Los científicos señalan que esta prueba demuestra que los meteoritos sedimentarios de Marte pudieron alcanzar la Tierra, con vida incluída. Hasta el momento, los meteoritos marcianos encontrados en nuestro planeta son basálticos, por lo que, según los investigadores, habría que cambiar la forma en que se buscan meteoritos de Marte, considerando que también puede haber rocas sedimentarias del planeta vecino.

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